Muchas de las familias que recurren a mí me comentan alguna preocupación respecto al habla de sus peques, porque “hablan poco”. Los padres tenemos cierta tendencia a comparar a nuestros hijos con los demás: que…
Los sonidos son parte importante de mi vida. Mi profesión en la radio me ha llevado a prestar mucha atención a estos. Con ellos se pueden conseguir muchos efectos llamativos que hacen que alguien, de pronto, dirija toda su atención hacia el foco sonoro. Hay sonidos hipnóticos, hay sonidos estridentes, hay sonidos maravillosos como los que se desprenden de algunas palabras…. Y hay sonidos inolvidables como el de la risa de los bebés.
Su primera carcajada…. Ese sonido no se olvida. Se queda impregnado en la memoria. Además, es un sonido que siempre querrás oír y todos tus esfuerzos irán dirigidos a escuchar esa maravillosa armonía de la felicidad. ¿Pero qué provoca que un bebé se ría? ¿Puede reírse dentro de la barriga? ¿Qué les hace reír?
La primera sonrisa: un acto reflejo
Durante las primeras semanas de vida, es posible observar que los bebés sonríen. En alguna ocasión, se ha hecho viral el instante, incluso en el vientre de la madre. ¡Una ecografía de alta resolución y la pericia del profesional puede lograr captar esa imagen maravillosa! Es posible que incluso tu bebé haya sonreído a las pocas horas de nacer, y lo hará cuando duerme plácidamente. Sin embargo, esta primera sonrisa no es un acto intencional sino reflejo.
Se trata de la sonrisa angelical (el nombre es precioso, por cierto), y más que un sonrisa plena; es un movimiento de los labios espontáneo y reflejo, sin ningún control y que se desencadena de manera automática. Suele ser un momento fugaz y a veces incompleto.
Se puede incluir dentro de los reflejos primitivos o del recién nacido, como los es el reflejo prensil palmar (cerrar los puños). Acariciar la mejilla del bebé puede desencadenar esta sonrisa que, sin embargo, cambia a partir del mes (dependiendo del desarrollo de cada niño).
La sonrisa social
El psicólogo británico Caspar Addyman lleva años estudiando la risa de los bebés. Junto al llanto, la risa es la otra gran vía de comunicación para los bebés pequeñitos. La crianza natural se basa en gran medida en atender y comprender el mundo emocional de los niños y mostrarles nuestro respeto.
Después de la sonrisa refleja, sobre la sexta semana de vida, aparece la sonrisa social; que se hará plena entre los dos y los cuatro meses. Esas primeras sonrisas estarán dedicadas a los padres, con la intención de interaccionar con ellos o de esperar una respuesta. Es fácil pensar que el bebé nos sonríe porque le produce bienestar y porque nos ve sonriendo y nos imita.
La risa de los bebés
La primera risa llegará alrededor de los tres o cuatro meses (insisto, plazos aproximados porque cada niño se toma su tiempo). La risa pueden venir acompañada de gritos y otros sonidos que también le divierten. Luego, sobre los cinco o seis meses, los bebés se mueren de risa con las cosquillas. En esta fase, se muestran alegres incluso con los extraños (a partir de los seis meses esto empieza a cambiar).
A partir de los siete u ocho meses, la risa vendrá del juego (el cu-cu-trás les provocará más de una carcajada, quizás por el efecto sorpresa y el suspense) o de situaciones cotidianas (mi hija mayor soltaba risotadas cuando rasgábamos papeles frente a ella).
A partir de los ocho meses, el bebé comienza a comprender mejor el entorno y que las cosas no son lo que parecen. En esta etapa el juego se hace imprescindible y jugar con sus padres más aún. Y es que esta es una forma fundamental para aprender y ¡para divertirse! Imitar algún personaje de cuento o cambiar nuestra voz les puede hacer mucha gracia.
Además, la comunicación no verbal se refuerza en él; de modo que responderá con una sonrisa si lo cogemos en brazos y le damos todo nuestro cariño y atención. Y, lo contrario: a esta edad ya es capaz de no regalar sonrisas a cualquiera (por mucho que la vecina insista y nosotras nos riamos por dentro ante la sinceridad de nuestro hijo).
Los beneficios de la risa en los bebés
Hay muchas formas de hacer reír a un bebé: haciendo caras, con el cu-cu-trás, con juegos y muñecos, en el baño, haciéndole cosquillas… y lo mejor es que además les beneficia psicológica y físicamente. Si para un adulto, reírse a carcajadas es una terapia fantástica para soltar tensión y estrés, ¿por qué no va a ser beneficioso para un bebé? Lo es, evidentemente.
El mero hecho de que un bebé busque captar la atención de sus padres, demuestra que le reporta confianza y refuerza el apego. Porque a través de la risa se estrechan los lazos afectivos y mejora su socialización, las relaciones con los demás. Reírse le va a reportar consecuencias positivas a nivel psicológico porque lo relaja y mejora su funcionamiento cerebral. En definitiva, desarrolla su inteligencia y mejora su autoestima.
Pero es que también reporta beneficios físicos: reírse le ayuda a fortalecer los músculos (entre ellos el corazón), reforzar su sistema inmunológico y oxigenar su organismo. Tiene beneficios también a nivel digestivo gracias a los movimientos del diafragma y el abdomen. Y, además, estimula las terminaciones nerviosas y los sentidos del niño al percibir nuevas sensaciones.
Sonrisas para toda la vida
Como hemos visto, la risa de los bebés tienen una evolución, y su intencionalidad cambia a medida que crecen. La banda sonora de nuestras casas irá transformándose. En mi caso, el sonido es envolvente y procede de tres fuentes distintas, mis tres hijas. Es una delicia escucharlas reír, pero sobretodo cuando se ríen entre ellas.
Las sonrisas se vuelven cómplices y los ratos divertidos se comparten y llegan a todos los recovecos de la casa. Me encanta, por ejemplo, cuando la mediana se pone a hacer la mona en la bañera con el único objetivo de que la pequeña se muera de risa. Y lo consigue. Siempre que lo hace, las carcajadas de la benjamina resuenan por cada una de las habitaciones.
Y amo profundamente la sonrisa pícara de la mayor cuando quiere lograr algo e intenta desarmarnos a mí y a su padre con un sonrisa de medio lado (lo confieso: suele funcionarle). ¿Y por qué sonreímos nosotros? Por ellas, claro. Por la felicidad inmensa que produce un gesto tan simple y por la promesa de que ese sentimiento estará ahí para toda la vida.
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1 responses on "¿De qué se ríen los bebés?"