¿En qué piensa mi bebé?

Los bebés piensan desde el mismo momento en que nacen, pero no lo hacen como los adultos

Un día (una mañana, una tarde, una noche…) te das cuenta de que tu bebé te mira fijamente. Con mucha atención, como perdido en sus pensamientos. Y te preguntas: ¿en qué estará pensando? Tu cabeza se pone a funcionar también y te imaginas en qué se recrea. ¿En qué piensa un bebé? Hasta hace unas décadas algunos expertos en psicología mantenían que los bebés eran irracionales e ilógicos.

Sin embargo, ahora se sabe que sí piensan, aunque evidentemente no como los adultos. Esa capacidad la irán desarrollando en los primeros años de vida hasta llegar a 12 años aproximadamente (con la entrada en la adolescencia). En ese momento su cerebro ya estará preparado para utilizar la lógica de manera más compleja y llegar a conclusiones abstractas, no ligadas a un caso concreto.

¿En qué piensa un bebé?: el protopensamiento

El ser humano se diferencia del resto de seres vivos por su capacidad de pensamiento. Es una aptitud natural que le permite comprender el entorno y sus propias emociones y percepciones. Para conseguirlo, percibe a través de los sentidos y lo transforma en información que puede analizar, memorizar y compartir. Gracias a ello, las personas afrontamos y resolvemos las situaciones y problemas que se nos presentan cada día. Y es importante saber cómo funciona el cerebro de un niño.

 

¿Se debe poner al bebé boca abajo?

 

Así que, pese a que en algún momento se barajó la idea de que los recién nacidos eran irracionales, ahora se sabe que no es así. Desde que nacen tienen habilidades innatas y capacidad de pensamiento. ¿Qué ocurre? Pues que al principio todo lo que piensan se basa en sensaciones. No tienen la capacidad de concretarlo con palabras o imágenes. Es lo que conocemos como protopensamiento.

Hasta aproximadamente los dos años de vida no aparece la consciencia. Así que esos pensamientos primigenios serán en respuesta a alguna sensación: frío, sueño, hambre, bienestar… Su cerebro, no obstante, tiene ya capacidades increíbles, aunque ellos aún lo desconozcan. Hay estudios que determinan que los menores nacen con la capacidad de comprender líneas numéricas o entender el concepto de cantidad.

 

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Desarrollo del pensamiento hasta los 12 meses

Hasta los dos meses, los bebés se dejan llevar por esas sensaciones físicas. Sin embargo, a partir de entonces comienzan a relacionar lo que perciben y lo que les rodea. Poco después, comprenderán que la cosas existen aunque no las vean. Ya empiezan a ser pequeños exploradores que aprenden de la observación. El desarrollo cognitivo y el psicológico se dan la mano para avanzar.

Seguro que has escuchado en más de una ocasión que el cerebro del bebé se desarrolla de una manera increíble durante los dos primeros años. Tal es así, que nunca en la vida de un ser humano experimentará una evolución igual. Por lo tanto, ¿en qué piensa un bebé?

Con cinco meses reconocen la intencionalidad con la que se realiza un acto. Es por eso que se deleitan con grititos y usan el llanto para que les atiendas. Poco después, con unos seis o siete meses, serán capaces de rememorar sensaciones que les hagan sentir bien. Así que sí, pensarán en ti -aunque no sepan exactamente que lo hacen-, en lo agradable que es sentir a su madre cerca, escuchar tu voz y los latidos de tu corazón. También por esa época aparece en nuestra vida el «no» aunque a ellos les cueste comprender que no todos piensan y quieren lo mismo que ellos.

 

¿En qué piensa un bebé?

 

La revista Science publicó en 2018 un estudio sobre la capacidad de razonamiento de los bebés, antes incluso de la aparición del lenguaje. Los investigadores analizaron la reacción de 48 pequeños, usando dos objetos distinguibles e identificables: una dinosaurio y una flor.

Los colocaban detrás de una barrera y hacían desaparecer uno de ellos. Si el que quedaba era el contrario, los bebés se mostraban tranquilos. Pero si se retiraba por ejemplo la flor y detrás de la barrera volvía a aparecer la flor, los bebés parecían confundidos.

Viene a demostrar que sí entienden el proceso de eliminación y que a través de sus ojos se pueden comunicar con los adultos, aunque no hablen. De hecho, el sentido de la vista es tan importante, que están programados para reconocer rostros y lugares.

La aparición del lenguaje

La aparición del lenguaje será otro de los grandes pasos evolutivos de los niños. Cada menor tiene su ritmo y algunos empezarán a decir palabras antes del año, y otros a partir de entonces. En cualquier caso, a medida que se desarrolle irán incrementándose las conexiones neuronales entre las palabras y los objetos.

Y a partir de ahí, su capacidad de investigar y de preguntarse por qué un objeto se cae y no queda flotando o por qué si golpea un objeto contra otro, este se puede romper; no dejará de crecer.

 

 

El interés por el lenguaje se produce desde muy pequeñitos. Seguro que lo has notado porque se quedan extasiados escuchándonos, aunque la principio no entiendan muy bien lo que les decimos. Hasta la lactancia está relacionada también con este proceso natural (prepara la musculatura orofacial).

Aproximadamente con un año y medio aparece la función simbólica, y algunos elementos de su alrededor tendrán palabras asociadas (el pájaro será el «pío-pío» y el perro el «guau-guau»). Imitarán las cosas que ven y empezarán a desarrollar la empatía. También imitarán lo que digas, porque el lenguaje se desarrolla por imitación.

La aparición de la consciencia

No será hasta los dos años, no obstante, cuando aparezca la consciencia como tal y empiecen a hacerse preguntas. El pensamiento lógico, en cualquier caso, no aparecerá hasta más tarde. A los seis años comenzarán a razonar de forma parecida a los adultos, pero hasta entonces seguirán percibiendo a través de los sentidos y su razonamiento estará basado en la creatividad y la imaginación.

 

¿En qué piensa un bebé?

 

Qué maravilla, ¿verdad? Poder pensar en un mundo imaginario y no darle tanta importancia al real. Ellos no tienen aún la preocupación de vivir en el mundo en que vivimos. No es algo que dure, por desgracia, pero da mucha tranquilidad pensar que sus prioridades vitales son otras.

Así pues, ya sabemos en qué piensa un bebé… ¿Y se puede ayudar a los bebés a desarrollar su pensamiento? ¡Claro! Y hay una forma muy fácil: el juego. Mientras juegan, los niños interaccionan con su entorno y estimulan el pensamiento y la comprensión. ¿Quieres saber más?

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