¿Cuándo puedes bañar al recién nacido en la playa o la piscina?

Probablemente te preguntes qué ropa ponerle, si puedes usar el aire acondicionado o cómo protegerlo de los mosquitos. Ya lo sabes todo del primer baño del bebé, pero ¿Podemos bañar al recién nacido en la playa o la piscina, o debemos esperar?

Si los recién nacidos necesitan unos cuidados especiales en sus primeras semanas de vida, estos se incrementan un poco más si es su primer verano.

¿Cuándo bañar al recién nacido en la playa o la piscina?

Probablemente, estés deseando bañarte con tu bebé en la piscina o la playa en cuanto llega el calor y compartir con él ese momento. Aunque algunos expertos recomiendan esperar a que cumpla los seis meses, la pediatra del equipo de Criar con Sentido Común, Gloria Colli, asegura que no hay inconveniente en bañar al recién nacido en la playa o la piscina siempre que sea de forma breve.

En el caso de las piscinas, lo ideal sería bañarlo siempre en una piscina de agua salada y evitar las que tienen cloro. Eso sí, hay que observarlos bien por si el cloro o el salitre les produce alguna reacción como picazón o rojeces en su piel.

Vestir al recién nacido siempre puede generar dudas y a la hora de bañarlo en la piscina o la playa no iba a ser menos. Es importante elegir ropa adecuada, como es el caso de gorros o camisetas con protección UV. Con ellos, podremos protegerlo de los rayos del sol cuando está dentro del agua. Además, puedes resguardarlo del sol con tu propia sombra.

El baño no debe durar más de 10 o 15 minutos y debe ser progresivo para que el recién nacido no le coja miedo al agua y evitar los contrastes fuertes de temperatura. Así, se puede empezar por mojar los pies o las manitas en la orilla del mar o la piscina para ir metiéndolos pocos a poco y que se familiaricen con el agua.

Debes prestar especial atención a los oídos, sobre todo si hay antecedentes de otitis. Por ello, aunque hayas escuchado que es bueno introducir la cabeza del bebé en el agua cuando están resfriados o para limpiar las fosas nasales, la realidad es que debes evitarlo (y especialmente, hacerlo de forma brusca). Si quieres mojarles el pelo, lo mejor es echarles agua con la mano sobre la cabeza.

Cuando acabes de bañar al recién nacido en la playa o la piscina, debes aclarar muy bien para eliminar los restos de salitre o cloro de su cuerpo.

La temperatura del agua

La temperatura del agua cuando bañamos al bebé en casa no debe superar los 36 grados. Pero, ¿qué pasa cuando lo bañamos en la playa o la piscina? Lógicamente, las condiciones son totalmente diferentes, la temperatura en pleno verano es más elevada y, además, no podemos controlar la del agua.

Así, en el caso de la piscina (sobre todo si es para niños) es probable que esté a buena temperatura para bañar al bebé, pero no ocurrirá así en el mar. Por ello, si quieres bañar a tu pequeño en la playa, puedes optar por prendas de neopreno que le ayudarán a mantener la temperatura del cuerpo sin sentir el agua fría. Además, debes introducirlos poco a poco para que se adapten a la temperatura del agua.

En cualquier caso, debes estar alerta a señales que indiquen que tu bebé está pasando frío como que se ponga a temblar o que los labios se pongan de color morado o azules.

Debes tener en cuenta que los recién nacidos no regulan la temperatura con la misma facilidad que los adultos. Por ello, no debes dejarlo con la ropa mojada o el pañal de agua puesto y debes tratar de secarlo cuanto antes con una toalla, sin olvidar ningún pliegue del cuerpo.

Cuidado con el sol

Independientemente de si eliges playa o montaña, o incluso si te quedas en la ciudad con tu recién nacido, debes prestar especial atención al sol. La piel del bebé es muy delicada y necesita unos cuidados especiales.

Así, no puedes usar cremas de protección solar durante los primeros seis meses. El motivo es que la piel del bebé es más fina y permeable, lo que hace que sea más fácil que ciertos protectores solares atraviesen la piel y se absorban, incrementando el riesgo de toxicidad o de reacciones locales.

Además, debes evitar la exposición directa a los rayos del sol, especialmente en las horas centrales del día. Aunque es recomendable que saques a tu bebé, es importante que no lo hagas en los momentos de más calor. Si tu bebé recién nacido tiene ictericia, es recomendable que lo expongas a la claridad para ayudar a disminuir la bilirrubina, pero evitando el sol directo.

¿Tienes más dudas sobre los cuidados del recién nacido? Puedes resolverlas si eres miembro de la Tribu CSC, donde podrás consultar online a nuestro grupo de expertos.