Los expertos coinciden en que los niños sientan los pilares de la personalidad que les definirá como adultos durante los primeros 6 o 7 años de vida. Su personalidad determina las cosas que les gustan…
Los eneatipos emocionales tienen ciertas necesidades que destacan por encima de las demás: necesitan relacionarse, de sentirse queridos y amar. Cuidan mucho de sus familiares y amigos, y se preocupan por ellos. Les nutre, sobre todo, el vínculo afectivo con sus semejantes. Así nos ayuda a identificarlos el eneagrama infantil (aquí puedes leer la primera parte):
Eneatipos emocionales
Para ellos es muy importante el contacto con las personas y la pertenencia al grupo. Para ser aceptados por los demás, cultivan la comprensión mutua y el compartir. Por ello, les importa mucho la imagen que proyectan hacia fuera, cómo les ven y tratan los demás. En definitiva, las necesidades de tipo afectivo prevalecen en los eneatipos 2, 3 y 4.
Eneatipo 2: Los amorosos, ayudadores o auxiliadores. Los que necesitan AMOR
Los niños y niñas pertenecientes a este eneatipo son generosos y sensibles. Les gusta compartir y suelen poner los deseos y necesidades de las otras personas por encima de los suyos, siendo incluso raro que identifiquen sus propias necesidades y pidan lo que necesitan. Es necesario insistir en el desarrollo de su autonomía personal, para que no caigan en la codependencia.
Son susceptibles, sienten heridos sus sentimientos con facilidad. Se sienten conmovidos por los débiles y necesitados, a quienes siempre intentan ayudar. Saben cómo conectar con las personas y hacer que estas se sientan bien con ellos. También son capaces de manipular a los demás, mediante la ayuda y el elogio, para conseguir que hagan lo que ellos quieren.
Les gusta estar en compañía de otras personas más que cualquier otra cosa. No soportan la soledad. Como bebés, pueden ser de alta demanda. Como niños, los 2 llaman frecuentemente la atención mostrándose agradables y amables con los demás. Tratan de ser buenos en la escuela y son muy empáticos, parecen tener una habilidad especial para saber qué quieren o necesitan los demás sin que estos se lo digan.
Les gusta hacer cosas para los demás. Pueden ser muy bondadosos y ayudar a quienes los necesitan, así como apoyar y proteger a sus amigos y seres queridos. Suelen sentirse traicionados y rechazados cuando tienen problemas con otras personas.
Procuran recibir amor y aceptación, lo que hace que a menudo traten de comportarse correctamente para que no se enfaden con ellos, o incluso desatiendan sus propios deseos a favor de los de los demás. Como adultos, corren el riesgo de caer en la dependencia emocional con mayor facilidad que otros eneatipos, por lo que hay que cuidar especialmente el tipo de apego que desarrollamos con ellos durante su infancia.
También es conveniente hacerles entender que no hace falta actuar siempre amablemente para agradar a los demás, ni decirles solo lo que quieren oír. Tratar de agradar siempre a los otros requiere una energía que pueden aplicar a descubrir quiénes son, y cuidarse y quererse ellos mismos. Además, los demás no nos quieren por las cosas que hacemos por ellos, sino por quiénes somos. Quien nos ama incondicionalmente, nos ama por ser nosotros mismos.
Es conveniente ayudar a los tipo dos a sentirse serenos y equilibrados enseñándoles a quedarse a solas con sus pensamientos, así como trabajar con ellos las emociones y animarles a dedicarse a actividades creativas y artísticas (en las que suelen destacar, gracias a su gran sensibilidad) con las que puedan descubrirse a sí mismos y expresarse. También debemos ayudarles a ser más asertivos y directos.
Eneatipo 3: Los triunfadores. Necesitan sentirse VALORADOS
Los niños y niñas treses son muy perseverantes, no cesan hasta terminar o conseguir las cosas que quieren. Son muy sociables y camaleónicos, se adaptan bien a cualquier escenario o grupo social. Les gusta cuidar la imagen que proyectan hacia fuera y cómo les ven los demás (les suele gustar estar limpios, bien peinados, con su ropa favorita…).
Son niños enormemente productivos y tienen mucha energía. Pero pueden caer agotados al final del día, ya que hacen demasiadas cosas. Tienen muchas aptitudes e intereses diferentes, y una mente rápida y eficiente. La mayor parte del tiempo se muestran simpáticos, optimistas, positivos y seguros de sí mismos.
Los niños y niñas de tipo ganador o triunfador, pueden acabar estresándose por el trabajo, la competición, las actividades y por tratar de estar constantemente en «la cresta de la ola». Aprender a relajarse es tarea necesaria para ellos.
Conviene hacerles entender desde pequeños que el éxito no es sinónimo de felicidad y que más vale disfrutar que competir.
Hay que dedicar más tiempo que con otros niños a enseñarles a alimentar sus sentimientos, a establecer prioridades y a que entablen amistades significativas. Asimismo, es necesario insistirles en que su imagen no es lo único (ni lo más) importante que tienen que cuidar.
Podemos ayudarles a equilibrar esta tendencia enseñándoles a respetar su propia vida interior, preguntándoles acerca de lo que verdaderamente les preocupa para que dirijan su atención hacia ello. También, impulsándoles a desarrollar sus principios y valores.
Eneatipo 4 – Los artistas, individualistas o especiales. Necesitan sentirse ÚNICOS
Los 4 tienen algunos rasgos comunes a los eneatipos 2. Son niños y niñas extremadamente susceptibles a la crítica. Se sienten heridos con facilidad y necesitan que los demás los consideren especiales. También pueden ser niños y niñas de alta demanda. Llegan a ser ser tímidos por temor al rechazo y, en tal caso, para llamar la atención de los demás, les suele gustar vestirse con determinada ropa (disfraces, un color favorito o un estilo propio con accesorios o complementos como gorras, adornos de pelo, etc.)
Tienen un mundo interior riquísimo, en el que suelen quedarse ensimismados y refugiarse de vez en cuando. Son muy imaginativos, les gustan los juegos de fantasía y disfrutan coleccionando bonitos «tesoros». Son tremendamente creativos (mucho más artísticos que el resto de personalidades descritas por el eneagrama). Es posible que, desde pequeños, muestren predisposición por la música o la pintura. En cualquier caso, da igual la afición: ellos siempre enfocarán las cosas de forma original.
Son muy expresivos cuando están alegres, y dramáticos cuando se entristecen o enfadan. Tienden al victimismo y a la auto-culpa, sintiéndose a veces melancólicos. Con frecuencia se sienten incomprendidos, por lo que es muy importante escucharles con mucha atención y legitimar siempre sus sentimientos.
Conviene enseñarles a no dejarse atrapar por sus sentimientos, puesto que en ellos son siempre muy intensos. A veces, a estos niños les conviene salir de su mundo interior, ya que se genera un círculo vicioso: se refugian en él al sentirse incomprendidos por los demás, pero también acaban sintiéndose aislados en él.
En cambio, al juntarse con otros niños y aportar su ingenio y originalidad, pueden conseguir lo que en realidad necesitan: sentirse únicos y especiales. De lo contrario, pueden acabar percibiéndose a sí mismos como «raros», diferentes del resto y acomplejados. Hay que enseñarles que todos somos diferentes, únicos y especiales. Cada cual a su manera.
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