Niños escolarizados con enfermedades crónicas: ¿Están los centros escolares preparados para atenderlos en caso de alguna crisis?

Uno de cada cuatro menores tiene una enfermedad crónica. El asma, la obesidad infantil y la dermatitis atópica son las más comunes

Es normal que las familias con hijos escolarizados con enfermedades crónicas se preocupen por el bienestar de estos en la escuela, colegio o instituto. El profesorado, por su parte, también puede sentir inquietud a la hora de abordar las necesidades de este alumnado. Por eso, hoy nos planteamos si los centros escolares están preparados para esta circunstancia.

En España no existe un protocolo global de atención a los niños y niñas escolarizados con enfermedades crónicas, pero sí existen distintas guías que sirven para orientar a los docentes sobre cómo actuar frente a enfermedades como el asma, la diabetes o la celiaquía.

La Asociación Española de Pediatría en Atención Primaria (AEPap) sí cuenta con una guía para los centros docentes en los que se recoge cómo actuar frente a una crisis asmática, cuando un niño/a convulsiona, cómo hacer una RCP (Reanimación Cardiopulmonar) o sobre intolerancia a la lactosa y otras alergias alimentarias.

 

Hijos escolarizados con enfermedades crónicas

 

Y otras sociedades, asociaciones o colegios también editan documentos con consejos y recomendaciones para la atención de nuestras hijas y nuestros hijos escolarizados con enfermedades crónicas. Es el caso de la Sociedad Española de Neumología Pediátrica que edita un documento titulado «Asma en los centros escolares».

¿Cuáles son las enfermedades crónicas más frecuentes en España?

Una enfermedad crónica es aquella patología de larga duración que, por lo general, tiene una progresión lenta. En algunos casos, se trata de patologías que no se curan. Según este artículo de Anales de Pediatría, algunos estudios epidemiológicos sugieren que uno de cada cuatro niños tiene un enfermedad crónica, con cifras de prevalencia de entre el 10% y el 30%.

En este mismo artículo, los autores reconocen que no hay «criterios unificados» para definir qué es una enfermedad crónica pediátrica, aunque lo más aceptado es «considerar como crónica aquella enfermedad que dura tres o más meses, que implica hospitalizaciones, cuidados sanitarios y domiciliarios«.

 

Hijos escolarizados con enfermedades crónicas

 

Enfermedades crónicas más comunes en la infancia

El asma es la principal enfermedad crónica en la niñez, situándose en torno al 7-15% en España y con una prevalencia «creciente en todo el mundo». En el segundo puesto, la obesidad infantil que -subraya el artículo- también presenta una «tendencia creciente generalizada» en todo el mundo desarrollado, especialmente en los países del sur de Europa entre los que se encuentra España (con cifras de entre el 7 y el 20%).

La dermatitis atópica es la enfermedad cutánea más común. Afecta a entre el 10 y el 20% de los niños. Por otro lado, la enfermedad celíaca y el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH) forman parte de estas enfermedades consideradas crónicas.

Hijos escolarizados con enfermedades crónicas: Los colegios han de estar preparados

Para los padres con hijos escolarizados con enfermedades crónicas es importante saber que si sufren una crisis se les atenderá adecuadamente. En otra entrada del blog abordamos cómo se ha de manejar la diabetes tipo 1 en el colegio. Pero también es importante saber qué necesidades tiene un menor con cardiopatías o cómo atender a aquellos que puedan sufrir crisis epilépticas, por ejemplo.

 

Hijos escolarizados con enfermedades crónicas

 

La pediatra Gloria Colli, a la que podéis consultar online en la Tribu CSC, explica que en el caso de las alergias alimentarias es importante que el colegio tenga toda la información y sepa cómo actuar en caso de una urgencia:

«En el colegio deben disponer de toda la información necesaria sobre la alergia del pequeño con tiempo suficiente para que la conozcan todos los profesores y personal al cuidado del paciente alérgico.

Deben saber en qué consiste la enfermedad, qué síntomas puede presentar, cómo suele evolucionar, qué medicación puede necesitar y cómo hay que administrarla, sobre todo en aquellos casos en los que se puede precisar adrenalina«.

Es una información que, además, ha de ser compartida con todo el profesorado, como personal de apoyo, monitores de comedor o extraescolares y profesores de educación física, música o inglés.

 

Infórmate sobre los alimentos que más alergia suelen provocar, cuáles son las alergias más habituales, cómo detectar sus síntomas y qué niños tienen más riesgo de padecerlas en el Seminario Online «Cómo detectar una alergia alimentaria»

 

La principal preocupación del profesorado es no saber cómo actuar en caso de crisis

Investigadores de la Universidad de Santiago de Compostela se han planteado cómo se siente el profesorado ante las enfermedades crónicas de sus alumnos. Lo hicieron a través de una encuesta a 244 profesores y profesoras de educación primaria y secundaria que se publicó en 2020.

El 60% del profesorado encuestado tenía en clase al menos un alumno/a con una patología crónica (la más frecuente era la epilepsia). Su principal preocupación era desconocer cómo actuar ante una situación potencialmente grave. Y, en relación con las crisis hipoglucémicas y la anafilaxia, los profesores que tienen alumnos de riesgo, «si bien conocen cuál es la medicación recomendada, no saben utilizarla correctamente».

La conclusión de los investigadores es que el profesorado no se siente seguro a la hora de abordar una hipotética situación de crisis. «Por tanto, se debería mejorar la formación, capacitación y autoconfianza de los educadores en la atención a posibles situaciones urgentes en escolares con enfermedades crónicas», concluyen los investigadores.

 

Hijos escolarizados con enfermedades crónicas

 

La enfermería escolar como medida de protección en las escuelas

El mismo artículo que se titula ‘Escolares con enfermedades crónicas, ¿qué les preocupa a los profesores?’ señala que son necesarias «estrategias coordinadas» entre los centros educativos y los servicios de urgencias «para garantizar la seguridad y la correcta atención» de los escolares.

Además, existe «controversia» sobre el papel que ha de asumir el profesorado a la hora de velar por la salud de sus alumnos. Son profesionales preparados para educar a nuestros hijos e hijas, pero ¿hasta qué punto deben tener conocimientos en materia de salud? Es por eso que cada vez se demanda más la figura de la enfermera escolar.

Está demostrado que la presencia de enfermeras escolares en los centros reduce el absentismo y el riesgo de fracaso escolar en los niños con enfermedades crónicas, tal y como recoge el estudio gallego. Entre las funciones de la enfermera escolar, está la de atender, asesorar y gestionar la salud del alumnado de todas las etapas y hacer frente y solucionar cualquier situación urgente en el colegio

 

Hijos escolarizados con enfermedades crónicas

 

Esto implica que las niñas y los niños escolarizados con enfermedades crónicas estarán atendidos de manera realmente eficaz. Sin embargo, la ratio de enfermeras escolares en España es muy baja: 1 por cada 8.497 alumnos (datos del Observatorio de la Enfermería Escolar). La mayoría de centros en España no cuentan con esta figura.

Por eso, son necesarios protocolos claros frente a las enfermedades crónicas pediátricas. Y formación e información para que los docentes y el personal sepan cómo actuar frente a cualquier situación.

 

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