El parto no solo nos enfrenta a una de las experiencias más increíbles de la vida. Además de dar vida, el cuerpo de la mujer se somete a toda una revolución para la que muchas…
En la cesáreas tradicionales las madres no ven nacer a su hijo ni pueden cogerles en brazos una vez nacen, en una cesárea pro vínculo sí. Desde el primer momento, la madre puede estar piel con piel con su bebé, cogerlo en brazos, estar acompañada por la persona de su elección e incluso participar en el proceso de extracción de su bebé.
Cuando hacía la residencia de matrona, antes de pasar por otros hospitales, pensaba que solo se podía hacer piel con piel durante la cesárea en paritorios donde había más personal, con menos carga de trabajo…
Pero cuando rotas fuera y ves que en hospitales en los que hay incluso más carga de trabajo y el mismo personal, se realiza como lo que es, algo cotidiano, te das cuenta de que las posibles trabas se vienen abajo si el equipo tiene voluntad de hacerlo.
Y entonces lo ves claro: es cuestión de querer, organizarse y darle la importancia que tiene a que madre y bebé permanezcan juntos. Eso es lo básico, lo fundamental, no es un lujo ni un extra, es un mínimo: que no os separen.
Pero ¿qué es una cesárea pro vínculo?
Con este término tengo el mismo problema que con el de parto respetado. No debería existir. Porque jamás debería darse un parto no respetado ni una cesárea que dificulte el piel con piel con la madre de forma protocolizada.
Como concepto, hablamos de cesárea pro vínculo cuando la madre realiza piel con piel nada más nacer, como en los partos vaginales, incluso pudiendo ser la propia ella misma la que coja a su bebé y lo lleve hasta el pecho. También está presente la pareja o la persona que la mujer decida y se le suele dar la opción de cortar el cordón umbilical una vez que el bebé ha recuperado toda su sangre.
El ambiente en quirófano debería ser calmado y con el máximo respeto a ese proceso de nacimiento, incluso en algunos hospitales puedes poner tu propia música. Es decir, no es más que no poner más trabas de las necesarias en el contacto precoz entre madre y bebé, favorecer que la mujer se sienta la dueña de su proceso (aunque sea una cesárea) y que sea una experiencia positiva.
Evidentemente esto se realiza en las cesáreas de bajo riesgo, cuando el bienestar de madre-bebé no corre peligro ni hay una situación de urgencia.
Cesárea pro vínculo o cómo enmendar lo que nunca debió normalizarse
Se anuncia a bombo y platillo cuando un hospital ofrece este tipo de servicio, y no es para menos; porque detrás hay un gran esfuerzo. Primero, por parte de las mujeres que lo piden y demandan sus derechos fundamentales y, segundo, por parte de muchas y muchos compañeros maravillosos que reconocen que el lugar en el que debe estar el bebé es en el cuerpo de su madre. De verdad, celebro que cada vez más hospitales lo hagan, es bueno para todas.
Pero una cosa no quita la otra: no es una mejora, es una forma de enmendar lo que nunca debió pasar. Separar el binomio madre-bebé tiene consecuencias. Parece que hasta que la evidencia científica no nos lo ha puesto delante de las narices, no nos hemos dado cuenta. ¿En serio necesitamos estudios que nos digan que el piel con piel tiene beneficios?
Debería ser al revés, ¿en qué estudios se basan los hospitales que separan al recién nacido de su madre para hacerlo? Esta práctica se ha llevado a cabo (y aún lo hace) en muchos hospitales de nuestro país sin estar respaldada por ningún estudio. En cambio, es para hacer piel con piel en la cesárea para lo que pedimos evidencia que lo respalde.
¿Por qué nos cuesta salir de lo establecido (y yo la primera, por supuesto)? ¿Porque seguimos pensando que esto son tonterías? Nos da miedo salir de nuestro guion y experimentar la inseguridad de lo nuevo… Lo entiendo, no es fácil. Pero es una cuestión de salud y de derechos fundamentales.
