Mucha gente estrena ropa antes de lavarla e, incluso, antes de ponérsela al bebé (siendo sinceros, la mayoría de nosotros). Sin embargo, los dermatólogos y microbiólogos alertan de que es un mal hábito y que siempre hay que lavar la ropa del bebé (y la nuestra propia) antes de estrenarla.
Las razones son dos: por un lado, hay que eliminar la suciedad, las bacterias, los parásitos y los gérmenes acumulados en la prenda antes de llegar a tus manos (¡muchos más de los que imaginas!). Por otro, hay que borrar el rastro de cualquier producto químico empleado en su fabricación y que en contacto con la delicada piel del bebé puede generar una alergia. ¡Así que ni tú ni tu bebé deberíais poneros ropa nueva antes de lavarla!
«Sin estrenar» no significa «limpio»
Desde que una prenda de ropa se fabrica hasta que llega a nuestro armario, pasa por muchos lugares y muchas manos, por lo que acumula parásitos, bacterias, polvo y suciedad. Así que ese precioso body blanco que has comprado a tu bebé, por más que se vea reluciente, ha pasado por las manos que lo confeccionan, lo empaquetan (las cajas generan humedad, que propicia la proliferación de gérmenes, parásitos y bacterias) y lo transportan. También por las de los dependientes que la colocan en la tienda… ¡y la de todas las personas que las han tocado antes que tú!
Además, en el caso de la ropa para niños más mayores o adultos; los probadores son lugares ideales para el desarrollo y conservación de parásitos como los piojos y gérmenes como bacterias, virus, hongos y protozoos microscópicos que pueden causar enfermedades.
Los gérmenes pueden vivir en la ropa desde unas semanas hasta varios meses (como los procedentes de las secreciones respiratorias como la tos o los estornudos, por ejemplo). Pero hay más. Según una investigación con varias piezas textiles realizada por el Doctor Philip M. Tierno, director de microbiología en la Facultad de Medicina de la Universidad de Nueva York, es posible encontrar en ella productos químicos y hasta restos menstruales o bacterias causantes de gastroenteritis (en el caso de prendas inferiores, como faldas y pantalones) que pueden llegar a contagiar a otras personas.
En el estudio se analizaron pantalones, blusas y ropa interior de tres tiendas. Los resultados fueron sorprendentes: se encontraron secreciones respiratorias, flora de la piel y restos de flora fecal. Sustancias que, según Tierno, se suelen acumular principalmente en las zonas próximas a las axilas y cercanas a las nalgas.
Con el fin de protegerse de las bacterias dañinas, los expertos recomiendan lavar siempre las piezas textiles nuevas y, en la medida de lo posible, probárselas con ropa debajo y lavarse las manos después de ir de compras, ya que sin darnos cuenta habremos tocado muchas prendas que pueden contener sustancias perjudiciales para nuestra salud.
Otro peligro está en que los hongos pueden estar presentes de forma invisible, ya que las fábricas y los almacenes de ropa no tienen las mejores condiciones de ventilación y los niveles de humedad son altos, por lo que se genera un excelente caldo de cultivo para hongos y moho.
Si todo esto ya es de por sí nocivo para nosotros, lo es aún más en el caso de los bebés, cuyo sistema inmune aún no está desarrollado y las consecuencias pueden ser más perjudiciales. ¿Tú te pondrías algo que usó una o más personas, sin saber si estaban enfermos o cuál es su higiene corporal? Claramente no, y tampoco se lo pondrías a tu bebé. Por eso es importante lavar las prendas, ya que no sabes quién las utilizó antes de ti.
Sustancias químicas y reacciones alérgicas o infecciones
Las telas pasan por una serie de procesos para darles el color y la forma que tienen. Para eso se utilizan químicos fuertes que quedan como residuos una vez que la prenda está acabada. Y los residuos químicos no se van por completo a menos que pasen por la lavadora. En caso contrario, estamos exponiendo la delicada piel del bebé a desarrollar alergias e incluso quemaduras al estar en contacto directo con ellos. También la nuestra propia, si tampoco lavamos nuestra ropa antes de estrenarla.
Mucha gente no lo sabe, pero la mayoría de nosotros somos alérgicos a varias de las tinturas químicas y anilinas que se utilizan para teñir las telas. Y la mayoría vamos a tener alguna reacción, aunque en muchas personas pase desapercibida. Si somos propensos a las alergias o tenemos la piel delicada (como es el caso de los bebés), podemos sufrir enrojecimiento, picazón, dermatitis y hasta heridas.
Uno de los productos que más reacciones alérgicas suele provocar es el colorante anilina, utilizado en muchas telas sintéticas. Su aplicación está tan extendida que incluso la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU) recomienda lavar las prendas antes de ponérselas por primera vez para eliminar cualquier resto de este producto. Sobre todo en el caso de la ropa de bebés y niños, ya que tienen la piel más sensible y suelen tocarla más e incluso chuparla.
Por otra parte, uno de los compuestos químicos que suele estar siempre presente en la ropa nueva es la resina de formaldehído (que se aplica sobre la ropa para evitar que se arrugue y evitar que le salga moho). Cuando este metanal está presente en el aire a niveles que exceden las 0,1 ppm puede causar efectos adversos como ojos llorosos, ardor en los ojos, en la nariz y la garganta, tos, sibilancias o respiración con silbidos, náuseas e irritación de la piel. Es más, algunos estudios de laboratorio incluso lo catalogan como producto cancerígeno.
Los efectos secundarios más comunes de no lavar la ropa antes de estrenarla van del eritema (piel roja), descamación o lesiones de contenido líquido (vesículas) al prurito (picor de la piel). Pero también podrían llegar a darse problemas ginecológicos como la vulvitis (inflamación de los órganos sexuales externos femeninos por una infección bacteriana o micótica), ya que en la ropa interior podemos encontrar todo tipo de bacterias y fluidos corporales no visibles.
¿Con qué prendas debemos tener especial cuidado?
¿El abrigo también debe ir a la lavadora? En el caso de los adultos, tampoco hace falta pasarse. Solo hay que someter al detergente aquellas prendas que van a estar en contacto con nuestra piel. Sin embargo, sí es necesario lavar la ropa del bebé antes de ponérsela.
Sí, toda. Los bebés y niños pequeños son propensos a meterse en la boca y chupar hasta los cuellos de los abriguitos. Así que, según dermatólogos y microbiólogos, debemos poner especial atención en:
- Ropa de bebé.
- Ropa interior.
- Calcetines.
- Camisetas.
- Bufandas y gorros.
- Camisetas interiores.
- Trajes de baño.
¿Cómo lavar la ropa del bebé?
Se recomienda lavar la ropa de tu bebé a mano (con agua tibia y jabón neutro), ya que es muy delicada y el lavado a máquina puede dañar algunas telas. Pero no te agobies: si tu tiempo es escaso, puedes utilizar la lavadora. Basta con que pongas el ciclo más suave (el indicado para las prendas delicadas) y un gel específico para mantener las prendas en buen estado por el mayor tiempo posible. De esta forma, no solo estaremos cuidando nuestra salud y la del bebé ¡sino también nuestro bolsillo!
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