Qué ha pasado con los mocos de los bebés y las bronquiolitis

Las medidas anticovid reducen los casos de bronquiolitis y catarros

Este año, con todas las restricciones y normas para contener la covid-19 hemos tenido suerte… En la mayoría de las familias que conozco, y de las que he ido teniendo noticias, se ha visto reducido el número de infecciones respiratorias como nunca antes había pasado. Muchas madres y padres tienen que ir muy atrás en su memoria (cuando aún no había peques en la familia) para recordar un invierno tan libre de mocos.

Disminuyen las infecciones respiratorias y consultas pediátricas

Higiene de manos, adultos, niñas y niños mayores con mascarillas, ventilación, evitar espacios cerrados con mucha gente, evitar el contacto con gente con síntomas respiratorios… La buena prevención contra el coronavirus ha contenido también mucho todos los otros virus y bacterias que en otros inviernos nos han hecho la vida imposible.

Pero seguramente habrá familias que leerán esto y dirán…. “¡Qué va! ¡Si estamos hasta los topes de mocos desde septiembre!”. Y sí, puede pasar, que aún a pesar de todo lo que hacemos, algún que otro virus pase las barreras, o por lo que sea en vuestra familia sigáis acogiendo a bichos microscópicos infecciosos, por tendencia al asma, por alergias, por bajas defensas o simplemente porque siguen existiendo y han encontrado algún resquicio donde colarse.

 

 

En todo caso, en mi consulta la afluencia de bebés con mocos ha bajado muchísimo respecto al año pasado, así como también he visto muy pocas bronquiolitis. Y es que ya lo vieron los australianos al final de su invierno, al final de nuestro verano. La bronquiolitis desapareció durante el invierno, haciendo acto de presencia durante la primavera, una cosa muy rara en ella. Justo en el momento en que las restricciones por la covid-19 se relajaron, aumentaron los casos de bronquiolitis.

También me he fijado que en vuestras consultas online en workplace, en el chat privado de la Tribu CSC, han seguido surgiendo dudas sobre gestión de mocos, pero así como el año pasado se preguntaba a menudo por medicación inhalada y presencia de mocos en el pulmón (a menudo asociados a bronquitis y bronquiolitis), este año ganan las dudas sobre cantidad de higienes diarias y quizá hay más presencias de tos seca, más asociada a inflamaciones de mucosas faríngeas o laríngeas que no a presencia de exceso de mocos.

 

Bebé tos

 

Menos mocos, pero mismos remedios

Si tuviera más tiempo y recursos, sería muy interesante hacer algún estudio sobre las dudas en workplace y la incidencia a nivel estatal de las diferentes enfermedades que afectan más a los peques de casa. Seguramente dentro de unas semanas o meses, algún organismo español de pediatría nos podrá informar mejor de lo que ha pasado con las infecciones de nuestros bebés. De momento solamente nos podemos fijar en números a pequeña escala, cada uno desde su visión.

Pero está claro que aunque la incidencia de casos de bronquiolitis haya bajado/casi desaparecido, aunque nuestro bebé solamente tenga cuatro mocos, si le empeora el dormir o el comer, o si simplemente le vamos oyendo en runrún del moco, ya nos preocupamos.

 

 

En mi caso, este invierno, la gestión de los mocos se ha resumido en alguna que otra mañana tener que hacer alguna ducha nasal o alguna instilación con DRR. Mi hijo mayor, de 12 años, debe de hacer un año que no se limpia la nariz. Mi hija mediana, de 7 años, ha necesitado alguna ducha nasal en los momentos de más frío (no le puedo hacer instilaciones y DRR activas porque aún tiene poca fuerza al inspirar).

Y a mi peque (ya no tan peque) de 4 años, algunos días ha sido suficiente con una instilación de media monodosis de suero por nariz y sonarse hacia atrás para sacar un taponcito de moco, y a veces, si goteaba un poco más de la cuenta, hemos hecho alguna ducha nasal. Ahora por fin se las deja hacer alegremente (nos ha costado un poco que las aceptase, pero ahora ya lo vive como un juego).

 

Mocos en bebés, ¿cuándo aspirarlos?

 

Con los bebés, lo que os recomiendo es hacer parecido a lo que hago con mi familia:

  • Si no hay mocos o los hay, pero no molestan: no se tocan. Todos los mamíferos tenemos maneras de evacuarlos de manera natural.
  • Si hay mocos que molestan: la primera opción son las instilaciones de poco suero (la cantidad va un poco en función de la edad de la persona) y hacer DRR, maniobras de Desobstrucción Rinofaríngea Retrógrada (hacer como que sorbemos el moco, como yendo a buscar un “gapo”).
  • Si las DRR no efectivas o hay mucho moco o es muy espeso y las instilaciones y DRR muestran limitaciones, entonces podemos probar las duchas nasales.
  • Si tienes dudas, te lo contamos más a fondo en el Seminario Online “Mocos fuera” (si eres familia miembro de la Tribu, el acceso a todos los Cursos y Seminarios de Criar con Sentido Común es gratuito).

 

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Cuidado en primavera…

Volviendo a las bronquiolitis, no querría despedirme sin lanzar un deseo al vuelo. Mi deseo sería que esta primavera vayamos con cuidado. Que las medidas generales se relajen no quiere decir que tengamos que ir a lo loco a hacer todo lo que no hemos podido hacer este invierno (aunque yo a veces también tengo ganas de viajar y cenar con amigos-as, celebrar cumples con mi familia extensa, pasarme un día entero de compras, comer fuera…). Pero los virus siguen estando por aquí, el sars-cov-2 y también los que provocan las bronquiolitis. Que no nos prohíban hacer cosas no significa que lo tengamos que hacer todo rápido ni de cualquier manera.

 

 

Y tengo otro deseo. La pandemia nos ha demostrado que siguiendo pautas de prevención, no solamente nos protegemos de la covid-19, sino que también protegemos a los bebés de las bronquiolitis y del exceso de mucosidad, y de la aparición de enfermedades infecciosas en general.

El otro día hablaba con una madre de un paciente y me decía que en la escuela infantil había habido la primera pasa de virus estomacal del curso. En febrero. La primera del curso. ¿Cuántas pasas víricas solía haber en una escuela infantil antes de estar en pandemia? Como mínimo una al mes, por lo menos. Pues eso.

 

 

Mi segundo deseo es que algunas de las medidas de protección y prevención hayan venido para quedarse. Ventilar más los espacios; evitar el contacto con personas con síntomas de los que sean; uso de mascarillas si nos notamos con síntomas y no podemos evitar el contacto con otras personas, y sobre todo si tenemos contacto con bebés; higiene de manos como la que tenemos ahora; conseguir evitar sitios con mucha gente y o espacios cerrados cuando vamos con nuestro bebé…

Está claro que no podemos evitarlo todo siempre y que si enfermamos o si se enferman nuestro hijos/as no tenemos que flagelarnos, porque no siempre podemos tener el control de todo. Pero sí que os invitaría a hacer alguna reflexión de cara al invierno que viene.

 

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