Todavía recuerdo la primera vez que acudí a un GALM (Grupo de Apoyo a la Lactancia Materna). Era enero, mi bebé tenía un mes de vida y llovía a cántaros. El día no era ni…

Este post se publicó originalmente el 18/04/2021 y ha sido actualizado en fecha 21/09/2024
Hoy en día las recomendaciones a favor de la lactancia materna son claras: tiene muchos beneficios tanto para la madre como para el bebé, en su infancia y durante su vida adulta. Sin embargo, en ocasiones conseguirlo no es fácil. Y es ahí donde entra el papel de la tribu.
El 90% de las embarazadas desea dar el pecho, pero tres meses después del parto sólo el 30% sigue amamantando
Todos los mensajes que recibimos son en ese sentido: en las clases de preparación al parto, en las visitas con la matrona, en el ginecólogo… Dar el pecho es lo mejor. Quizás por eso, la mayoría de las embarazadas, (en torno al 90%) desea amamantar a su hijo/a al nacer.
Sin embargo, hay algo que está fallando, porque a pesar de esta cifra tan elevada de intención de amamantar, al alta del hospital sólo sigue amamantando el 70% de esas mujeres. Cifras que van bajando y que disminuyen al 30% a partir de los tres meses de vida del bebé. Estas cifras se alejan mucho de las recomendaciones tanto de la Organización Mundial de la Salud, como de la Asociación Española de Pediatría.
Es decir, «presionamos» a las mujeres para que den el pecho, diciéndoles constantemente que es lo mejor, pero la realidad es que no sabemos ayudarlas en caso de dificultades con la lactancia. Todo esto implica una tasa alta de abandono de lactancia materna. Mujeres con muchas ganas que terminan dejando de lactar por obligación ante las circunstancias. Es muy frustrante «querer y no poder».

¿Por qué si las mujeres quieren dar el pecho no lo consiguen?
Son varios motivos los que influyen, pero me centro en 2 principales:
La pérdida de la cultura de la lactancia
Las madres de los años 70-80 alimentaron a sus hijos en su mayoría con leche de fórmula: malas recomendaciones médicas, falsas creencias de que la leche de fórmula era mejor, liberación de la mujer, etc. Todo esto ha hecho que a nuestro alrededor apenas hayamos visto mujeres amamantar y, además, asociemos el comportamiento del bebé alimentado con leche de fórmula como el comportamiento normal del recién nacido humano, a diferencia del alimentado con leche de su propia especie.
Por eso, muchas veces las madres recibimos comentarios del entorno basados en estas creencias y que no nos ayudan nada: «El bebé pide muy a menudo, eso es porque se queda con hambre«, «Tu leche no alimenta porque el bebé no aguanta en el carrito», ‘Si no duerme toda la noche es porque no ha comido suficiente’, etc. Comentarios que no son malintencionados pero que, de forma continuada, van mermando la confianza de la mujer en su cuerpo y en su capacidad de amamantar.
La leche materna se digiere muy rápido, en la mitad de tiempo que la leche de fórmula. Por este motivo, es muy habitual que los bebés alimentados con leche materna hagan tomas más seguidas. Esto no significa que el bebé se quede con hambre, sino que es el comportamiento normal del bebé humano.
Por otro lado, solemos pensar que la lactancia materna es fácil. Que es algo instintivo y natural y que no necesita aprendizaje. Pero no es así: para el bebé sí que es instintivo, pero no para las madres, que estamos influenciadas por la cultura y nuestro entorno social. Para nosotras la lactancia es una conducta aprendida y que requiere práctica. Debemos adquirirla de nuestras madres, tías y vecinas. De nuestro entorno durante nuestra infancia.
Se sabe que gorilas que se han criado en cautividad no son capaces de amamantar a sus crías. Pues a nosotras nos pasa algo parecido: problemas de dolor, grietas, baja ganancia de peso del bebé, mastitis e incluso baja producción de leche pueden deberse a una mala postura del bebé al pecho, o un mal agarre y solucionarse de manera «muy simple»: corrigiéndola.

