¿Cómo afecta el consumo de alcohol en los adolescentes? El consumo excesivo de alcohol, y en especial el «binge drinking» o «atracón de alcohol» que muchos jóvenes experimentan durante los fines de semana, puede causar una desregulación permanente de las neuronas o células cerebrales en los adolescentes, según un nuevo estudio en ratones publicado en ‘Neurofarmacología’.
Los «atracones de alcohol» pueden causar una desregulación permanente de las neuronas o células cerebrales en los adolescentes
Los investigadores hallaron que los «atracones» de bebida en adolescentes conducen a cambios duraderos en los microcircuitos corticales en ratones. Es decir, ingerir grandes dosis de alcohol durante un corto periodo de tiempo (varias horas) daña el cerebro de los adolescentes.
El equipo, dirigido por Avery Sicher, estudiante de doctorado en el Programa de Neurociencia de Penn State, usó un modelo de exposición de adolescentes al etanol en ratones para comprender cómo las diferentes poblaciones de neuronas en la corteza cerebral, la capa más externa del cerebro, se modifican por los atracones de alcohol.
Se sabe que los ratones consumen alcohol en patrones que se aproximan al consumo excesivo de alcohol humano, más concretamente el «atracón de alcohol» o «binge drinking», definido por el Instituto Nacional sobre el Abuso del Alcohol y el Alcoholismo como un patrón de consumo de alcohol que lleva a una concentración de alcohol en la sangre de 0,08% o más, generalmente en aproximadamente 2 horas.
El consumo excesivo de alcohol se considera uno de los patrones más peligrosos de abuso de alcohol y comprender su impacto en el cerebro en desarrollo puede ayudar a informar del tratamiento.
El cerebro adolescente aún está en desarrollo y es más vulnerable a los efectos del alcohol, que causa alteraciones permanentes
Los hallazgos de los investigadores sugieren que el consumo excesivo de alcohol durante la adolescencia, cuando el cerebro aún se está desarrollando, conduce a cambios duraderos en la capacidad del cerebro para comunicarse, lo que potencialmente puede causar cambios de comportamiento a largo plazo y cambios cognitivos inducidos por el alcohol.
Según Nikki Crowley, profesora asistente de Biología e Ingeniería Biomédica y presidenta de la Cátedra Huck Early en Neurobiología e Ingeniería Neural, el equipo de estudio observó que si los adolescentes beben en exceso alteran sus neuronas, y es posible que no puedan corregir esto «incluso si se detiene el consumo de alcohol».
Y es que, según su trabajo, el consumo excesivo de alcohol en adolescentes aumenta la excitabilidad de las neuronas de somatostatina prelímbicas. La hiperexcitabilidad persiste 30 días después del consumo de alcohol sin cambios en la densidad de células SST (la somatostatina, un neuropéptido originalmente aislado del hipotálamo, que actúa como una sustancia inhibidora de la hormona del crecimiento).
«El consumo excesivo de alcohol es problemático para todos, y debe evitarse, pero los cerebros de los adolescentes parecen ser particularmente vulnerables a las consecuencias, que en los humanos los seguirán durante décadas«, dijo Crowley.
El consumo excesivo de alcohol en la adolescencia afecta a la corteza prefrontal
La corteza prefrontal, una región cerebral clave para el funcionamiento ejecutivo, la evaluación de riesgos y la toma de decisiones, no está completamente formada en los adolescentes. De hecho, explica Crowley, aún está madurando en los humanos hasta alrededor de los 25 años. Las interrupciones en su desarrollo en los jóvenes pueden tener consecuencias graves y duraderas, agregó Crowley.
Sicher y sus colegas les dieron a los ratones acceso al alcohol durante un período de 30 días. Debido a su desarrollo más rápido y su vida útil más corta, esto correspondía a aproximadamente de 11 a 18 años en años humanos. Luego observaron las propiedades de diferentes neuronas a lo largo de la corteza prefrontal para comprender cómo los atracones de bebida de los adolescentes influían en el cableado y la activación de estos circuitos. Esto les permitió comprender cómo estas neuronas habían cambiado su capacidad para enviar señales con otras neuronas.