Desde luego que la carga asistencial es importante, me consta que las compañeras pasan por épocas en las que no pueden más. Hay días de locura, turnos en los que no puedes ni ir al baño… pero la no separación es una prioridad y como tal se debería tratar en cuanto a la gestión hospitalaria. Como ya os dije, hay hospitales con una carga de trabajo tremenda y nadie se plantea separar al binomio madre-bebé para reducirla. Porque esa separación no es en vano, implica cambios a nivel materno y a nivel del recién nacido.
Consecuencias de separar a una madre de su bebé recién nacido
Cuando un bebé nace espera encontrar a su madre, su cuerpo, su latido, su calor. Nacemos muy inmaduros, no es que prefieran estar con su mamá, es que lo necesitan, literalmente. Si eso no sucede, el recién nacido tendrá que hacer un sobreesfuerzo para mantener su temperatura estable (aunque se compensa con las cunas térmicas), estará más nervioso, sus niveles de adrenalina y cortisol aumentarán, eso hará que aumente su gasto cardíaco, su frecuencia respiratoria y su consumo energético, por tanto, su glucemia será más baja.
Y esto sucederá en un momento en el que el bebé está intentando adaptarse a la vida extrauterina y trabajando para estabilizar su sistema cardio-respiratorio. Además de eso, la evidencia científica nos dice que los bebés que permanecieron separados de sus madres, tardaron más en realizar el primer agarre al pecho (lógico) y por tanto tienen más dificultad a la hora de establecer la lactancia y recibir suplementación (Wagner et. Al 2018).
De por sí, los recién nacidos por medio de una cesárea cuentan con mayores dificultades en la adaptación. Al no haber pasado por el canal del parto, no han sufrido esa compresión torácica que “exprime” el líquido amniótico de sus pulmones. Por tanto, estos bebés pueden ser menos sensibles al olor del pecho materno y sufrir una respiración más rápida de lo habitual derivada de la presencia de líquido en los pulmones y el aumento de las hormonas del estrés.
Por eso cobra mayor importancia el hecho de no ponerles más trabas a la hora del nacimiento y el posterior establecimiento de la lactancia. De hecho, los bebés que realizaron piel con piel tenían más probabilidad de ser amamantados durante los seis primeros meses, aunque hay muchas más circunstancias que pueden influir es este hecho (Cochrane 2017).
En el caso de que la madre no pueda o no quiera hacer piel con piel (complicaciones en la intervención, si se encuentra mal, etc.) se puede realizar con otra persona como segunda opción.
¿Y para la madre? ¿Tantos beneficios tiene la cesárea pro vínculo?
Se ha comprobado que la temperatura y el flujo sanguíneo en la piel del pecho materno aumenta justo después del parto a causa de la liberación de oxitocina a nivel hipofisario. Nuestro cuerpo también espera recibir a ese bebé y se prepara para ello.
Yo no he pasado por una cesárea, pero sí he acompañado a muchas madres en ellas y la sensación cuando nace el bebé y no lo pueden ver es de angustia. De hecho, ya hay estudios que demuestran que las madres que están separadas de sus bebés en una cesárea, requieren más medicación durante la intervención y el postparto inmediato (benzodiacepinas y opioides) debido al aumento de la ansiedad y de la percepción del dolor.
Y no solo eso, se ha detectado que aumenta la cantidad de cortisol en saliva seguramente por un aumento en el estrés materno, aunque aún no se conocen las implicaciones de este hecho. En cuanto al sangrado postparto, el piel con piel inmediato favorece la fisiología de la contracción uterina y por tanto las posibilidades de hemorragia postparto son menores, en teoría al menos. Y esto cobra vital importancia en una cesárea, que de por sí conlleva más riesgo de sangrado excesivo que un parto vaginal.
