Método MELA, el anticonceptivo natural ¿Cómo funciona?

Este post se publicó originalmente el 22/04/2021 y ha sido actualizado en fecha 11/11/2024

El cuerpo de la mujer en torno a todo el proceso de fertilidad y gestación es tan maravilloso, que tiene su propio sistema anticonceptivo natural para evitar que la madre que acaba de dar a luz vuelva a quedarse embarazada en un período demasiado breve. Esto es, mientras su bebé tiene los primeros seis meses de vida y está alimentándose de forma exclusiva de lactancia materna. Es lo que se denomina el método MELA.

El acrónimos MELA proviene de Método de Lactancia y Amenorrea (LAM en inglés) y fue formulado en 1988 por un grupo de científicos procedentes de varias áreas: planificación familiar, salud de la mujer, educación sanitaria, medicina, ciencias sociales, y salud reproductiva en el Consenso de Bellagio. El objetivo de estos científicos era encontrar una razón fisiológica del porqué del período de infertilidad que tiene la madre mientras está dando el pecho.

Cómo funciona el método MELA

La protagonista del método anticonceptivo MELA es la hormona prolactina. Esta hormona está presente en las madres gestantes y lactantes a unos niveles mayores de los normales y ayuda a la estimulación y producción de la leche materna. Mientras la prolactina sube, las hormonas FSH y GnRh, necesarias para ovular, bajan sus niveles y por lo tanto, se inhibe la ovulación.

Las razones aún no están totalmente claras y, por supuesto, no es igual en todas las mujeres, ni siquiera en todos los partos de una misma madre. Se pueden dar casos también de anovulación o ciclos irregulares. No es un método exacto y deben concurrir varias condiciones a la vez que además se deben dar de forma inflexible. Estas las recoge la OMS y UNICEF:

• El bebé tiene que tener menos de seis meses de edad.
• El peque no utiliza chupete.
• La mujer debe estar en amenorrea. Esto es, no haber menstruado ninguna vez tras el paso de la cuarentena posterior al parto.
• La mamá debe amamantar a demanda, sin pautas de horarios de ningún tipo, siempre que el bebé quiera. La lactancia a demanda es, además, la forma en la que la OMS recomienda alimentar a nuestros hijos durante los primeros seis meses de vida.
• El bebé no pasa más de cinco horas sin mamar por la noche y no más de cuatro por el día y se hacen un total de como mínimo, ocho tomas al día.

Cuando las tomas de pecho se van espaciando, los niveles de prolactina van bajando poco a poco. Por ello, se activa de nuevo la ovulación y la mujer puede quedarse de nuevo embarazada.

¿Es efectivo el método MELA?

No existe evidencia científica real demostrada a día de hoy que respalde la fiabilidad del método MELA. Los primeros estudios hablaban de una fiabilidad del 98-99% los siguientes seis meses tras el parto y de ahí en adelante, la fiabilidad baja al 70% hasta los 12 meses de edad de nuestro bebé.

Pero ojo, porque en la actualidad esto no está contrastado y no hay estudios que lo corroboren. Habría que hacer nuevos estudios con la población actual, los ritmos de vida, etcétera.

«Cuando se comenzó a estudiar el método MELA, se hicieron unas valoraciones y unas hipótesis sobre su fiabilidad, pero a día de hoy no se ha podido comprobar a ciencia cierta, con evidencia científica de calidad, su eficacia. Habría que revisar cuántas mujeres en la actualidad, siguiendo todas las condiciones a rajatabla, recuperan la regla en esos primeros seis meses de lactancia», explica Esther Esteban, matrona y asesora de lactancia.

Asimismo, hay que tener en cuenta que sea cual sea realmente su eficacia, se deben cumplir todas las condiciones sin excepción y, por otro lado, no sabemos en qué momento volveremos a ovular. Puede ocurrir que un ciclo seamos de nuevo fértiles y no seamos conscientes. En este caso, podría producirse un embarazo incluso antes de tener de nuevo la menstruación.

Existen, además, algunos factores que pueden afectar a la fiabilidad del método MELA, como pueden ser la ingesta de ciertos medicamentos o circunstancias del día a día que puedan alterar el ciclo (como pasar más horas fuera de casa, viajes, situaciones de estrés…) y tampoco serviría si la madre se extrae la leche porque, por ejemplo, se incorpore de nuevo a la vida laboral. Asimismo, el bebé debe hacer una succión eficiente en las tomas por lo que problemas de agarre al pecho también podrían disminuir la fiabilidad del método MELA.

Lo recomendable es, en caso de dudas, preguntar a una especialista en materia de lactancia materna. En la Tribu CSC se puede consultar online a la consultora de lactancia Inma Mellado. 

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Sea como fuere, la naturaleza es sabia pero no es una ciencia exacta por lo que si tenemos claro que no queremos un embarazo, lo ideal es optar por un método anticonceptivo compatible con la lactancia y utilizar el método MELA solo si tenemos claro que un nuevo embarazo no sería un problema en tu familia.

Es, además, especialmente relevante el hecho de que si el parto ha sido por cesárea, puesto que desconocemos la fiabilidad real del método MELA, se utilicen otros métodos anticonceptivos  ya que no es recomendable plantearse un nuevo embarazo con cesárea anterior antes de los 18 – 24 meses tras el parto para evitar riesgos.

Métodos anticonceptivos compatibles con la lactancia materna

Si tenemos claro que no queremos un nuevo embarazo en un muy breve período de tiempo tras dar a luz, es fundamental utilizar un método anticonceptivo.

No todos los anticonceptivos son compatibles con la lactancia materna pero sí hay varias opciones de anticonceptivos hormonales y de barrera, por los que podemos optar cuando estamos amamantando:

• Preservativo. Uno de los métodos anticonceptivos de barrera más conocidos, que es totalmente compatible con la lactancia porque carece de componentes hormonales.
• Progestágenos. Los métodos anticonceptivos que solo tienen en su composición progestágenos son perfectamente compatibles con la lactancia materna. Su administración puede ser por medio de pastillas, inyecciones trimestrales o implantes subdérmicos.
• DIU de cobre y DIU hormonal: Ambos serían compatibles con la lactancia, la diferencia es que uno contiene hormonas y el otro no. Los dos son una opción para el control de la natalidad reversible y de acción prolongada. No es recomendable implantarlo inmediatamente después de un embarazo y un parto, por lo que un ginecólogo-a debería valorar si es la mejor opción y ayudar a la mujer a ponderar también sus posibles efectos secundarios (sangrado vaginal inusualmente abundante, flujo vaginal con mal olor, dolor pélvico, dolor abdominal o sensibilidad, fiebre, posible exposición a una infección de transmisión sexual al no ser un método de barrera…).

La elección de un método u otro debe ser solo de la mujer y se recomienda acudir a la matrona para que nos ayude a hacer una selección personalizada. Para algunos métodos concretos es necesario acudir al ginecólogo, como es el caso del DIU o el implante.