El viernes pasado, mientras leía un comunicado sobre la retirada de la ranitidina, una gestante me llamó por teléfono para preguntarme, asustada, por el tema. Desafortunadamente, la noticia había saltado a los medios generando una…
La glándula tiroidea está localizada en el cuello y no por ser pequeña en menos importante. Tiene forma de mariposa y es imprescindible en infinidad de procesos en nuestro cuerpo, que necesitan las hormonas que produce (T4 y T3) para funcionar correctamente. Durante el embarazo, la tiroides también es importante para el bienestar de la mamá y el bebé.
Como decíamos, la glándula tiroidea se encarga de regular la temperatura, la absorción intestinal, la funcionalidad de la musculatura, la gestión energética, nuestro metabolismo, regula la función reproductora y tiene un papel fundamental sobre el sistema nervioso. Por todo ello, es lógico que cuando su función se ve deteriorada, se produzcan síntomas a varios niveles.
Cómo funciona tu tiroides
El equilibrio hormonal y el sistema endocrino son temas realmente complejos de abordar. Muchas veces te pierdes en cifras, nombres… A mí me ayuda imaginarme la función tiroidea como si fuera una fábrica. Imagina una fábrica de llaves (tiroides) que se utilizarán para abrir puertas en todo nuestro cuerpo, es decir, activarán procesos en los tejidos que favorecerán el buen funcionamiento de nuestro organismo.
En esta fábrica tenemos a la jefa, la autoridad superior (TRH, hormona que se segrega en el hipotálamo), que tiene una encargada (TSH, que se produce en la hipófisis), que se preocupa de organizar las máquinas de la fábrica para que la producción de llaves (T4 y T3, que se generan en la glándula tiroides) sea correcta, y todas las puertas que necesiten ser abiertas, puedan hacerlo. A su vez, la jefa (TRH) se ocupa de contar todas las llaves para que, si la producción baja o se eleva, pueda decirle a su encargada (TSH) que aumente el ritmo de las máquinas y fabrique más o menos llaves (T4 y T3).
Durante el embarazo, la demanda de llaves (T4 y T3) aumenta un 50% (incluso más) para cubrir las necesidades de la madre y del bebé. Así que la fábrica, la glándula tiroides, debe estar en buen estado para soportar este requerimiento extra.
Y no se nos podía olvidar algo esencial: el yodo. En nuestra metáfora sería el hierro que hay que fundir para hacer las llaves, por eso se recomienda suplementar el yodo incluso previamente al embarazo. Porque sin hierro para fundir es imposible hacer las llaves.
La función tiroidea es importante para la madre y para el bebé
El aumento de la demanda durante la gestación se debe, sobre todo, a que también hay que cubrir las necesidades del bebé. El feto depende de que esas hormonas tiroideas lleguen a través de la placenta hasta al menos la semana 18-20 que es cuando su tiroides, hipotálamo e hipófisis están preparadas para ser completamente autónomas (aunque su maduración empieza antes, sobre las 12-14 semanas). ¡Digamos que su propia fábrica ya está operativa!
Por tanto, que nuestro cuerpo sea capaz de cubrir esa demanda durante el embarazo, es crucial para el correcto desarrollo del bebé, sobre todo a nivel neurológico y de crecimiento óseo. Una tiroides y un sistema inmune sanos son capaces de afrontar este reto sin problema.
Y ¿cómo sé si mi tiroides funciona bien?
La forma más fiable de saber sobre es a través de una analítica de sangre. Quizá estás embarazada y nunca te han pedido una analítica tiroidea… Tranquila, no todos los protocolos apoyan esta determinación de forma protocolizada.