Los sanitarios, por normal general, no están formados en lactancia materna
Es decir, el sistema no se implica en formarlos. Durante la carrera universitaria apenas se habla de lactancia, y posteriormente no se le da importancia a la misma. Muchas mujeres recurren a los sanitarios en busca de ese conocimiento que se ha perdido de generación en generación sobre lactancia. Sin embargo, lo que saben algunos sobre ello no difiere mucho de lo que puede saber la vecina o la suegra.
Es habitual que las madres reciban malos consejos por parte de pediatras basados fundamentalmente en mitos o recomendaciones desactualizadas:
- Introducción de alimentación complementaria a los cuatro meses (cuando la recomendación es de lactancia materna exclusiva mínimo seis meses).
- Indicación de suplementación (biberón de «ayuda») cuando no es necesario: el bebé «llora mucho», el bebé no duerme, pide muy seguido, es muy grande, es muy pequeño, pone «poco peso», etc.).
- Recomendaciones de destete innecesarias e incluso contraproducentes: mastitis, tratamiento farmacológico que en realidad es compatible con la lactancia…
- Y algunas que otras más…
Realmente es un problema de salud pública cuando una madre acude a su médico buscando ayuda por dolor al amamantar, por unas grietas que le sangran y que está a punto de claudicar, a pesar de todas las ganas de dar el pecho que tiene, y que su médico no sólo no sepa resolverle el problema, sino que además la anime a dejar la lactancia: «Porque hay veces que no se puede», «Porque qué más da si con el biberón se crían igual, para qué sufrir»…
Evidentemente hay excepciones, y cada vez hay más personal de la salud implicado y que decide formarse. Hay un cambio que va avanzando en nuestro sistema, pero aún así queda mucho camino por delante.
La importancia de la tribu en la lactancia
La lactancia no es fácil. De hecho, a veces parece que se trate de una carrera de obstáculos. Muchas dudas, incertidumbre, falta de confianza en nosotras mismas, entorno que no nos apoya, sanitarios que nos dan malas recomendaciones…
Por todo ello es fundamental tener a personas a tu alrededor que tengan un mínimo de conocimientos de lactancia que puedan sostenerte, acompañarte en caso de dificultad y que comprendan tu situación en caso de desahogo.
Cuando estás agotada porque tu bebé se despierta mucho por la noche y lo cuentas en tu entorno habitual, lo más probable es que recibas un comentario del tipo: «Porque tú quieres. Si le dieras un biberón no pasaría«. Lo mismo ocurre si tienes cualquier dificultad: dolor al dar el pecho, tu bebé pone poco peso…
Cuando algo así te ocurre lo que no necesitas es que te digan que estás así por tu propia elección. Que el biberón es la solución a «todos tus males». Lo que necesitas es un entorno que comprenda cómo te sientes. Que haya pasado por eso, que te dé ánimos, te alabe, reconozca tu labor y te diga que lo estás haciendo bien y que todo eso… pasará.
En una sociedad donde hemos perdido la cultura de lactancia, los grupos de apoyo a la lactancia son ese entorno favorable, esa tribu que te arropa y acompaña, muchas veces no sólo en la lactancia, sino en la crianza en general.
Las mujeres que acuden a grupos de lactancia amamantan durante más tiempo, y sus bebés acuden menos a la consulta del pediatra
Estos son los resultados de un estudio realizado por Cintia Borja Herrero, enfermera e IBCLC (consultora internacional de lactancia materna) en el centro de salud Fuente de San Luis de Valencia, que constató que las madres que nunca acudieron al grupo de apoyo, llevaban casi el doble de veces a sus bebés a los pediatras que aquellas que sí lo habían hecho.
Además, estas madres que acudían al grupo, se sentían más seguras y con mayor confianza en su capacidad de amamantar y amamantaron durante más tiempo.
¿Qué encuentras en un grupo de apoyo a la lactancia?
