Soplos cardíacos en niños: Qué hacer

Los soplos cardíacos son sonidos anormales que provienen del corazón. La mayoría de soplos cardíacos infantiles se corrigen solos en los primeros años de vida. Pero, ¿qué debes saber si os derivan al cardiólogo?

Deben su nombre al sonido que hacen. En la auscultación suena como si alguien estuviera soplando, cuando el sonido normal del latido cardíaco es como un golpe seco. Un «tuc-tuc-tuc» que coincide con los sonidos que hacen las válvulas del corazón al cerrarse. El sonido del soplo se produce porque la sangre circula más rápido de lo habitual o porque pasa por una zona más estrecha.

Los soplos inocentes

Los niños y las niñas pueden tener soplos durante su crecimiento y no siempre son sinónimo de enfermedad. Los llamados soplos funcionales o soplos inocentes pueden estar presentes hasta en un 65% de los peques.

Se detectan con mayor facilidad, porque son más evidentes, si se auscultan después de hacer ejercicio, por ejemplo después de correr o jugar de forma muy activa. Pero también cuando está con fiebre o ha vomitado, y está algo deshidratado.

Los soplos del recién nacido

Cuando el soplo se detecta al nacimiento es necesario que lo valore el cardiólogo para descartar enfermedades congénitas del corazón, porque no todas las cardiopatías se ven con las ecografías del embarazo. 

Durante el embarazo la sangre circula por el corazón oxigenando la sangre en la placenta. Cuando el niño nace, ese circuito se anula y la sangre pasa a circular por los pulmones. Es necesario que algunos orificios del corazón, presentes durante el período fetal, se cierren y así el circuito funcione adecuadamente.

En los primeros días pueden oírse soplos cardíacos que son transitorios y no implican ninguna enfermedad. Pero también pueden detectarse soplos por enfermedades del corazón, que son imposibles de diagnosticar durante el embarazo. Por eso un soplo en el recién nacido siempre debe ser valorado por el especialista.

El cardiólogo habitualmente realizará una ecocardiografía para ver si existen orificios anormales en el corazón, su tamaño y la necesidad de corrección que puedan tener. La mayoría de estos orificios anormales se cierran solos durante los primeros años de vida y, si no producen una sobrecarga del corazón o una falta de oxígeno, no es necesario hacer nada salvo controles periódicos.

Cuando el soplo se detecta en un niño más mayor

Pasado el periodo neonatal, habitualmente se trata de soplos cardíacos inocentes o soplos cardíacos funcionales sin significado patológico. Suelen remitir durante la edad adulta y no precisan ningún tratamiento ni seguimiento especial.

Es habitual que aparezcan o aumenten durante los procesos febriles o las infecciones agudas. No siempre precisan valoración por el cardiólogo.

Preparando la cita de cardiología

Si tu pediatra te ha derivado al cardiólogo para la valoración de un soplo, es importante que tengas preparadas las respuestas a las preguntas que te hará el especialista. Precisará sobre todo conocer antecedentes personales y familiares de enfermedades cardíacas.

Como antecedentes personales tendremos en cuenta si detectaron el soplo al nacimiento, si el crecimiento es adecuado y si presenta infecciones respiratorias de repetición. Si es un bebé, te preguntará si se cansa al comer o si se le ponen los labios morados durante las tomas.

En niños y niñas mayores necesitará saber si tolera bien el ejercicio, si se cansa fácilmente o si tiene que dejar de jugar cuando la actividad es muy intensa. También es importante recordar si ha tenido episodios de palpitaciones, pérdida de consciencia o dolor en el pecho con el esfuerzo.

En cuanto a los antecedentes familiares, es importante indagar en la familia en busca de enfermedades cardíacas como infarto, angina de pecho o problemas circulatorios, sobre todo en personas menores de 50 años.

Si el cardiólogo descarta una cardiopatía y diagnostica un soplo cardíaco inocente o funcional, acuérdate de informar al próximo médico que lo vea, para que no se alarme al detectar el soplo.