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Durante las primeras semanas de vida del bebé recién nacido, cogerlo puede suponer todo un reto. Su apariencia tan frágil y delicada, hace que toda precaución parezca poca a la hora de sujetarlo.
Sin embargo, este temor, muy común especialmente en padres primerizos, se desvanece en cuanto descubras la sensación de tenerlo en brazos y adquieras un poco de práctica. Por ello, si no sabes cómo hacerlo, te proponemos varias posturas para coger en brazos a un bebé recién nacido correctamente.
Posturas para coger en brazos a un bebé recién nacido
La clave para sostener a un bebé recién nacido es hacerlo con especial cuidado y delicadeza, pero transmitiendo seguridad. Además, al no tener control sobre su cabeza durante sus primeras semanas de vida, es importante que la sostengas en todo momento con tu mano.
Hasta que el peque tenga control sobre su cabecita, hay seis posturas seguras para coger en brazos al bebé recién nacido. A medida que vaya creciendo, el bebé te irá mostrando cuáles son sus posturas favoritas y las que no le gustan nada. ¡Así que solo tenéis que estar atentos para conocer sus preferencias!
Posición de cuna
Es parecida a la postura más clásica a la hora de dar el pecho o el biberón al bebé. Su cabeza reposa sobre la parte interna de nuestro codo, mientras que la espalda queda apoyada en nuestro antebrazo y sujetamos el culete con la mano. Puedes unir tus dos manos, como si acunaras al bebé.
Además de ganar seguridad, repartirás el peso de tu pequeño entre ambos brazos. Poco a poco, y a medida que ganes más confianza, podrás prescindir de un brazo. Con esta postura, tendrás mayor contacto visual con el recién nacido. Lo ideal es que lo mantengas a poca distancia ya que durante las primeras semanas su vista no está desarrollada por completo.
Boca abajo
Puedes colocar a tu recién nacido boca abajo con la cabeza apoyada en la parte interna de tu codo mirando hacia afuera. Su abdomen queda apoyado en tu antebrazo y tu mano entre sus dos piernas. Con esta postura, se ejerce una pequeña presión sobre la tripa, motivo por el cual es muy efectiva para calmar los cólicos del lactante y expulsar los gases. Si la acompañas además de paseos, te ayudará a relajar y dormir a tu bebé.
En posición vertical
Suele ser la postura elegida para que los bebés eructen después de cada toma (recuerda que no es necesario darle palmaditas en la espalda para hacerlo) y también la favorita de los bebés a medida que van creciendo. Para cogerlos en posición vertical, lo pegamos a nuestro regazo con su cabeza a la altura de nuestro hombro.
Con un brazo creamos una especie de asiento, de forma que quede apoyado sobre nuestro antebrazo y nuestra mano. El otro brazo lo pasamos sobre su espalda y sujetamos la cabeza con nuestra mano. Si en lugar de colocarlo sobre el hombro lo apoyas sobre el pecho, ayudarás a relajarlo al sentir tu corazón, recordando a su vida dentro del útero.
Tumbado sobre tus rodillas
Apoya su cabeza sobre tus rodillas, de forma que el resto de su cuerpo quede extendido sobre tus piernas. En esta posición te resultará muy fácil jugar con él y darle mimos gracias a que podréis mantener el contacto visual cercano.
Sentado
Puedes sentar a tu bebé apoyando su espalda contra tu vientre mientras lo sientas sobre tu mano. Para hacerlo, usa la otra mano para sujetarlo desde la barriga, impidiendo así que se pueda ir hacia delante. Esta postura es idónea cuando son algo más mayores y perfecta para estimular la curiosidad del bebé y conocer el mundo que tiene frente a él.
¿Y para bañarlo?
Los recién nacidos suelen protestar durante la hora del baño. Por eso, es clave cogerlos con firmeza para, una vez más, transmitirles calma. Para ello, puedes sujetarlo por debajo de la axila de forma que el espacio que queda entre el codo y tu brazo le sirva de apoyo. Si con esa mano le sostienes la cabeza y el cuello, con la otra podrás limpiarlo con la mano o una esponja suave.
Cómo sujetar al bebé
Coger a un bebé en brazos no solo conlleva una sensación placentera para sus progenitores, también para los recién nacidos; al favorecer su autoestima y su salud emocional. Además, cambiarlos de postura ayuda a mantenerlos estimulados y a su desarrollo psicomotor.
Sin embargo, debes prestar atención ya que una postura inadecuada puede afectar a su columna vertebral y a su desarrollo posterior. Sea cual sea la postura que elijas para sujetar a tu bebé en brazos, es importante seguir siempre una serie de recomendaciones:
- Ante todo, es importante transmitir seguridad. Solo así el bebé se sentirá tranquilo cuando lo coges en brazos.
- Cuando nacen, los recién nacidos no tienen ningún control sobre su cabeza ya que los músculos del cuello están inmaduros. Por ello, es de vital importancia sostenerla en todo momento. En caso contrario, esta se irá hacia un lado o hacia atrás.
- A la hora de tumbarlos en el cambiador o la cuna, es importante evitar los movimientos bruscos. Por ello, debes bajar lentamente y llevarlo pegado a tu cuerpo lo máximo posible hasta tumbarlos por completo. No debes tumbarlos de golpe ni retirar la mano de la cabeza hasta que su cuerpo esté completamente tumbado.
- Mantén una buena higiene de manos y evita que estén excesivamente frías.
- Trata de intercambiar los brazos y las posturas. Así, ayudarás a evitar la plagiocefalia postural.
- Evita siempre los movimientos bruscos y zarandeos violentos, ya que pueden provocar el Síndrome del bebé sacudido con efectos fatales como una hemorragia o una contusión que pueden desembocar en daños graves e incluso la muerte.
Ante todo, debes confiar y seguir tu instinto. Lejos de instrucciones precisas, manuales con posturas para coger en brazos a tu bebé y de estar en tensión cuando lo vayas a sostener intentando recordar el paso a paso, confía en ti. Lo más probable es que coloques instintivamente tu mano para sujetar su cabeza al ver que no tiene control sobre ella. La fragilidad que transmiten te provocará cogerlo con suavidad y delicadeza y evitar movimientos violentos.
Recuerda siempre que coger a un bebé en brazos no es malcriarlo ni tampoco hacer que se acostumbran a ellos, sino criar desde el apego seguro. Cuando lo sostienes en tus brazos, él es consciente de que estás a su lado y que acudirás cada vez que necesite algo, transmitiéndole calma y seguridad. Y tú podrás disfrutar de tenerlo en brazos, algo que, por mucho que se acostumbren, ¡esta etapa acabará pasando y luego la echarás de menos!
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