Cada verano los niños y niñas pasan una gran parte de sus vacaciones con sus abuelos lo que, sin duda, aumenta la felicidad de los mayores y es una cura natural contra el envejecimiento de…
Este post se publicó originalmente el 26/07/2021 y ha sido actualizado en fecha 01/10/2024
El 1 de octubre se celebra el Día Internacional de las Personas de Edad. No es exactamente el Día de los Abuelos, pero también es una jornada que nos puede servir de reflexión sobre la relación que se establece en una familia cuando son ellos los que se encargan de criar a los nietos o cuando parte de la crianza recae en ellos.
Como muchas familias en España, donde la conciliación laboral y familiar es una especie de entelequia de la que se habla mucho pero a la que nadie pone un solución, mis padres y mis suegros han tenido que hacerse cargo de mis hijas infinidad de veces. Y, aunque el Ministerio de Igualdad anuncia que quiere establecer los seis meses de permiso de maternidad y paternidad (bienvenido sea, por cierto), si trabajamos también fuera de casa, en más de una ocasión tendremos que tirar de ellos o incluso delegarles los cuidados de nuestros hijos.
Cuando los abuelos crían a los nietos
Una de las primeras preguntas que se nos pasa por la cabeza cuando vemos que se acerca el momento de regresar al trabajo y nuestra pareja también trabaja es la elección entre abuelos o escuela infantil. ¿Qué hacemos? ¿Lo dejamos a nuestros padres o lo llevamos a una escuela infantil? Parto de la base de que la mejor opción es que a nuestros hijos los criemos nosotras y/o nuestra pareja. Nos necesitan y nosotras a ellos. Pero a día de hoy es un privilegio que no todas las familias pueden disfrutar.
Así que, la segunda opción, es que queden con los abuelos. En Criar con Sentido Común defendemos la necesidad de la crianza cooperativa, de hacer tribu. Solo tenéis que fijaros en las caras de felicidad de los abuelos cuando se hacen cargo de su nieto o nieta. ¡Si es que babean más que nosotras! Y es lógico. A nosotros, sus hijos, nos quieren por encima de todo. A los nietos se les ama sin la urgencia o el miedo de los primerizos. Se les ama con la sabiduría que le dan los años, con la felicidad de disfrutar de la infancia sin tantos temores y con la seguridad de ayudar.
Hay abuelos más jóvenes pero muchos rejuvenecen al poder criar a los nietos, cuidarlos, jugar con ellos y viajar por la fantasía y alegría que imprimen los niños. ¡Si hasta hay abuelos que portean! De hecho, cuidar de los nietos puede convertirse en una medicina para la depresión y la soledad.
La sensación de que se les necesita es positiva, aunque con límites, evidentemente. Porque hay muchas personas a las que cuidar de los nietos puede provocarles estrés y ansiedad (síndrome del abuelo esclavo).
Los nietos también se benefician de que los cuiden los abuelos
Para nuestros hijos también tiene beneficio esa relación con los abuelos. Les ayuda a desarrollar vínculo con otras personas y a aprender nuevas herramientas para relacionarse socialmente. A crecer emocionalmente. Los abuelos son transmisores de muchos valores y aportan experiencia y otros puntos de vista. Además, les enseña que en la tribu hay que respetar a otras personas y son ejemplo de una manera de envejecer (en una sociedad de la imagen en la que se tiende a ocultar la vejez).
Y también nosotros nos beneficiamos. Hoy en día, al menos en mi caso, los abuelos son la conciliación de las familias. Gracias a ellos podemos alternar la vida laboral con la familiar y, por qué no decirlo, la posibilidad de tener una cita a solas con nuestras parejas de vez en cuando.
A mí, personalmente, también me ha ayudado a sentirme más cerca de ellos. Mis padres siempre me han remarcado esa frase de «cuando tengas hijos nos comprenderás». Y sí, ahora los entiendo, aunque en algunos aspectos tengamos puntos de vista opuestos. Y entiendo que mi madre no es solo una madre. Es una mujer con sus virtudes y sus defectos. Pero mujer como yo. Perfectamente imperfecta.
La sombra de que los abuelos se encarguen de criar a los nietos
Evidentemente cada familia es un mundo y las relaciones con los abuelos pueden ser muy diversas. Incluso hay personas que pueden sentir esas heridas de la infancia que siguen haciendo daño y que no son fáciles de superar. Pero, en el caso de que los abuelos tengan que criar a los nietos, es muy habitual que surjan fricciones; sobre todo en el caso de que esa labor sea diaria (no algo esporádico).
¿Cómo poner límites a los abuelos? Lo primero que deberíamos tener claro es que nuestros padres no pueden asumir nuestra responsabilidad. No tienen ninguna obligación de educar a nuestros hijos ni nosotros derecho a delegar esto en ellos. Es cierto que si se encargan a diario de nuestros hijos y están muchas horas con ellos, al final tienen que asumir ciertas responsabilidades pero deberíamos pactarlas con antelación para evitar conflictos.
¿Cuáles son los principales temas de fricción? En nuestro caso tiene mucho que ver con la perspectiva y las expectativas. Imponer nuestra visión a toda costa puede ser contraproducente, sobre todo si son asuntos completamente subjetivos. Debemos, por otro lado, asumir cierta incertidumbre.No podemos controlarlo todo y tenemos que confiar en ellos y en su buen hacer. Otra cosa es que dejemos claros los límites en los aspectos que consideremos fundamentales. Por ejemplo, uso de tecnología, la alimentación o el exceso de regalos.
Cómo evitar que los abuelos que tienen que criar a los nietos nos desautoricen
Las principales fuentes de conflictos cuando los abuelos se encargan de criar a los nietos son dos: que tomen partido por nuestros hijos y que nos desautoricen continuamente delante de los peques.
Eso desestabiliza nuestro papel dentro del núcleo familiar y genera desconfianza y mal ambiente en la relación con nuestros padres o suegros. Es importante, en este sentido, poner límites y no permitir que esta situación se repita o mantenga.
¿Cómo se hace? Pues con la comunicación asertiva. Es decir, explicando nuestras ideas, necesidades y sentimientos de una forma honesta y directa. De manera tranquila pero segura. Sin imponer, sin enfadarse. Pero a la vez siendo empáticos y respetuosos con las ideas, necesidades y sentimientos de las otras personas. De esta forma, es más fácil llegar a un acuerdo y hacerles comprender que nos sentimos mal y desautorizados cuando favorecen los deseos de los nietos frente a nuestras decisiones.
En el fondo, hay que entender que lo que nos ofrecen los abuelos a la hora de criar a los nietos es ayuda. Pero estos también deben asumir que esa ayuda no debe saltarse los límites y las reglas que establecemos con nuestros hijos.
Al igual que en Criar con Sentido Común os podemos ofrecer orientación y apoyo en las relaciones con vuestros hijos, nuestro equipo de expertos también os puede ayudar a través de la Tribu CSC a mejorar las relaciones con los abuelos. Es cuestión de comunicación, confianza y mucho amor. Las tres claves, desde mi punto de vista, para mantener una buena relación con las personas que queremos.
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