¿Cómo dar los primeros auxilios a un bebé? ¿Cuándo llevar a mi bebé a urgencias?

Ante un accidente doméstico o de cualquier tipo hay que tener claro cuándo hay que llevar al bebé a urgencias y qué maniobras o acciones podemos realizar nosotras mismas para practicarle primeros auxilios.

No es cuestión de obsesionarnos con los posibles peligros que le rodean pero sí tener conocimientos básicos que nos permitan controlar la situación. En este post vamos a explicar algunos aspectos a tener en cuenta en estos casos.

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Las lesiones más frecuentes en los bebés: caídas y accidentes de tráfico

La guía de prevención de lesiones infantiles de la Asociación Española de Pediatría diferencia entre los bebés de cero a seis meses y de seis a un año. En el primer caso, las lesiones más frecuentes son: caídas de altura (por ejemplo, de la cama); los accidentes de tráfico como pasajeros; y, con menor frecuencia, quemaduras y atragantamientos. También recoge este documento el Síndrome de Muerte Súbita del lactante.

A partir de los seis meses lo más frecuente son golpes y caídas, intoxicaciones, atragantamientos, quemaduras y accidentes de tráfico. Es importante vigilar en casa que no haya piezas pequeñas a su alcance porque se suelen llevar todo a la boca. Estas mismas lesiones son las más habituales de uno a tres años pero, a esta edad, los menores ya se desplazan más libremente por lo que hay que tener especial cuidado con preparar el entorno para evitar accidentes.

Es vital, en cualquier caso, mantener la calma dentro de lo posible. Si nos dejamos llevar por el pánico podemos quedarnos paralizadas y provocar todo lo contrario a lo que pretendemos. En esta lista de posts puedes consultar cómo actuar frente a todo tipo de accidentes domésticos y, en caso de duda, mejor contactar con profesionales sanitarios que nos puedan orientar ante estas situaciones.

Quemaduras: ¿Siempre hay que llevar al bebé a urgencias?

Para que se produzca una quemadura no es necesario que exista un fuego como tal. Se puede producir por la caída de agua u otro líquido caliente o por contacto con alguna superficie como una vitrocerámica o una estufa encendida. También por productos abrasivos. Las quemaduras se clasifican de primer, segundo y tercer grado. Depende de la gravedad de estas, habrá que actuar de una u otra forma y llevar o no al bebé a urgencias.

Si no hay ampollas y el bebé no presenta ningún otro síntoma (es lógico que llore) como vómitos o desvanecimiento, puedes tratarlo tú misma. En este post te explicamos más concretamente qué hacer, aunque si tienes dudas puedes llamar al 112. Por lo general, hay que aplicar abundante agua y tapar la herida con una gasa estéril y empapada en agua fría.

Si son quemaduras de segundo o tercer grado sí hay que acudir a urgencias, igual que si la quemadura afecta a zonas a la boca, los oídos, zonas con pliegues como codo o rodillas, las manos o las plantas de los pies. Lo que no debes hacer es romper las ampollas, aplicar cremas o pasta dentrífica ni darle de comer si la quemadura es grave.

Los atragantamientos

Lo mejor es prevenir los atragantamientos retirando objetos pequeños que puedan estar al alcance del peque o promoviendo un Baby Led Weaning (BLW) seguro, en caso de que se trate de alimentos. Hay que evitar, en este sentido, aquellos alimentos prohibidos por riesgo de atragantamiento. La causa más común de los atragantamientos, tal y como explica nuestra pediatra Gloria Colli; no obstante, no es con comida, sino los que se producen por objetos como juguetes pequeños o un simple globo.

¿Cómo hay que actuar? Pues dependerá de si es un bebé de menos de un año o mayor, si puede hablar y respirar algo, si no puede prácticamente hacerlo o si cae inconsciente. Las tareas de desobstrucción serán diferentes dependiendo de esos casos y se pueden realizar mientras llega la asistencia médica. Hay que actuar de inmediato ya que no siempre podrás llevar al bebé a urgencias ipso facto (a no ser que estés al lado).

La maniobra «más importante» para la desobstrucción es la tos porque es una reacción natural del cuerpo. Si es efectiva (puede hablar, coger aire y expulsarlo, etc.) hay que animarle a toser para que salga el objeto. En caso de que no sea efectiva (no puede hablar, la tos se interrumpe bruscamente e incluso notamos pérdida de cierta conciencia) y sigue consciente, hay que darle golpes seguidos en la espalda para tratar de que salga el objeto.

