Día escolar de la No-violencia y la Paz (DENYP)

El 30 de enero se celebra el Día Escolar de la No Violencia y la Paz (DENYP), una jornada educativa no gubernamental que fue fundada en España en 1964 gracias a una propuesta del poeta y pacifista mallorquín Llorenç Vidal.

¿En qué consiste la Educación para la Paz?

El objetivo de esta jornada es fomentar una educación no-violenta y pacificadora y se eligió el 30 de enero como representación del aniversario de la muerte del Mahatma Gandhi, que falleció en el año 1948 en Nueva Delhi. Esta jornada está reconocida por la UNESCO desde 1993, y en los países en los que el 30 de enero coincide con periodo de vacaciones se celebra el 30 de marzo o en fechas cercanas.

No se trata de que nos tachen de idealistas por pensar en ideas utópicas como la ausencia de belicismo en el mundo, pero sí que podemos creer en la benevolencia, en educar en el respeto, en la resolución pacífica de conflictos, y en la colaboración antes que en la competencia.

También podemos enseñar desde la infancia que toda persona debería tener la capacidad de sentirse en paz consigo misma, de vivir en calma, evitando relaciones tormentosas con el prójimo y tratando de buscar la armonía a pesar de que somos diferentes y tenemos opiniones y formas de sentir que no siempre tienen que coincidir. ¡Qué aburrido sería el mundo si todos pensáramos lo mismo en todo!

¿Existen “niños malos”?

María Montessori decía que cuando un niño nace tiene la bondad por instinto, y que cualquier cosa que consideremos “mal comportamiento” es responsabilidad del entorno más que del mismo niño. El comportamiento es lo que vemos, la punta del iceberg, y para comprender esto es muy acertada la imagen que se utiliza en la Disciplina Positiva, en la que se explica que siempre hay una creencia errónea detrás del comportamiento o una necesidad sin cubrir.

Del mismo modo, Gandhi creía fervientemente que los niños no nacen traviesos. Nosotros, como padres y educadores, somos sus modelos, y a veces la inocencia va desapareciendo al observar determinadas formas de actuar.

Tanto Mahatma Gandhi como María Montessori estuvieron nominados al Premio Nobel de la Paz en varias ocasiones, aunque a ninguno de los dos les fue concedido, quizá por razones políticas… Ambos coincidieron en diferentes momentos y mantuvieron contacto hasta el final de sus vidas, ya que compartían una misma visión de un mundo en paz, dejándonos un valioso legado.

Que el RESPETO sea una máxima

Si queremos que nuestros hijos sean personas respetuosas tenemos que tratarles con respeto, así de sencillo y complicado a la vez. Somos un modelo 365 días al año y 24 horas al día.

Vivimos en una sociedad adultocentrista en la que se sigue considerando a los niños como ciudadanos de segunda, como si no tuvieran los mismos derechos que los adultos. No hay más que ver que durante toda esta etapa de crisis sanitaria y confinamiento los niños han sido los grandes olvidados…

Además, se considera que la educación es una tarea que pertenece al ámbito familiar privado en la cual no podemos meternos. Durante muchos años los progenitores tenían el «derecho de corrección«, es decir, «la facultad de castigar y reprender de forma moderada y proporcionada a los hijos menores con fines educacionales».

Quizá pocas familias saben que, aún hoy en día, el castigo fue eliminado de la redacción del artículo 155 del Código Civil, aunque se mantuvo en el artículo 154 la facultad de corrección “de forma moderada y razonable”. Afortunadamente la Ley 54/2007 de 28 de diciembre, de Adopción Internacional, eliminó finalmente la facultad de corrección de los progenitores respecto a los menores.

Si vemos a un adulto levantando la mano un niño en la calle, probablemente no hagamos nada porque sentimos que sería una indiscreción meternos en un “asunto de ámbito familiar”, a pesar de que estaríamos defendiendo a un menor. Incluso puede que fuera más probable que se actuemos si vemos que el maltrato es contra un animal. ¡Aún queda muchísimo camino por recorrer!

Además, resulta tremendamente impactante que aún hoy en día haya 67 países en los que los castigos corporales están autorizados en las escuelas,  (así se refleja en el informe de la UNESCO que se publicó el pasado 5 de noviembre por el Día contra la violencia escolar). ¡Vivimos rodeados de incoherencia!

Los conflictos forman parte de la vida, pero se pueden resolver de forma pacífica

Los seres humanos somos seres sociales por naturaleza y necesitamos relacionarnos y sentir que pertenecemos a determinados grupos y estructuras sociales en las que se nos quiere y se nos acepta. Sin embargo, es imposible que todos veamos las cosas bajo el mismo prisma, pero es importante aprender a entender a los demás e intercambiar puntos de vista sin faltarnos al respeto ni recurrir a la violencia.

Los niños muy pequeños se enfadan en determinadas situaciones, a veces puede ser por algo tan simple como no querer compartir un juguete (algo que deberíamos entender y respetar). En otras ocasiones puede suceder que haya pequeñas agresiones como manotazos, mordiscos, (ya hablamos de esto aquí). Nosotros los adultos podemos entender muchas cosas cuando comprendemos cómo funciona su cerebro y que necesitan madurar para desarrollar la empatía.

En la pedagogía Montessori existe un recurso para que los niños aprendan a manejar los conflictos de forma respetuosa: la mesa de la paz. Se trata de crear un espacio de calma al que invitarles a sentarse y hablar cuando sucede un conflicto, intentando que cada uno logre comprender cómo se siente el otro.

Buscar la colaboración antes que la competencia

María Montessori, después de vivir las dos grandes guerras mundiales, comprendió la gran importancia de la educación como instrumento de cambio, y por eso se habla de su pedagogía como la educación para la paz. 

Vivimos en un mundo en el que ya sobra tanta competitividad, ¿qué necesidad hay de inculcarla desde la infancia? ¿Y si intentamos dejar a un lado las comparaciones y las etiquetas? ¿Nos es mucho mejor colaborar y trabajar en equipo? En este sentido, queremos invitaros a que pongáis en práctica una de las actividades que nos propone UNICEF para conmemorar este Día Escolar de la No Violencia y la Paz (podéis encontrarlas aquí), ya que son muy útiles para trabajar tanto en el aula como en el hogar.

Por nuestra parte, nos despedimos con una imagen cargada de simbolismo: los tres balancines que se instalaron en los huecos del muro de acero que separa EEUU con México, que además acaban de recibir el premio Desing of the Year que cada año otorga el museo de diseño de Londres.

Se trata de un proyecto arquitectónico que pretendía representar el delicado equilibrio existente entre EEUU y México, así como su dependencia mutua en materia de empleo, mano de obra y relaciones comerciales. Aunque los columpios solo pudieron estar instalados durante 20 minutos, los niños de Texas pudieron jugar con los de Ciudad Juárez, permitiendo una conexión que va mucho más allá de las fronteras y conflictos políticos.

Fue un gesto cargado de simbolismo que ojalá dé mucho que pensar a aquellos que pretenden separarnos, reflejando que, al fin y al cabo, todos somos ciudadanos del mismo mundo y que podemos alcanzar mejores logros para el planeta cuando fomentamos la colaboración en lugar de la competencia.

Esperamos que os hayan gustado todas estas ideas y que este día nos sirva para reflexionar a muchos, especialmente a los adultos, sobre el mundo que estamos construyendo y el legado que queremos dejar a nuestros hijos. ¿Os animáis a poner en práctica alguna y contarnos?

¡Nos encantará leeros en comentarios!