Mi bebé no es cariñoso, ¿debo preocuparme?

Si en algún momento, desde que eres mamá o papá, te has planteado que tu bebé no es cariñoso contigo y si esto debería preocuparte, te explicamos por qué esto no es, en absoluto, motivo de preocupación. Los expertos corroboran que el hecho de que un bebé no sea cariñoso no es, en principio, una conducta que presente ningún tipo de problema a nivel emocional ni psicológico.

No obligues al bebé a dar muestras de afecto

Tu bebé está aprendido a expresar sus emociones, al igual que a comer, gatear o comunicarse. Nosotros y nosotras, como madres y padres, solo tenemos que acompañarle en el aprendizaje y hacerlo de forma respetuosa, sin forzar. Y recordando que cada niño y cada niña es una persona única, con una personalidad propia y, por ejemplo, nunca hay que obligarles a dar besos si ellos no lo desean.

Las muestras de cariño deben ser espontáneas, en los adultos no nos lo planteamos de otra forma y así debe ser también con los niños y las niñas. De hecho, es lo mejor que podemos hacer para que nunca sean presionados, en el futuro, a ser cariñosos o dar muestras de cariño si realmente, no lo desean.

El cariño ¿se aprende?

El cariño se aprende y de hecho, como decíamos anteriormente, es importantísimo enseñar a nuestros hijos e hijas, desde que son bebés, a que debe ser voluntario. De hecho, es más importante aprender nosotros, como adultos, a ganarnos ese cariño y nunca forzarlo porque ellos y ellas, aprenderán el cariño de forma natural en el hogar, en su entorno, en el colegio.

El respeto y el amor son la base de una relación sana y así debemos mostrárselo a nuestros hijos para que a medida que vaya creciendo, junto con su inteligencia emocional, se desarrolle también una forma sana de amar y expresar cariño. No es algo que podamos enseñar por medio de libros, sino que se trata de predicar con el ejemplo. Como dice una muy famosa frase, «las palabras convencen, pero el ejemplo arrastra».

No obstante, esto no quita a que cada niño y cada niña, a medida que desarrolle su propia personalidad, sea más o menos tímido o tímida y sea más o menos exigente a la hora de mostrarse cariñoso o cariñosa con otras personas. En mi caso, tengo un hijo y una hija que son completamente diferentes en ese sentido…

Ambos han sido criados igual, en un entorno familiar muy similar y, sin embargo, mi hijo es muy cariñoso y mi hija, todo lo contrario. Y ninguno de los dos tiene ningún problema. Es simplemente que son muy diferentes, y eso es lo que les hace únicos. Lo que nos hace únicos a todos y todas.

¿Cómo fomentar la expresión del cariño en el bebé?

Teniendo claro que cada bebé tiene su ritmo y su personalidad y que nunca hay que forzar, podemos fomentar con herramientas o pautas que nuestro hijo o hija, sea cariñoso o cariñosa:

• Crecer en un entorno seguro. Esta siempre será clave para cualquier aspecto del desarrollo de nuestros hijos e hijas, también en este caso. Vamos a asegurarnos de dar a nuestros peques todo el cariño que nuestro instinto nos dice, sin miedo, porque nunca vamos a malcriar a nuestro bebé por quererle demasiado.
• Tiempo de calidad. Cuando estemos con nuestro bebé, asegurémonos de proporcionarle toda nuestra atención. Tiempo de calidad y exclusivo para ellos y ellas. Dedicar tiempo relajado, sin prisa, de juego, caricias, abrazos… lo que se denomina «slow parenting».
• Utilizar un lenguaje cariñoso. Y con una voz calmada, que le proporcione paz y tranquilidad. Esto le ayudará a relacionar el cariño con momentos de relajación y protección.

• El cariño es incondicional. Desterremos las frases horribles tan típicas de chantaje tales como «pues si no me das un beso, ya no te quiero» o «si no me das un abrazo, no te doy el juguete». El cariño y el amor son incondicionales, no tienen aspecto material y son una forma de demostrar a otra persona que la quieres. Nunca se usa para conseguir un objetivo más allá.
• Todos los sentimientos son necesarios. Es importante trasmitir a nuestro bebé, a medida que crece, que es igual de importante reír y besar, que llorar o sentirse triste. Todos los sentimientos deben expresarse y no reprimir un llanto si el niño o la niña, en ese momento, se siente triste o frustrado. Hacer sentir a nuestros peques que les acompañamos y les escuchamos, sea cual sea su sentimiento en cada momento, es fundamental. Eso les ayudará a fomentar su autonomía y su autoestima.

Y por último, pero quizá el más importante, respetar la personalidad y el ritmo de nuestros hijos e hijas. Siempre. La crianza consiste, sobre todo, en descubrir a nuestros peques, no en proyectar cómo queremos que sean.

Enseñamos educación, respeto y empatía, por supuesto, pero no perdiendo nunca de vista sus propios deseos, su forma de ser, sus gustos y su personalidad.

Son seres únicos y como tal, no tienen que amoldarse a ningún canon. Deben tener la libertad de ser ellos y ellas mismas sin miedo a defraudar, encajar o satisfacer nuestras propias proyecciones.

Tribu para acompañar en la crianza

Hay un proverbio africano, que personalmente me encanta, que dice «para criar a un bebé, hace falta una tribu entera». Y es totalmente cierto. Compartir nuestras dudas y experiencias, nuestras preocupaciones, con otras familias no solo nos ayudará a encontrar posibles soluciones o caminos a tomar, sino sobre todo, apoyo y comprensión.

Sentirse acompañados en el maravilloso, pero también duro, camino de la maternidad y la paternidad, es muy importante. Especialmente en esta sociedad que parece que se ha olvidado de lo que es criar en comunidad.

En Criar con Sentido Común tenemos ese hueco, esa tribu como tal, para acompañar entre todos y todas; tanto expertos en todos los ámbitos de la maternidad y la paternidad, como otras mamás y papás en las que seguro, vas a encontrar un apoyo y con la tranquilidad de poder resolver todas las dudas que te puedan ir surgiendo.

Si quieres más información o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar online a nuestro equipo de expertos/as en salud materno-infantil, educación positiva y crianza respetuosa.

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