Una de las cosas que preocupa a las mujeres a la hora de acudir al grupo de lactancia es qué tipo de gente encontrará allí. Temen no encajar, no sentirse cómodas o incluso pueden tener determinados prejuicios a la hora de asistir. Son temores que desaparecen en cuanto ven el ambiente que se respira.
A los grupos de apoyo a la lactancia (GALM) acuden mujeres normales. Madres como tú y como yo. Mujeres con profesiones diversas, madres primerizas, madres de familia numerosa, embarazadas, madres con dudas en lactancia, otras que van a escuchar y aportar tranquilidad a las demás…

En definitiva, mujeres del día a día, que tienen en común una forma de crianza similar, acompañadas en algunas ocasiones por sus parejas o familiares. Por eso, si quieres dar el pecho o estás en ello, es fundamental tener una tribu física o una tribu virtual como la Tribu CSC, donde además de contar con el apoyo y la experiencia de otras familias, cuentas con todo el equipo de profesionales de Criar con Sentido Común, para acompañarte en tu lactancia y la crianza de tu bebé.
No lo dejes para cuando tengas un problema. Es mejor que acudas antes, ya desde el embarazo. De esta forma, adquieres la experiencia que se ha perdido de generación en generación, recobras la confianza en tu cuerpo y en tu capacidad para amamantar y te vas rodeando de personas que te van a entender y apoyar ante una dificultad en la lactancia. ¡Busca tu grupo de apoyo más cercano!
Además, podéis descargar gratis la app de Criar con Sentido Común tanto para plataformas Apple como para plataformas Android, y tenéis una semana gratis para probar todas las ventajas de la membresía a la Tribu, realizar todos los cursos online disponibles y consultar a nuestros/as especialistas.
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Me ha encantado el artículo, muchas gracias por sentir vuestro apoyo y fomentar que otras mujeres experimenten estas sensaciones y sentimientos tan bonitos que nos hacen crecer un poquito más como personas. Besos desde Granada
Muchas gracias a ti Ara por tu comentario. Un abrazo
estoi de acuerdo con todo.estaba tan perdida asta q entre en el grupo de castilleja. y si ubiera entrado antes qizas las cosas las ubiera echo diferentes. gracias tribu
Me alegra que te sintieras acogida y apoyada en el grupo de lactancia. Precisamente esa es nuestra idea. Un abrazo
Gracias por dar visibilidad a este tema, que tan profundamente nos toca, especialmente a las mujeres. Entre todos y todas seguro que le daremos la importancia que merece. Si somos conscientes del valor de la prevención en salud (en el más amplio sentido de la palabra)que implica la lactancia, iremos apostando por ella y también institucionalmente (espero!).
Poco a poco vamos cambiando y se le va dando a la lactancia la importancia que se merece, pero hay que tener recursos para superar las dificultades. Y para eso está la tribu. La cultura de la lactancia es fundamental porque muchas veces hacemos un problema de una situación totalmente normal, simplemente por eso, por falta de cultura.
Nosotros tenemos un bebé de tres meses y medio y mi mujer le sigue dando el pecho. Yo estoy encantado, veo a mi hijo muy feliz y esa complicidad entre los dos es única. Aparte creo en sus grandes beneficios, aunque soy consciente de lo duro que es algunas veces, le agradezco su sacrificio.
Enhorabuena Manu por vuestro bebé y vuestra lactancia. Es cierto que es importante la tribu en la lactancia, pero también lo es (y mucho) el papel del padre. Es estupendo que valores el esfuerzo de tu mujer y la relevancia de la lactancia materna. Un abrazo.
Hola mi nombre es diana, queria compartir mi situación actual que estoy pasando, y me tiene muy preocupada, mi bebe de tres meses rechaza mi pecho desde hace unos tres dias, llora cuando lo ppsiciono para amamantar, y busca desesperado estirando su boquita para el lado contrario. Desde que nacio solo se ha alimentado de mi leche y nada habia pasado. No se que habré hecho mal, pero me tiene bastante complicada. Agradecere puedan ayudarme con alguna experiencia. Cariños.