La postura también es distinta dependiendo de si es un bebé o un peque más grande. En el primer caso, se suele colocar sobre el antebrazo boca-abajo, con la cabeza más baja que el tronco, y se le dan cincos golpes enérgicos en la espalda, deslizando hacia adelante la mano. Y luego, boca-arriba y en la misma postura, realizar compresiones en el esternón.

Si el objeto sale y está suficientemente fuera, podemos intentar sacarlo haciendo gancho con el dedo, siempre y cuando estemos seguros de que podemos sacarlo; porque si está profundo, podemos conseguir el efecto contrario, introducirlo más.

Si es mayor de un año y está consciente se suele usar la maniobra de Heimlich.

¿Cómo se realiza la maniobra de Heimlich en niños?

«La maniobra de Heimlich es una forma de simular la tos de forma artificial», explica Gloria Colli. Se realiza cuando el peque tiene  más de un año y puede mantenerse de pie. Antes de la maniobra, debemos colocarnos a su espalda y dar cinco golpes enérgicos en la espalda, deslizando en el movimiento la mano hacia arriba (porque está de pie) para intentar arrastrar hacia arriba el objeto.

Luego, proceder a realizar las compresiones abdominales utilizando la maniobra de Heimlich: se coloca el puño de la mano en la boca del estómago y, ayudado por la otra mano (como si estuviéramos abrazando por detrás), realizamos una serie de presiones fuertes para subir el diafragma y que este active los pulmones para que salga un golpe de aire fuerte para arrastrar el objeto.

Seguidamente, hay que revisar el estado del peque y comprobar si ha salido el objeto. «Solo si lo vemos accesible», podemos intentar sacarlo con los dedos tipo gancho. «Pero nunca extraer un cuerpo extraño que no vemos claramente accesible«, insiste Colli.

Si el peque se desvanece, hay que llamar inmediatamente al 112 y comenzar a realizarle la reanimación cardiopulmonar (RCP).

¿Cuándo llevar al bebé a urgencias si se corta o se clava algo?

Los cortes menores se pueden tratar directamente en casa y no es necesario llevar al bebé a urgencias. Hay que limpiar bien la herida con agua y jabón o suero fisiológico y aplicar algún antiséptico, como la clorhexidina que se usa para evitar que esas heridas se infecten. Se pueden dejar al aire o cubrir durante dos o tres días.

Si el corte es grande o es un golpe con sangrado, hay que acudir a que lo atiendan profesionales sanitarios. Previamente podemos limpiar la herida y cubrirla con una gasa estéril o un paño limpio, presionando un poco.

Si se clava algún objeto y este es pequeño y visible, podemos quitarlo nosotros mismos. Limpiamos bien la herida y usando unas pinzas esterilizadas (podemos esterilizarlas frotándolas con alcohol). Hay que observar la herida para que no se infecte (o por si se infecta). Si somos incapaces de sacar la astilla o similar, mejor acudir al pediatra.

Intoxicaciones: El 80% de los casos se queda en un susto

En España existe un teléfono de información toxicológica al que puedes llamar en caso de se produzca una intoxicación. Sin embargo, en la mayoría de casos (el 80%) se queda en una falsa alarma, porque el producto no es muy tóxico o porque el peque ha bebido poco o lo ha escupido o vomitado. En cualquier caso, si se trata de una intoxicación real, los primeros momentos antes de llevar al bebé a urgencias son vitales.

Una intoxicación se puede producir por la ingesta de algún producto del hogar, un medicamento y otros productos similares. Es muy importante conocer la cantidad que ha consumido e incluso, si lo ha vomitado, cuánto ha expulsado. También debemos llevar el envase de lo que haya ingerido al servicio de urgencias.

En cuanto a las intoxicaciones alimentarias, hoy en día ya no se recomienda retrasar la introducción de alimentos para prevenir alergias. Sí es conveniente conocer cuáles son los más alergénicos y ofrecérselos siempre en el almuerzo. También se debe separar su ingesta de otros alimentos con potencial alergénico dos o tres días.

¿Qué hacer si le sangra la nariz?

Es muy frecuente en niños entre 2 y 10 años pero más raro en bebés pequeños o adolescentes. Por lo general, no es necesario acudir a urgencias, a no ser que el sangrado se prolongue durante más de 15 minutos.

