«El colecho aumenta el índice de muerte súbita en los bebés»
Este es el peor de los mitos que existen sobre el colecho. En realidad, existen más peligros dejando a un niño solo en su cuna (riesgo de asfixia con almohadas o cojines, estrangulamiento con sábanas, de atragantamiento, etc.) que en proporcionarle un entorno seguro en el que duerma bajo la compañía y supervisión de un adulto.
Aunque para practicar un colecho seguro hay que seguir ciertas pautas, el bebé nunca va a estar más seguro que al lado de sus padres. Entre otras cosas, porque el colecho le permite sincronizar sus patrones de respiración con los de su madre y facilita la lactancia nocturna, todo lo cual contribuye también en la reducción del síndrome de muerte súbita.
En países como Japón, donde el colecho es la norma, el índice de muerte súbita del lactante es uno de los más bajos del mundo. Los niños que duermen al lado de su madre, lloran mucho menos frecuentemente y se despiertan menos. También están mejor atendidos, ya que la madre se da cuenta de las necesidades de su bebé pocos segundos después de que él las solicite.
Además, el colecho favorece el necesario descanso de la mamá y su bebé: la comodidad de no tener que levantarse de la cama, hace que la madre y el bebé normalmente vuelvan a dormirse casi enseguida. De hecho, muchas veces la madre no sabe exactamente cuántas veces se ha despertado, porque en realidad ¡no se ha llegado a despertar del todo!
«Dormir con los padres hace menos independientes a los niños»
Aunque meter al bebé en la cama con los adultos es una decisión de cada familia, dormir solo es una costumbre relativamente reciente para la especie humana. El sentirse acompañado, seguro y protegido por las noches favorece el desarrollo psíquico y emocional de los niños, que a su debido tiempo, maduran de forma natural la necesidad de independencia.
Numerosos especialistas aseguran que practicar el colecho durante su infancia, convierte a los niños en adultos más seguros y con una autoestima más alta. Eso sí, hay que tomar ciertas medidas básicas de seguridad para evitar asfixias y aplastamientos.
«La costra del lactante se debe a grasa de la leche materna y es mejor quitarla»
Otro mito de los recién nacidos y bebés. Aunque se llame la «costra del lactante» o «costra láctea», esta capa de escamas amarillentas de aspecto desagradable que aparece en el cuero cabelludo de muchos bebés sanos, se debe al exceso de actividad de las glándulas productoras de grasa que hay en la piel que, estimuladas por las hormonas maternas que recibe el bebé inmediatamente antes de su nacimiento, formen esas costras en la cabecita del peque y, a veces, también en sus cejas.
Da igual que el bebé se alimente de leche materna o con biberón, son muy frecuentes y aparecen en la mayoría de los bebés. Pueden durar bastante tiempo (permanecen aunque les crezca pelito), pero desaparecen de forma natural con el paso del tiempo. Nunca se debe intentar quitar estas costritas levantándolas con un peine o rascándolas con las uñas. No pica ni causa molestias de ningún tipo, de manera que solo es una cuestión estética.
Grandioso artículo muy completo, gracias por compartir toda esta información, para las mamitas que por primera vez lo seremos, todo respecto a los bebes nos sirve, un abrazo gigante y sigan escribiendo para ayudar a los demás, muchas felicidades.