Desde hace unos años, al trabajar como enfermero de pediatría y ser responsable de dos colegios de la zona del centro de atención primaria, hago charlas de educación sexual a los niños y niñas que…
Hace unos días mi hijo pequeño me dijo mirándome con cara de preocupación: – Mamá, ¿sabes que hay una guerra y que hay niños que han tenido que irse de su casa sin sus padres? – Sí. Lo sé. Es muy triste, ¿verdad? Y él, que es empático y sensible, se echó a llorar. Sus hermanos me dijeron que lo habían estado hablando en el colegio. ¿Os suena la situación? Veamos cómo hablar con los niños sobre la guerra.
Es cierto que, lamentablemente, en los dos últimos años, nos hemos convertido en expertos en hablar con los peques de cuestiones tan complejas como una pandemia. Y, ahora que parecía que las cosas empezaban a ir mejor, nos encontramos en la delicada tesitura de explicarles algo que para todos nosotros es inexplicable: las guerras.
¿Cómo hablar con ellos de un tema tan complejo?
Cómo hablar con los niños sobre la guerra
En primer lugar, vamos a tener en cuenta algunas cuestiones previas como la edad y la personalidad de nuestros hijos e hijas con el fin de adecuar la información y ajustarla convenientemente.
Los niños y niñas pequeños son muy buenos observando, pero interpretando no son tan eficaces ya que no han alcanzado ni el nivel de madurez ni las vivencias suficientes. Por este motivo, es importante que puedan recurrir a nosotros cuando necesiten información.
1. Averiguar qué saben ellos y cómo lo interpretan
Una de las estrategias más prácticas es tantear qué saben ellos. Así, podemos partir de preguntas como “¿qué sabes tú de eso?” o ”¿qué crees que está ocurriendo?”
Este punto de partida es importante para no darles más información de la que precisan.
2. Explicar con serenidad
Las explicaciones deben darse desde la calma. Los peques son muy sensibles a la percepción de nuestros estados emocionales así que, debemos explicarnos con seriedad, sin restarle importancia, pero con tranquilidad. Sin embargo, si nos expresamos con angustia o nerviosismo, se lo transmitiremos a ellos.
3. Las explicaciones, cuanto más sencillas mejor
No es necesario ahondar mucho en las causas. Con un mensaje sencillo como “a veces los países no se entienden y entran en conflicto como cuando dos personas se enfadan y se pegan. Ya sabemos que no debe hacerse, pero, a veces, pasa”.
4. Cribar la información que les llega y controlar el acceso a los medios
Es importante también estar pendientes del contenido audiovisual al que tienen acceso y evitar que vean imágenes traumáticas. A menudo, en los informativos aparecen secuencias demasiado duras para ellos. No se trata de que vivan en una burbuja e ignoren lo que pasa en el mundo sino de cribar la información que les llega. En la actualidad tenemos la suerte de tener una herramienta como internet a través de la cual podemos buscar vídeos o imágenes que consideremos adecuados según la edad de nuestros peques. Recurrir a cuentos que hablen de este tema puede ser un recurso fantástico.
5. Hablar con los niños sobre la guerra: Dejar que hagan preguntas
Una vez que hayamos terminado con nuestra explicación, que debe ser sencilla y clara, les invitaremos a que nos hagan las preguntas que quieran. Como en cualquier otro tema, debemos fomentar el clima de confianza suficiente como para que sean libres de plantear cualquier pregunta. Recordad que, la información que no se atrevan a preguntarnos, irán a buscarla a otras fuentes.
6. Preguntarles cómo se sienten y respetar sus tiempos
Una de las preguntas que debemos hacerles es cómo se sienten y explicarles también cómo nos sentimos nosotros. Palabras como tristeza, pena o miedo seguramente aparecerán en sus respuestas. En este momento debemos transmitirles la idea de que es normal lo que están sintiendo y que pueden hablar con nosotros sobre ello siempre que quieran.
De la misma manera, respetaremos sus tiempos. Mi hijo pequeño, tras hablar un rato sobre la guerra, me dijo “mamá, ya no quiero hablar más de esto”. En ese momento le dije que me parecía bien y que ya sabía que tenía la puerta abierta si tenía alguna duda o simplemente se sentía triste al pensarlo y necesitaba un abrazo.
En este punto es importante recordar que hay peques que no expresan verbalmente lo que sienten, por lo que tenemos que observarles y estar pendientes de cualquier cambio que pueda aparecer en ellos: problemas de sueño, irritabilidad, tristeza, etc. pueden ser indicadores de que algo está ocurriendo. Si esto sucediera, la recomendación es consultar con un profesional. En la Tribu CSC puedes hablar online con nuestros expertos en crianza y educación respetuosa.
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Sin embargo, no quiero terminar este post sin buscar el resquicio de aprendizaje que nos pueda aportar una situación tan horrible como el estallido de una guerra.
7. Concienciación: Ser parte de la solución
Lo primero que he hecho llegar a mis hijos es la toma de consciencia de la suerte que tenemos por vivir en un país en paz y de la importancia de resolver los conflictos con palabras y no con armas.
A veces, ellos ponen el foco en “los malos” por lo que intentaremos cambiar el foco para que sepan que la mayoría de personas son gente buena dispuesta a ayudar y a solucionar las diferencias hablando. Podemos hablar con ellos sobre la incertidumbre y la búsqueda de soluciones.
Por último, es un momento propicio para enseñarles el valor de la solidaridad y formar parte de la solución. Las niñas y niños son grandes ayudantes. Les gusta ser útiles. Así, podemos informarnos sobre iniciativas solidarias de nuestra localidad para poder participar con ellos.
Ir con ellos a comprar productos para donar en la medida de lo posible o seleccionar prendas de ropa que tengamos en casa para compartir con los que tienen menos y acudir con ellos a hacer una donación es una forma estupenda de hacerles partícipes.
En resumen, al hablar con los niños sobre la guerra nuestra misión es aportarles la información que precisen y hacerles sentir protegidos y acompañados con la esperanza de que nunca más haya que escribir un post como este.
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