En este caso existe controversia. Por un lado, entidades como la Asociación Americana del Tiroides (ATA), la Asociación Europea del tiroides (ETA) y el Colegio Americano de Obstetras y Ginecólogos (ACOG) apoyan realizar este cribado de forma selectiva, es decir, solo en mujeres embarazadas con factores de riesgo, como pueden ser: tener más de 30 años (en algunos protocolos se considera 36), antecedentes de problemas tiroideas, sintomatología, diabetes mellitus tipo 1, embarazo múltiple, antecedentes de parto prematuro, abortos o infertilidad, IMC mayor o igual a 40…
Pero otras sociedades apoyan realizar esta analítica a todas las mujeres gestantes en el primer trimestre, ya que se calcula que entre 1/3 y la mitad de los casos se escaparían al diagnóstico porque muchas mujeres no desarrollan los típicos síntomas, aun teniendo una alteración de las hormonas tiroideas y embarazo.
Personalmente, creo que no cuesta nada pedir una analítica básica de tiroides (TSH al menos) en el primer trimestre de embarazo y, mucho mejor, en la consulta preconcepcional, que es cuando, si se detecta un problema, aún hay margen de actuación para llegar al embarazo de la mejor forma posible.
Hipotiroidismo y embarazo
Cuando hablamos de hipotiroidismo lo que está pasando en nuestra tiroides es que la jefa (TRH) ha detectado que la producción de hormonas tiroideas (llaves) no es suficiente, y le dice a la TSH (su encargada) que aumente el rendimiento para fabricar más. Por tanto, tendríamos una TSH elevada y una T4 baja.
Cuando se desarrollan síntomas de hipotiroidismo suelen ser mala tolerancia al frío, aumento de peso, estreñimiento, piel seca, caída de pelo, cansancio, edemas… La causa más frecuente durante el embarazo es el déficit de yodo (aunque ahora con la suplementación cada vez es menos frecuente), seguida por el hipotiroidismo autoinmune en la que los anticuerpos antitiroideos atacan la glándula tiroides y la inflaman, dificultando su función.
Estos anticuerpos están presentes en un 18% de las mujeres y es importante que, ante una analítica tiroidea alterada, se determinen también para decidir el seguimiento y abordaje de durante la gestación. Si solo se eleva la TSH y la T4 se mantiene en niveles normales, estaríamos hablando de hipotiroidismo subclínico.
En los protocolos más actualizados (ATA 2017) se sugiere que no necesita tratamiento salvo que se acompañe de anticuerpos antitiroideos positivos y/o se eleve demasiado. Para mí es un toque de atención de tu tiroides para que te cuides y la cuides, ya que se relaciona con problemas futuros de disfunción tiroidea.
Si necesitas tratamiento, te propondrán tomar una medicación llamada Levotiroxina (Eutirox). Es importante tomarla en ayunas, separada al menos media hora del desayuno y separada también de cuatro a seis horas de medicación como el hierro, suplementos de calcio y antiácidos que contengan aluminio. Si tienes vómitos matutinos, comenta con tu matrona a la posibilidad de tomarla en otro horario.
Es importante que, si tienes los anticuerpos altos durante el embarazo, te realices un seguimiento en el postparto, el riesgo de sufrir una tiroiditis postparto es mucho más alto que si no los tuvieras.
Hipertiroidismo y embarazo
En este caso sucede todo lo contrario, las hormonas tiroideas están altas (hay muchas llaves) y la jefa, la TRH le dice a su encargada (la TSH) que se vaya de vacaciones o que trabaje menos para disminuir la producción. Así tendremos una analítica con TSH por debajo de los niveles inferiores o incluso en 0, y una T4 alta, pudiendo sentir palpitaciones, taquicardia, diarrea, nerviosismo, mala tolerancia al calor, temblor, disminución de peso…
Durante el embarazo la causa más frecuente es el hipertiroidismo gestacional transitorio. Pensarás ¿y qué es eso? Pues, ¿te suena la hormona HCG? Su fracción beta es la que se mide en los test de embarazo. Esta hormona se eleva de forma exponencial durante el primer trimestre de embarazo y, casualmente, se parece mucho a la TSH y puede estimular la glándula tiroides (pone en marcha la fábrica) y, como consecuencia, producir una elevación de las hormonas tiroideas (T4), y la jefa (TRH) al detectarlo hace que la TSH baje para compensar.
