Cómo usar bien un portabebé

Una persona experta en el tema asesora teniendo en cuenta tu condición física, la de tu pareja, la de tu bebé y vuestra rutina diaria

Este post se publicó originalmente el 28/01/2021 y ha sido actualizado en fecha 14/10/2024

Cuantas más familias conozco y más veces enseño a alguien a usar bien un portabebé, más me doy cuenta de lo diferentes que son todos esos casos entre sí. No hay dos personas iguales, pues imagínate familias. Por eso, creer que una mochila, un fular o cualquier otro portabebé sirve para cualquier persona y que con leer las instrucciones de cabo a rabo es suficiente para portear bien, puede llevarnos a cometer un error y un gasto innecesario.

Cómo usar bien un portabebé

Para aprender a utilizar un portabebé no hay nada mejor que recurrir a una persona experta en el tema, que sepa ayudarte y hacer un puzzle juntando con tu condición física, la de tu pareja, la de tu bebé, vuestra rutina diaria y lo que necesitáis en un momento concreto de vuestra vida.

No es lo mismo una cesárea que un parto vaginal, ni el cuerpo de una persona deportista que el de otra más sedentaria. Como tampoco lo es que tengas cuatro hijos o que estés todavía en el primero. Voy a darte unas claves generales y otras más concretas para cada estilo de portabebé y de esa manera, podrás acertar muchísimo más con la compra.

 

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Recomendaciones generales

Ningún portabebés en el mundo (pero ninguno) soporta los kilos que marca en las instrucciones. Bueno, para ser exacta, quizás sus costuras y la resistencia de su tela sí. Pero a un bebé que se mueve, no. Así, un fular elástico te durará aproximadamente hasta los 7 kilos muy bien ajustado, uno semi-elástico un poquito más y uno rígido mucho más.

Con las mochilas pasa lo mismo. Las hay que pone que soportan 15 kilos o incluso 30. Pero no. En realidad, depende de muchas cosas como, por ejemplo, lo mucho o poco que se mueva el bebé… Pero sobre todo de su altura o, más bien, de la largura de su fémur. En cuanto ya no mantenga la posición de ranita, rodilla por encima del culete, irá colgando y tú notarás que pesa más. Ahí toca cambiar.

 

 

Otra cosa que verás es que, en algunos casos, duran cuatro o cinco años. No, no hay nada que se adapte estupendamente, y en el 100% de los casos, a un bebé recién nacido y a un niño o niña de cuatro añazos al mismo tiempo.

Cuidado con la palabra “ergonómico”. Se usa muy a la ligera. Según la RAE significa:

Pero resulta que para que algo sea ergonómico se deben dar varias condiciones al mismo tiempo. Es decir, nada es ergonómico de forma generalizada, ya que se concibe de una manera más personalizada. Un portabebé que tiene características que pueden mantener una posición natural del bebé y del adulto, aún así no será ergonómico si:

  • Se utiliza mal.
  • Se utiliza antes o después del tiempo para el que ha sido concebido.
  • Si a pesar de estar siendo usado conforme marcan las instrucciones, no mantiene una posición fisiológica tanto del adulto como del bebé.

Otra cosa que me parece fundamental y que quiero resaltar en fosforito, subrayado y mayúsculas es que es muy, pero que muy importante, un servicio post venta. Que la persona que te venda el portabebé sea alguien que te haya recomendado ese modelo en concreto por un buen motivo, y que después pueda seguir echándote una mano si lo necesitas. Es decir, que tenga ese servicio post venta.

 

 

Cuando compramos en internet, nuestro cerebro asume que las garantías son menores en cuanto a un servicio de calidad post venta. Y en parte es cierto, ya que compramos a grandes plataformas que actúan como distribuidoras. Pero las máquinas jamás podrán sustituir una atención personalizada de tú a tú. Hoy en día, las empresas pequeñitas están teniendo que reinventarse y cubrir un mercado digital que antes ni lo habían contemplado. Aún así, siguen aportando ese valor diferencial que las distingue: el trato humano.

Recomendaciones específicas

Y, por último, cada portabebé se usa de una manera específica. O sea, que no vale con abrochar y ya. Tiene un proceso, y cuanto más lo realices más automático será y menos tendrás que pensarlo. Por ponerte un ejemplo, pensar que en una mochila, con abrochar el cierre del cuello es suficiente, es como decir que puedes lanzarle un pañal a tu bebé ¡y hala!, ya está puesto. No amiga, esas cinchas que tiene en los tirantes no son adornos, son para adaptarla a tu cuerpo.

Sé de sobra que cuando vamos con prisa la perfección no existe, pero cuanto más te acostumbres a “ajustar – aflojar”, más tiempo podrás portear porque habrás cuidado tu espalda todo este tiempo.

 

 

Recuerda que las marcas hablan genial de sus propios productos. Muchas se saben vender. No digo que no lo valgan, sino que es materialmente imposible que un portabebé sea idóneo para todo el mundo. Sería como pensar que los mismos pantalones nos valen a todas. 

Tampoco sirve que pidas “recomiéndame un portabebé” esperando que te contestemos una marca y ya. Si estás hablando con alguien que sabe del tema, te acribillará a preguntas sobre tu cuerpo, tus necesidades, etc. Valóralo. Toda esa formación y conocimiento, tiene un valor incalculable. Y un precio.

Con esto que te cuento, ya puedes empezar a entrenar a tu ojo clínico en tu búsqueda del portabebé (im)perfecto. En siguientes posts te cuento qué cosas necesitas saber para usar bien cada uno de los diferentes tipos de portabebés que existen en el mercado. Y si tienes dudas, ¡te espero en la Tribu!

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