Es posible que si tienes un bebé menor de 6 meses hayas oído últimamente las palabras Baby-led Weaning o lo que viene siendo su pseudónimo, las siglas BLW. Aunque suena a marca de coche no…
La alimentación complementaria regulada por el bebé o Baby Led Weaning (BLW) tiene múltiples beneficios, uno de ellos es que previene la obesidad infantil. Así lo defiende la Asociación Española de Pediatría, ya que el BLW permite que el bebé desarrolle mejores hábitos alimentarios desde una edad temprana. Aprovechando que el 4 de marzo es el Día Mundial de la Obesidad, te explicamos la importancia de inculcar hábitos alimentarios sanos en nuestros hijos desde edad temprana.
La masticación, la ingesta de productos naturales y nutritivos cocinados de forma sana, y el respeto a los ritmos de hambre y saciedad del propio niño, propician que los peques coman de forma saludable y no estén sobrealimentados.
Los alimentos sólidos sacian más
Los alimentos en estado sólido sacian más, y esto también combate el sobrepeso. Un puré o un biberón siempre se tomará más rápido que un alimento sólido. Y de esta forma es muy probable que se coma más cantidad, a menudo de forma innecesaria, y poco ajustada las necesidades nutricionales reales del bebé.
El alimento no triturado, en cambio, exige más esfuerzo al niño. ¿Por qué? Pues porque provoca que el niño mastique más y coma más lento. Por tanto, queda saciado antes, con menos cantidad (y entran menos gases). De esta manera se consigue que no coma más de lo necesario (ni ingiera más grasas de las precisas).
Todo esto es muy importante si tenemos en cuenta que la obesidad infantil y el sobrepeso configuran uno de los problemas con más crecimiento en la sociedad actual, y que puede repercutir en multitud de enfermedades futuras.
Productos más naturales y nutritivos, cocinados de forma sana
No solo es importante la cantidad, sino también el tipo de alimentos que se ofrecen al bebé. En el BLW son naturales y, por tanto, más beneficiosos para el bebé. En la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos para que te orienten sobre la mejor forma de introducir la alimentación complementaria de vuestro bebé o cómo mejorar los hábitos alimentarios de toda la familia. Un trozo de manzana siempre va a ser mejor que un puré de manzana, igual que sucede con los zumos (desaconsejados actualmente por la OMS, aunque sean naturales, por la elevada ingesta de azúcares libres que conlleva su consumo).
Para los niños, la fruta siempre entera porque si no pierde parte de la fibra y además inicia antes el proceso de oxidación. Judías verdes, brócoli, pepino en tiras, calabacín cocido… Son alimentos sanos, con vitaminas, con calorías buenas y alto valor nutritivo. Todo lo cual es contrario a la obesidad infantil.
Estos alimentos, además, se preparan de forma sana (cocidos, asados, horneados…) y sin aditivos (ni sal ni azúcar), por lo que acostumbran al paladar en hábitos sanos y preparan para la edad adulta, combatiendo la obesidad y otras enfermedades futuras, como la diabetes.
El niño decide qué y cuánto
Con el BLW es el bebé quien escoge lo que quiere comer y cuánto. Esto puede chocar con: “se lo doy en papilla y así, en lugar de un plátano se toma dos y una manzana, y cuando tengo también le añado una naranja y rápidamente se queda dormido”. Claro, ¡dormido y muy posiblemente empachado! Hay algo fundamental: no es mejor que el niño coma más, el niño debe comer lo que necesite. Ni más ni menos.
Con la Baby Led Weaning el niño participa en su alimentación. No es un sujeto pasivo que abre la boca y recibe el alimento hasta que se acaba el plato o hasta que sus padres deciden que es suficiente. Hay que tener en cuenta que las cantidades que se establecen por edades son muy relativas. Un bebé de 8 meses puede necesitar o querer más cantidad de comida que uno de 12. Cada niño es un mundo.
Por eso es positivo que el niño pueda indicar cuándo está saciado. El bebé adquiere de esta forma un papel activo y toma decisiones sobre su comida con el BLW. Escoge según colores y sabores, repite lo que más le gusta, ejercita el agarre y experimenta por sí mismo… Todo esto hace que establezca desde el principio una relación sana con la comida y se prevenga la obesidad infantil.
Esto también provoca que la alimentación del pequeño y su familia sea cada vez más parecida, y él empiece a aceptar los alimentos que se ponen en la mesa de su hogar. Además, al introducir comidas con variedad de sabores y texturas distintas, el bebé desarrolla sus preferencias culinarias.
Prolongación de la lactancia materna
Si el bebé tiene una postura activa y no pasiva (que es la que se adquiere con el uso de biberones, cucharas dadas por los adultos y papillas) frente a su propia alimentación, él mismo se autorregula y sigue optando por el pecho (o biberón) a demanda (¡sí, el biberón también se da a demanda!), obteniendo de él todos los nutrientes que necesita.
Nunca debemos destetar para intentar que coma «más», porque forzándole no conseguiremos que lo haga, pero incluso aunque comiera «más» eso tampoco implicaría que comiera «mejor». La leche materna, en concreto, es mucho más digestiva que otro tipo de alimentos, y eso también ayuda a que el bebé no sea obeso.
Mejores hábitos alimentarios, el mejor remedio contra la obesidad infantil
Cuando los bebés empiezan la alimentación complementaria, muchas veces nos obsesionamos con las cantidades. Es uno de los motivos por los que a veces se opta por los triturados, en lugar de por los sólidos. Así tenemos la certeza de cuánta cantidad come el bebé, porque la podemos controlar.
Pero hasta los 12 meses, el alimento principal de los bebés sigue siendo la leche (materna o de fórmula). El resto de alimentos son complementarios. Se introducen a partir de los 6 meses de vida, más por una cuestión educacional que nutricional. En realidad, el bebé aún no los necesita.
Por eso no debemos obsesionarnos con cuánto come. Es importante recordar que los primeros días de alimentación complementaria con el método BLW, el bebé a lo mejor solo chupa (y con suerte) el gajo de naranja que le ofreces ¡o simplemente estruja el plátano! Nada llega a la boca. No importa. Hay que relajarse. Hay que aprovechar esos momentos. Son momentos de experimentación, aprendizaje, diversión…
Sí, es bastante probable que te haga limpiar más, pero esa experiencia hará que tu hijo disfrute con la comida. En ese momento a lo mejor no eres consciente, pero estás acercando a tu hijo a la comida de forma natural, estás evitando que le dé pavor o aburrimiento el momento de sentarse a la mesa. Estás estableciendo una relación saludable con la comida, algo que también determinará la nutrición futura de tu hijo.
Muchas veces, en nuestra natural preocupación por una buena alimentación del bebé, forzamos demasiado las cantidades, sobrealimentándole y favoreciendo la obesidad infantil. Por tanto, hay que relajarse, disfrutar y no tener prisa. Es el mejor regalo que le podéis hacer a vuestro hijo en la introducción de la alimentación complementaria. Y en la lucha contra la obesidad.
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