Descubrieron que las neuronas de somatostatina, una población clave de células que inhibe la liberación de neurotransmisores de otros tipos de células en todo el cerebro y ayuda a «amortiguar el ruido», parecían estar permanentemente desreguladas en los ratones que bebían en exceso en comparación con los ratones a los que solo se proporcionó agua durante todo el desarrollo.
El alcohol afecta al funcionamiento de las neuronas
Las neuronas de somatostatina liberan neurotransmisores inhibidores, como GABA, así como péptidos inhibidores como la somatostatina, y el funcionamiento adecuado de estas neuronas es necesario para un cerebro sano.
Las neuronas afectadas por el alcohol eran más excitables hasta 30 días después de que los ratones dejaran de beber alcohol, cuando los ratones pasaron a la edad adulta. También hallaron «una reducción complementaria en la excitabilidad de las neuronas piramidales de la capa II/III inmediatamente después del consumo excesivo de alcohol» con un curioso sesgo de género: la hipoexcitabilidad se recuperó hacia una mayor actividad de las neuronas piramidales en la edad adulta en las mujeres.
«Las neuronas tienen una trayectoria de desarrollo relativamente fija: necesitan llegar a donde van y sincronizarse con las parejas adecuadas durante períodos específicos de desarrollo para funcionar correctamente», explicó Crowley. Por su parte, David Starnes, estudiante universitario de Biología en el Honor College de Schreyer, realizó recuentos de células de somatostatina para cuantificar la densidad celular antes y después del consumo de etanol. Descubrió que, si bien los datos electrofisiológicos sugirieron que estas neuronas se conectan de manera diferente, la cantidad de neuronas SST no parece cambiar como resultado del consumo excesivo de alcohol.
Consumo de alcohol en adolescentes en España
Según datos del Ministerio de Sanidad (Encuesta sobre uso de Drogas en Enseñanzas Secundarias en España ESTUDES 2021 en jóvenes de 14 a 18 años), en España los adolescentes empiezan a consumir alcohol a los 14 años de promedio.
En cuanto al porcentaje de alcoholismo en adolescentes, el 73,9% de los jóvenes entre 14 y 18 años ha bebido alguna vez en su vida y el 1,6% lo ha hecho diariamente el último mes. Durante los últimos 30 días, el 23,2% se ha emborrachado y el 27,9% ha bebido 5 o más copas, vasos o cañas de alcohol en un tiempo aproximado de 2 horas (lo que se conoce como el «binge drinking» o «consumo en atracón»). Y, un dato curioso, es que las mujeres beben y se emborrachan más que los hombres.
Si quieres más información sobre el consumo de alcohol en adolescentes, sus causas y consecuencias; saber cómo evitar el consumo de alcohol en jóvenes o necesitas asesoramiento profesional para enseñar a tus hijos a decir no al alcohol y otras drogas, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil y crianza respetuosa. Entre ellos/as se encuentran la pediatra Gloria Colli, la psicóloga Mamen Bueno y la docente, psicóloga infantil y logopeda Elena Mesonero.
Otras consecuencias del «binge drinking» o «atracón de alcohol» en la adolescencia
Sanidad alerta de que darse «atracones» de alcohol produce intoxicaciones y puede provocar tolerancia al alcohol. Y señala que son varias las investigaciones científicas que sugieren que este patrón de consumo podría desencadenar alteraciones cerebrales irreversibles, especialmente en el caso de los adolescentes.
Y es que, si bien los jóvenes rara vez presentan cirrosis hepática u otros trastornos que se suelen presentar en los adultos tras varios años de abusar del alcohol, «las últimas investigaciones científicas han demostrado que el consumo de alcohol en la adolescencia, y especialmente el consumo ‘en atracón’, puede afectar el sistema nervioso central» a distintos niveles:
- Interfiere en el desarrollo del cerebro que atraviesa un periodo crítico de cambios durante esta etapa, limitando su futuro y su potencial individual.
- Afecta, entre otras, a la zona cerebral relacionada con la memoria y el aprendizaje (hipocampo).
- En los casos en que el consumo de alcohol produce síntomas de resaca o abstinencia, se producen daños sobre la memoria, el aprendizaje y la planificación de tareas.
Como consecuencia, «se producen alteraciones de las relaciones personales, del rendimiento escolar, comportamientos violentos y conductas peligrosas para la salud», así como «prácticas sexuales de riesgo o conducir bajo los efectos del alcohol«.
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