La mujer de parto vive un estrés fisiológico que permite aumentar su resistencia y tolerancia al dolor, pero cuando ese estrés se convierte en sufrimiento y miedo extremo, la cantidad de adrenalina en el torrente sanguíneo aumenta demasiado y compite por la oxitocina en la musculatura uterina. Eso provoca una mayor dificultad a la hora de contraerse y por tanto más riesgo de sangrado.
En el caso de cesárea se controlará este sangrado con oxitocina sintética, pero en mujeres que no realizan piel con piel podría ser necesario una dosis mayor. Y digo podría, porque realmente hay muchos otros factores que pueden influir en el riesgo de hemorragia postparto.
La vivencia del parto importa, nuestro sistema nervioso autónomo no se comporta de la misma forma en distintas situaciones. El parto requiere que haya una dominancia del sistema parasimpático (calma, confianza, etc.) sobre el simpático (estrés, lucha, huida) para que se cree el cóctel hormonal perfecto, fisiológico y que funciona. Por tanto, una madre feliz y tranquila es bueno para todos. No es lo único, pero es muy importante hacer todo lo posible por favorecer ese equilibrio hormonal.
¿Y si no he podido tener una cesárea pro vínculo, humanizada?
Es posible que en tu caso no se haya podido respetar ese piel con piel o no te lo hayan ofrecido. Lo siento mucho, el contacto piel con piel debería ser innegociable y solo debería interrumpirse por un motivo de salud concreto o por voluntad de la madre. Pero te diré que, aunque estas dificultades derivadas de esa separación existen, no lo son todo en vuestra relación, ni por supuesto en vuestro vínculo.
El vínculo y el apego son mucho más… Existen desde antes del parto, tu bebé y tú compartís hormonas, nutrientes, sensaciones, sentimientos… Estáis unidos desde mucho antes de llegar a tus brazos. Somos animales, sí, pero racionales y emocionales. No abandonamos a nuestras crías si nos separan de ellas, las cuidamos y nos apegamos igualmente. Quizá pueda costar un poco más, o quizá no, y te resulta extremadamente sencillo. La oxitocina se segrega también, aunque hayan pasado algunas horas tras el nacimiento.
Según la última revisión Cochrane sobre el tema, las puntuaciones de los tests en cuanto a cuidados y vinculación con el bebé no difieren de forma clara entre los grupos de madres que hicieron piel con piel inmediato y los que no, al año de vida. La separación tras el parto supone una dificultad añadida, pero no insalvable. Podrás vincularte, podrás cuidar a tu bebé y serás la mejor madre que pueda tener.
Si en mi hospital no se ofrece, ¿qué puedo hacer?
Lo primero que puedes hacer es solicitarlo al equipo que te atenderá ese día. Las peticiones de las mujeres son las que mueven los cambios, junto a profesionales sensibles que ven la necesidad de modificar los protocolos. Si ante esto obtienes una negativa, puedes poner una reclamación o por supuesto, puedes buscar otro hospital donde sí se respeten vuestros derechos.
Si no tienes otra opción, asegúrate al menos de que el bebé podrá realizar piel con piel (siempre que sea seguro) con una persona de tu elección. Si tu intención es dar lactancia materna, quizá sería buena idea realizar extracción de calostro prenatal por si es necesario mientras tú estás en reanimación.
En cuanto a ti, visualiza el momento en el que estés con tu bebé y realiza piel con piel nada más llegar a planta, durante al menos una o dos horas. Lo que necesitéis. Recuerda que es posible que el bebé esté ya más adormilado y puede que le cueste más agarrar el pecho si esa es tu elección. Empápate de esa oxitocina, huele a tu bebé, míralo, tócalo, bésalo… disfruta de ese momento y de la secreción de oxitocina que lo acompaña. Y después, pasar tiempo con tu bebé, cuidarlo, quererlo… irá dando lugar a ese vínculo y a ese apego día a día.
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