Si te detectan hipertiroidismo en el embarazo, hará falta hacer una serie de analíticas, entre otras cosas, para determinar también si hay anticuerpos que están produciendo problemas, en este caso, un estímulo exceso de la tiroides. El hipertiroidismo o tirotoxicosis gestacional transitoria suele estar relacionado con niveles altos de beta HCG (hiperémesis gravídica, embarazo gemelar, mola…) y se soluciona sola en el primer trimestre.
Esta no es la única causa de hipertiroidismo durante la gestación, la segunda causa sería autoinmune, también llamada enfermedad de Graves. Por eso es muy probable que te manden una analítica para ver si tienes anticuerpos estimulantes del tiroides.
Si al final es tu caso, es posible que te propongan tratamiento, control del embarazo más exhaustivo y, al igual que en el hipotiroidismo de origen autoinmune, hay que hacer un seguimiento durante el postparto, que es una etapa delicada donde las enfermedades autoinmunes pueden empeorar causando una tiroiditis postparto.
¿Cuándo me tengo que preocupar de las cifras de hormonas tiroideas?
Es difícil determinar los valores normales del tiroides en el embarazo, porque lo ideal sería disponer de valores de referencia específicos de cada población y adecuados a cada trimestre de embarazo.
Pero, en general se considera:
- Valores bajos de TSH:
Primer trimestre: por debajo de 0,1 mUI/l .
Según trimestre: por debajo de 0,2 mUI/l.
Tercer trimestre: por debajo de 0,3 mUI/l.
- Valores altos de TSH:
Primer trimestre: por encima de 2,5 mUI/l ya se considera adecuado realizar determinación de anticuerpos antitiorideos.
Según y tercer trimestre: por encima de 3,0 mUI/L.
A partir de 4 mUI/l en cualquier trimestre: si los anticuerpos son positivos se considera adecuado poner tratamiento.
A partir de 10 mUI/l en cualquier trimestre: hay que tratarlo, sean o no positivos los anticuerpos.
Los valores de T4 total y T4 libre, también disponen de rangos específicos que se valorarán en consulta si la cifra de TSH está alterada, así como lo anticuerpos antitiroideos, que se deben determinar para descartar un origen autoinmune del problema si es necesario.
Y recuerda siempre, que tu caso individual junto con los valores del tiroides en el embarazo será valorado en consulta por profesionales cualificados para ello, que adaptarán el tratamiento de forma personalizada.
¿Y si ya tengo problemas tiroideos previos? ¿Qué pasa con la TSH en el embarazo?
En ese caso, lo indicado es que el seguimiento de tu embarazo se realice en consulta de alto riesgo conjuntamente con el servicio de Endocrinología.
Es muy importante llegar al embarazo con unos niveles adecuados de TSH y hormonas tiroideas y quizá se necesite modificar la medicación en el momento en el que sepas que estás embarazada. Y, antes de todo esto, si tu enfermedad es de origen autoinmune, cuídate mucho.
El ejercicio, la alimentación durante el embarazo (busca nutricionistas actualizados y formados en patología autoinmune, como los que pueden atenderte online en la Tribu CSC), la gestión del estrés y un correcto descanso son primordiales para que tu sistema inmune funcione lo mejor posible, además de la medicación que tengas indicada.
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2 responses on "Día Mundial de la Tiroides: ¿Qué problemas trae la tiroides en el embarazo?"
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Podrías hablar de cómo afectan también las alteraciones tiroideas en la lactancia? Muchas gracias!
Muchisimas gracias por la info, se ve que está actualizada, revisada y redactada de una manera que se entiende a la perfección. Nunca lo había entendido hasta ahora!