Refuerzo positivo en niños: Enseñarles a valorar cada día con un sencillo ejercicio

Los ejercicios de refuerzo positivo en niños son fantásticos para valorar las cosas buenas que nos suceden a diario y fomentar las emociones positivas.

Al final del día solemos estar agotados, malhumorados, el estrés nos pasa factura, la rutina nocturna (baño, cena, cuento, cama, etc.) puede resultar enojosa… Más de una vez llegamos a perder los nervios y discutir con los peques e incluso nos acostamos con sensaciones negativas.

Comunicación en familia y gestión emocional

El estrés de nuestro día a día no nos deja mucho tiempo libre para cultivar el vínculo familiar. Puede que haya momentos en los que nuestras rutinas nos permitan conciliar estilo de vida y familia para estar todos juntos (la hora del desayuno, de la comida o de la cena, etc.), pero ¿realmente sacamos todo el provecho posible a los pocos momentos que pasamos con los nuestros?

Y es que no basta con estar presente, también hay que estar «consciente». Permanecer atentos a las emociones, sensaciones y necesidades que los acontecimientos diarios y las nuevas experiencias van generando. Es un periodo de sus vidas en el que sus emociones están completamente destapadas y les dominan con facilidad.

Nuestros hábitos como adultos les arrastran y muchas veces no nos damos cuenta de lo estresante que resulta para ellos adaptarse a nuestro frenético ritmo de vida, sobrecargado de actividades. Nuestros problemas y estados de ánimo también les afectan a ellos.

Un buen ejercicio para fomentar la serenidad, el equilibrio, la gestión emocional y el enfoque positivo es enseñarles a vivir de forma consciente, valorando todo lo bueno que hay en nuestras vidas y cuidando nuestros momentos de ocio e interacción familiar.

Refuerzo positivo en niños y balance: ¿el día de hoy ha merecido la pena?

Este ejercicio es muy sencillo y sirve para enseñar a valorar las cosas sencillas y pequeñas, mostrar agradecimiento, reforzar la autoestima y desarrollar el pensamiento positivo. También, de forma paralela, fomenta el diálogo y el nexo familiar.

Se trata de compartir en familia, al final de cada día, las cosas bonitas que nos han pasado para aprender que cada día merece la pena, y ser capaces de vivirlos de forma consciente. También es un ejercicio de autoconocimiento y desarrollo personal, que sirve para que los peques identifiquen las cosas y actividades que les hacen sentir bien y las que no, para potenciar las primeras y evitar las segundas, o enseñarles a gestionarlas adecuadamente.

Cada miembro de la familia debe compartir con los demás qué ha hecho ese día. Si ha ido a trabajar o al cole, si ha estado estudiando o haciendo la compra, si ha salido a pasear o a hacer deporte, si ha leído un libro nuevo o se ha encontrado con un amigo, si nos hemos enfadado con alguien o nos han hecho reír… y cómo se ha sentido haciendo cada una de esas cosas.

De esta forma, seremos cada vez más conscientes de las emociones asociadas a los acontecimientos diarios. Por ejemplo: hacer deberes puede ser un poco aburrido en algunos casos, pero practicar deporte o jugar en el parque deja siempre una sensación agradable. Aquí, ayudamos al refuerzo positivo en niños.

El balance del día

Al final, nos plantearemos la siguiente pregunta: ¿el día de hoy ha merecido la pena? Hacer balance del día, de las actividades que hemos practicado y de nuestras emociones, nos enseña que sí.

Porque incluso aunque de vez en cuando nos sucedan cosas desagradables, siempre hay actividades que nos gustan y pequeñas cosas (a veces incluso totalmente casuales o accidentales, como encontrarse a un amigo por la calle) que nos hacen felices y nos proporcionan bienestar.

Solo hay que ser realmente conscientes de ellas para poder disfrutarlas, fomentarlas y sacar provecho de lo bien que nos hacen sentir.