Una de las mayores preocupaciones de las madres y padres primerizos es la seguridad del bebé. Los recién nacidos son muy pequeños y frágiles, y el momento del sueño causa mucha incertidumbre por su estrecha…
¿Te cuesta conseguir que tu bebé se quede en la cuna? ¿Qué hacer si tu hijo se sale de la cuna? ¡Te revelamos algunos trucos y consejos útiles para evitar que tu bebé se escape de la cuna!
Cuando se trata de la seguridad de tu bebé, tomar algunas medidas sencillas pero cruciales resultan fundamentales para hacer su entorno de sueño a prueba de sustos y accidentes. Se trata de encontrar formas proactivas de abordar la recién descubierta movilidad y curiosidad de tu bebé, al tiempo que garantiza que permanezca seguro en su cuna, reduciendo el riesgo de caídas o lesiones accidentales.
Además, al hacer de la cuna un espacio más seguro y acogedor, puedes ayudar a tu bebé a sentirse seguro y cómodo, promoviendo un mejor sueño tanto para tu pequeño como para ti, ya que evitarás sustos innecesarios que puedan generar en él experiencias negativas asociadas a su lugar de descanso.
5 Consejos para evitar que tu bebé se escape de la cuna
¿Cómo hacer para que el bebé no se caiga de la cama? A medida que tu pequeño empiece a ser más aventurero, puede que te des cuenta de que intenta hacer grandes escapadas de su cuna. Pero ¿cómo evitar que mi bebé se salga de la cuna? Estas estrategias sencillas y prácticas ayudarán a crear un entorno de sueño seguro y cómodo para tu pequeño.
1. Baja el colchón de la cuna
Cuando un niño salta de la cuna, una de las primeras cosas que puedes hacer para evitarlo es bajar el colchón de la cuna. Ajustándolo a la posición más baja, puedes hacer que a tu bebé le resulte más difícil salir. ¡Este sencillo ajuste puede proporcionar una solución rápida y eficaz para mantener a tu bebé seguro en la cuna! Así, el bebé no podrá volcar sobre las barandillas de la cuna.
2. Aleja la cuna de otros muebles
Otro truco interesante cuando nos planteamos cómo evitar que el bebé salte de la cuna es considerar cuidadosamente la colocación de la misma. Si la cuna está alejada de otros muebles, puedes minimizar el riesgo de que tu pequeño Houdini utilice objetos cercanos para salir. Este reposicionamiento estratégico crea un espacio para dormir más seguro y te da una mayor tranquilidad, sabiendo que no hay objetos externos que puedan utilizarse para una atrevida escapada.
Reubicar la cuna en una zona más aislada de la habitación del bebé también puede ayudar a prevenir accidentes y garantizar que el entorno de sueño de tu bebé esté libre de peligros potenciales (por ejemplo: que tope con un radiador ardiendo, coja un cable o consiga abrir una ventana sin protección). Es una forma sencilla pero eficaz de mejorar la seguridad de la habitación infantil y crear un espacio protegido para que tu bebé descanse y duerma plácidamente.
3. Retira cualquier objeto «trepable»
Es esencial examinar detenidamente los objetos que hay dentro y alrededor de la cuna y retirar cualquier cosa que tu pequeño explorador pueda utilizar para trepar, como juguetes o mantas, que podría utilizarse como escalón improvisado. Así reducirás significativamente la probabilidad de que tu bebé intente escalar las paredes de la cuna.
Crear un entorno de sueño despejado y despejado para tu bebé no sólo fomenta la seguridad, sino que también infunde una sensación de paz y calma. Al eliminar las posibles ayudas para trepar, estás minimizando activamente el riesgo de accidentes y creando un espacio seguro y tranquilo para que tu bebé duerma sin riesgos.
4. Transición a una cama para niños
Alrededor de los 18 meses de edad, puede ser el momento de considerar la transición de la cuna a una cama infantil. Puede ser una progresión natural para proporcionar a tu hijo/a en crecimiento y cada vez más móvil un espacio para dormir más adecuado y seguro. Una cama infantil con barandillas de seguridad incorporadas o el uso de una barandilla de cama pueden ofrecer libertad de movimientos y, al mismo tiempo, garantizar que tu pequeño/a permanezca seguro/a y contenido/a durante la noche.
La transición a una cama infantil es un paso importante y debe abordarse con paciencia y refuerzo positivo. Involucrando a tu peque en el proceso y creando entusiasmo por su nueva cama, puedes fomentar un sentimiento de independencia y entusiasmo por este hito. Además, mantener una rutina constante a la hora de dormir puede facilitar la adaptación, asegurando un paso suave y positivo de la cuna a la cama.
5. Utiliza barreras de seguridad en la camita infantil
Instalar barreras de seguridad en la habitación infantil, como una barrera para cuna en una cama baja, es una forma eficaz de proporcionar una capa adicional de seguridad y evitar que el bebé se caiga de la misma. De esta forma, puedes crear un espacio designado y controlado para tu bebé, reduciendo el riesgo cuando su espacio de sueño quede sin vigilancia.
Paciencia, constancia, rutinas… y un entorno de sueño cómodo
Con paciencia, constancia, rutinas y un entorno confortable para dormir, puedes evitar con éxito que tu bebé se escape de la cuna y garantizar un sueño tranquilo y sin interrupciones tanto para ti como para tu pequeño. Recuerda dar siempre prioridad a la seguridad y al fomento de la confianza con tu bebé, y no tengas miedo de pedir consejo a un pediatra o a un experto en sueño si el problema persiste.
Si tenéis dudas, o necesitáis asesoramiento profesional sobre salud materno-infantil y crianza respetuosa, podéis consultar a nuestro equipo de expertos/as en la Tribu CSC. Entre ellos/as se encuentra la psicóloga y especialista en sueño infantil, Rafi López, codirectora del Centro de Estudios del Sueño Infantil.
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Una rutina establecida a la hora de acostarse no sólo es beneficiosa para promover un mejor sueño, sino que también puede contribuir a prevenir las escapadas a la cuna. Siguiendo un ritual coherente y tranquilizador antes de dormir, puedes indicar a tu bebé que es hora de relajarse y prepararse para una noche de sueño reparador. Esta previsibilidad y sentido de la estructura pueden ayudar a reducir la ansiedad o la inquietud, haciendo menos probable que tu bebé intente salir de la cuna por desorientación o deseo de interacción prolongada.
Incorporar actividades tranquilizadoras como un baño caliente, suaves canciones de cuna o un cuento antes de dormir puede reforzar aún más la asociación entre estos rituales reconfortantes y el sueño. Con el tiempo, la regularidad y previsibilidad de una rutina a la hora de dormir puede crear un entorno de sueño positivo, minimizando la probabilidad de comportamientos disruptivos, como intentar escapar de la cuna.
Sobre todo, es fundamental mantener un enfoque tranquilo y coherente. Evita regañar o mostrar frustración y, en su lugar, tranquiliza a tu bebé y transmítele una sensación de seguridad, guiándole hacia un comportamiento positivo y un entorno seguro para dormir.
Recuerda que cada niña y niño es único y que es normal que se encuentre con algunas dificultades en el camino. Si te mantienes paciente y refuerzas constantemente la seguridad y los hábitos de sueño positivos, podrás navegar con eficacia y superar la fase de escapadas de la cuna, al tiempo que fomentas un entorno de sueño seguro y cómodo para tu bebé en crecimiento.
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