Se suele producir porque la nariz tiene muchos vasos sanguíneos que sangran a la mínima: un pequeño golpe, rascarse o incluso un catarro. Como digo, suele ser algo leve. Para cortar la hemorragia nada de echar la cabeza hacia atrás.

En vez de eso, debemos comprimir el lado por donde sale sangre. Con unos minutos bastará, pero es importante no dejar de presionar. Algunas guías de primeros auxilios recomiendan taponar con una gasa, pero presionar es suficiente.

Sí hay que consultar con el pediatra o un profesional sanitario si la sangre es producto de la ingesta de un medicamento; o si los episodios de sangrado por la nariz son muy habituales.

Mordeduras, picaduras de insectos y garrapatas: Cómo actuar

La mayoría de los niños y niñas adoran a los perros, ya que son bonitos, tiernos, fieles y amigables. Crecer con un perro puede enriquecer la vida de los niños de muchas maneras, aunque será necesario educar a la mascota para la convivencia con un bebé y realizar supervisión constante y cercana.

Las mordeduras de perro pueden causar infecciones que deben tratarse con antibióticos, por lo que si tu hijo sufre una mordedura por parte de un perro (en la calle o en casa), puedes proporcionar primeros auxilios:

• Coloca una toalla limpia sobre la herida para detener cualquier sangrado.
• Intenta mantener el área lesionada elevada.
• Limpia bien la herida con agua y jabón para eliminar la suciedad o las bacterias, además de eliminar los tejidos muertos.
• Aplica un vendaje estéril en la zona afectada.
• Consulta al pediatra, ya que puede ser necesario administrar antibiótico para prevenir la infección. Se recomienda visitar a un especialista en los siguientes casos:
  • Es un perro desconocido.
  • La herida es profunda.
  • No consigues detener el sangrado.
  • Existen signos de infección como enrojecimiento, hinchazón, calor o pus.

Sobre cómo prevenir y tratar las picaduras de insectos os recomiendo leer este post sobre los mosquitos, y este otro sobre bichos en general. En cuanto al tratamiento de la picadura de garrapata en peques:

• Conviene evitar aplastarla.
• Intentar extraerla entera con unas pinzas tirando con firmeza mediante un movimiento lento y constante, pero sin realizar movimientos bruscos para evitar romperla. Si queda alguna parte de la garrapata adherida a la piel no pasa nada. El cuerpo terminará expulsándola.
• Limpiar la zona de la picadura y aplicar hielo para aliviar el picor.
• Guardar la garrapata en una bolsa y acudir al pediatra.

Como cualquier otra picadura de insecto, las picaduras de garrapata también se pueden prevenir siguiendo estos consejos:

• Si tenemos animales domésticos en casa, conviene tenerlos desparasitados y examinarles después de sacarles a pasear.
• Cuando salimos a zonas de campo con hierbas altas conviene vestir a los peques con mangas y pantalones largos.
• Es aconsejable usar repelentes antes de salir al campo o en zonas húmedas.
• Conviene revisar a los niños al llegar a casa para ver si les ha picado alguna garrapata. Las zonas del cuerpo donde suelen buscar cobijo suelen ser las axilas, las ingles y la nuca.

Cuándo llevar a mi bebé a urgencias por vómitos, o fiebre, o tos

Son la tríada de síntomas que nos preocupan en cuanto aparecen. Sin embargo, que lo hagan no significa que inmediatamente tengamos que llevar al bebé a urgencias. En el caso de los vómitos lo normal es que estén provocados por la sobrealimentación; o una infección como la gastroenteritis, o una alergia. Pero también puede ser un signo inespecífico de otras enfermedades. Entonces requiere la valoración de un profesional.

En el caso de la fiebre, no siempre implica que tengamos que acudir al médico; aunque es una señal de que algo pasa. Sin embargo, si esta viene acompañada de otros síntomas sí hay que ir a urgencias. Esos otros síntomas son dificultades respiratorias; rigidez del cuello; pérdida del conocimiento; si está muy decaído e irritable; o si aparecen manchitas en la piel que no desaparecen al estirar la piel (petequias).

Por su parte, la tos, como hemos visto, es una respuesta natural de nuestro cuerpo. Puede estar motivada por distintas razones y la hay de distinto tipo. En algunos casos, el problema se soluciona solo. En otras ocasiones puede ser necesario acudir al pediatra si hay pitos o le cuesta respirar por si necesita medicación o a un fisioterapeuta respiratorio si hay exceso de moco. Si tenéis más dudas, los profesionales de Criar Con Sentido Común os pueden ayudar a despejarlas.