Hasta hace muy poco, lo normal era bañar al bebé a diario y nada más nacer para entregárselo a sus padres lo más limpito y guapo posible. Sin embargo, estudios recientes sobre la piel del recién nacido aconsejan no bañar al bebé antes de las primeras 48-72 horas tras el nacimiento para no dañar el unto sebáceo, una capa de grasa blanquecina con la que nacen.
Esta capa de grasa, también denominada vérnix caseosa (su nombre, que etimológicamente proviene del latín, significa literalmente «barniz de queso»), es una sustancia exclusiva del ser humano que nos protege dentro y fuera del útero materno.
Es especialmente importante no dañar la vérnix caseosa ni retirarla al principio. Esta sustancia sebácea está formada en un 80% por agua, en un 10% por grasa y en otro 10% por proteínas. Entre otras sustancias, contiene péptidos, un tipo de moléculas que tienen una función antimicrobiana y actúan como defensas naturales.
De ahí la recomendación de evitar el baño del bebé hasta, por lo menos, su tercer día de vida. Y, si puede ser, incluso más tarde. El objetivo no es otro que el de respetar su delicada piel, por lo que también es importante no bañarles a diario.
Primeros baños: qué productos son los más adecuados
A partir del cuarto o quinto día de nacimiento, podemos bañar a nuestro bebé rechazando productos que contengan sustancias agresivas o irritantes para su piel. Debemos evitar los tensioactivos sintéticos o sustancias elaboradas artificialmente. Muchos jabones y cremas incluyen estos productos en su elaboración para mantener la emulsión sobre la piel.
En su lugar, es recomendable utilizar tensioactivos derivados naturales. Estos provienen de componentes vegetales y son mucho más suaves. De esta forma, la piel del bebé no se verá afectada negativamente. Además, los tensioactivos químicos tienen un impacto negativo sobre el medioambiente, en tanto que los naturales son biodegradables. ¡Así que además estaremos contribuyendo a cuidar el planeta!
En resumen: evitaremos el jabón durante los primeros días de vida de nuestro bebé. Podemos sustituirlo con productos formulados con ingredientes 100% naturales. También es importante que comprobemos que las sustancias de su composición no irriten la piel ni los ojos del peque, y que su alta tolerancia haya sido testada dermatológicamente, incluso en pieles sensibles.
Los productos idóneos para este momento son los geles, emulsiones y cremas sin conservantes, colorantes, perfumes ni sustancias de origen petroquímico. Los aptos para celíacos y veganos, y con un Ph adecuado a la piel de los recién nacidos. Si tienes dudas sobre este o cualquier otro tema relacionado con la salud de tus peques, puedes consultar a nuestro equipo de especialistas en la Tribu CSC.
Los preparativos para el baño del bebé
Los primeros baños suelen causar nerviosismo en los padres primerizos, conscientes de que los recién nacidos son extremadamente vulnerables. Sin embargo, siguiendo ciertas pautas básicas es fácil convertirlo en un hábito agradable y seguro para los pequeños.
Lo primero que haremos es acondicionar el cuarto de baño para que tenga una temperatura adecuada, alrededor de 24 grados. También es importante tener todo lo necesario preparado de antemano para NO dejar al bebé solo ni un momento. Los elementos que necesitamos son:
- Una toalla, gasa o capa suave.
- Un gel específico.
- Un pañal limpio.
- Un cambio de ropa.
En esta primera etapa prescindiremos de las esponjas, ya que NO es recomendable frotar su delicada piel. Asimismo, les enjabonaremos y aclararemos con suavidad, con las manos o con una gasa de tacto suave.
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