Bronquiolitis: Todo lo que debes saber

Aunque la mayoría son benignas, es la enfermedad que más ingresos provoca en bebés

Este post se publicó originalmente el 12/12/2018 y ha sido actualizado en fecha 11/11/2024

¿Pero qué le ha pasado a mi bebé? ¡Si era un simple resfriado y ahora respira que parece una locomotora y se le escucha la respiración desde la puerta! Pues casi con toda probabilidad, será el virus de la bronquiolitis, haciendo de las suyas un invierno más.

Qué es la bronquiolitis

Es una infección respiratoria que afecta típicamente a los menores de 2 años. Aunque el virus puede afectar también a niños mayores y adultos, los síntomas típicos de la bronquiolitis solo se producen en los más pequeños.

El virus que con más frecuencia causa esta enfermedad es el virus respiratorio sincitial. Un virus que circula sobre todo durante los meses de invierno. Pero ojo, que también hay otros virus como los rinovirus del catarro común o el virus de la gripe, que pueden producir un cuadro de bronquiolitis.

¿En qué se diferencia la bronquiolitis de un catarro común?

Inicialmente en ambas infecciones hay algo de tos, estornudos y moco nasal. En la bronquiolitis, al segundo o tercer día, la tos empeora, puede aparecer fiebre y el niño respira con dificultad.

Para aumentar la oxigenación precisa respirar más rápido y utilizar los músculos accesorios. Por eso, cuando hay dificultad respiratoria, se notan las costillas al respirar o se les mueve mucho el abdomen.  Es en este momento cuando necesitan valoración médica.

 

 

Aunque los ruidos de la bronquiolitis recuerdan a los que se producen en el asma, los tratamientos con aerosoles y broncodilatadores no son útiles. Muchas veces se utilizan a modo de prueba, pero no está demostrado que acorten la duración de los síntomas o disminuyan la necesidad de oxígeno o de hospitalización.

Tratamiento para la bronquiolitis

La bronquiolitis es un proceso vírico y autolimitado. Desaparece sola en unos días. No existe tratamiento específico y los antibióticos no son útiles, por tratarse de una infección vírica.

Tampoco los broncodilatadores ni los corticoides que se usan para el asma son útiles para acortar la duración de la enfermedad, como acabo de mencionar.

El curso suele ser benigno en la mayoría de las ocasiones y aunque es cierto que durante cuatro o cinco días al bebé le cuesta respirar, luego irá mejorando y en una semana o 10 días estará completamente recuperado.

Sin embargo, muchos niños más delicados pueden tener una enfermedad más grave o sufrir complicaciones. Los factores de riesgo para enfermedad grave son la prematuridad, el bajo peso al nacer, la edad menor de 3 meses o la presencia de enfermedad pulmonar crónica, enfermedades cardíacas, de la inmunidad o ciertas enfermedades neurológicas.

¿Se puede prevenir?

Algunos factores de riesgo son modificables y podemos hacer algo por prevenir la infección. La bronquiolitis es más frecuente y más grave en niños que son fumadores pasivos o que asisten a la escuela infantil, por lo tanto no fumar, no llevar a la escuela infantil a los bebés más pequeños (si no es estrictamente necesario) y darles lactancia materna es la mejor manera de disminuir el riesgo.

 

 

Una de las complicaciones que se puede presentar durante la bronquiolitis es la deshidratación. La dificultad respiratoria hace que tengan menos apetito y que les cueste mucho comer y respirar a la vez. Además tienen más facilidad para vomitar, y pierden más líquidos a través de la respiración acelerada y debido a la fiebre.

Por eso es importante asegurar una buena hidratación, ofreciendo líquidos en tomas pequeñas y frecuentes. Muchas veces, cuando no consiguen comer y beber con normalidad, puede ser necesaria  la hospitalización para una rehidratación intravenosa.

Otra complicación habitual es la sobreinfección bacteriana. Lo más frecuente suele ser una neumonía o una otitis. En estos casos el empeoramiento clínico es evidente, con aumento de la dificultad respiratoria y la fiebre, y entonces sí, será necesario tratar con antibióticos si el médico lo considera necesario.

¿Cómo podemos ayudar al bebé?

Al no haber tratamiento para la bronquiolitis lo único que podemos hacer es aliviar la fiebre y el malestar con algún analgésico.

Puede ayudar elevar la cabecera de la cuna para dormir y mantener la nariz limpia de mocos, realizando lavados nasales de diferente manera según sea la edad, tal y como explica Anna Ferran en el Seminario Online «Mocos Fuera».

 

Descubre cómo ayudar a tu peque a respirar mejor con los consejos de una fisioterapeuta respiratoria en el Seminario Online «Mocos fuera»

 

Asegurar una buena hidratación es fundamental, y estar pendientes de la evolución, por si se presentan complicaciones. Si todo evoluciona favorablemente, el cuadro remitirá por completo en un plazo de unos siete a diez días.

¿Cuándo volver al médico para una nueva valoración?

Los casos en los que sería conveniente volver al pediatra para hacer una nueva valoración son los siguientes:

  • Si empeora la dificultad para respirar y las crisis de tos son muy persistentes, mueve mucho el abdomen, se le marcan las costillas o deja de respirar durante algunos segundos.
  • El niño está pálido o tiene los labios o las uñas azuladas.
  • La fiebre es muy alta.
  • Le cuesta mucho comer y moja menos pañales de lo habitual.

¿Cómo podemos prevenir la bronquiolitis?

No existe actualmente ninguna vacuna contra este virus. Los niños de más riesgo, los que han sido prematuros o tienen alguna enfermedad pueden recibir unas inmunoglobulinas especiales durante los meses de invierno, pero para la mayoría de los niños sanos, lo mejor es evitar el contagio tomando las siguientes medidas:

  • Evitar fumar en casa.
  • Lavarse las manos con frecuencia con agua y jabón. En caso de no tener agua disponible se pueden usar lociones desinfectantes a base de alcohol.
  • Evitar el contacto con otros niños o adultos con infecciones respiratorias.

 

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Esperemos que estos consejos os sean de ayuda para que conozcáis la enfermedad, sepáis cómo prevenirla y  que os sirvan de guía para actuar en caso de que vuestro peque tenga los síntomas mencionados. Si necesitáis asesoramiento, me puedes consultar online a mí o cualquier otro miembro del equipo de profesionales de CSC en la Tribu CSC.

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