Día Internacional de la alfabetización: ¿Lo estamos haciendo bien con los niños?

Cada 8 de septiembre se celebra el Día Internacional de la alfabetización. Se trata de una conmemoración establecida por la Unesco que pretende poner de relieve la importancia de la alfabetización como una forma de avanzar hacia la igualdad y la dignidad de las personas. 

Por otro lado, subraya la necesidad de intensificar los esfuerzos para acabar con los altos niveles de analfabetismo de algunos países. Según datos de la ONU, 773 millones de jóvenes y adultos aún no tienen competencias básicas en lectoescritura.

La crisis de la Covid-19 no ha hecho más que empeorar esta situación de desigualdad, con muchas familias incapaces de afrontar la educación a distancia impuesta por el confinamiento. De hecho, el lema de este año es «Alfabetización para la recuperación centrada en las personas: reducir la brecha digital».

¿Qué es la alfabetización y cuál es su importancia?

La alfabetización es el conjunto de competencias de lectura, escritura y cálculo que se enseña o aprende una persona. En pocas palabras, enseñar a leer y escribir. 

La Unesco va más allá y la describe como «un medio de identificación, comprensión, interpretación, creación y comunicación en un mundo cada vez más digitalizado, basado en textos, rico en información y en rápida mutación».

«El aprendizaje de la lectoescritura es quizá el más significativo de cuantos hacemos durante la etapa escolar. Aprender a leer y a escribir nos permite acceder y participar de la cultura, organizar y conservar la información y crear nuevos conocimientos. La alfabetización, por tanto, es la llave para que nuestros niños puedan acceder al conocimiento, a la cultura, a la ciencia y así, crecer como ciudadanos formados», explica Elena Mesonero, logopeda del equipo de Criar Con Sentido Común.

Y no solo permite a los niños a ser ciudadanos formados, sino que también les ayuda a ser «personas críticas y constructivas» de adultos. Personas que no se dejarán engañar, que reflexionarán sobre la sociedad que les toca vivir y participarán para la construcción de un mundo mejor. A menudo les repito a mis hijas que la cabeza no sirve solo para llevar pelo, sino para pensar. Y para pensar necesitamos leer y escribir.

Lo hemos visto en la pandemia, con miles de datos e informaciones que con internet se han extendido tan rápidamente como el coronavirus. Y no todas ellas eran fiables o ciertas. ¿Cómo podemos tomar decisiones importantes para nuestras vidas si somos incapaces de entender la información que nos llega a diario?

¿Qué día es el Día Internacional de la alfabetización y por qué se eligió?

El Día Internacional de la alfabetización se celebra desde 1967 cada 8 de septiembre como conmemoración de la fecha de inauguración del Congreso de Ministros de Educación, en el que se defendió la obligación de luchar contra el analfabetismo. Un año después fue ratificado por la Unesco como día internacional y empezó a conmemorarse.

porque ese día pero de 1965 se inauguró el Congreso Mundial de ministros de Educación para la Liquidación del Analfabetismo que se desarrolló en Teherán (Irán).

Tanta es su importancia que la alfabetización es un componente clave para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) de la ONU. De hecho, es el Objetivo número 4 que está dirigido a «asegurar que todos los jóvenes aprendan a leer y escribir y tengan conocimientos básicos de aritmética, y que los adultos que carezcan de esos conocimientos tengan la oportunidad de adquirirlos».

En España, según datos de la Unesco, la tasa de alfabetización es del 98,44% (dato de 2018) y ocupamos el puesto 38 dentro del ranking mundial de alfabetización. Sin embargo, a nivel mundial 617 millones de niños y adolescentes no alcanzan los niveles mínimos de competencia en lectura y matemáticas. Por eso, la alfabetización «debe ser un objetivo prioritario de todos los países», insiste Elena Mesonero.

Premios Internacionales de Alfabetización de la Unesco

También desde 1967 la Unesco premia la excelencia y la innovación en el campo de la alfabetización. Más de 500 proyectos han recibido este reconocimiento desde entonces. Los premiados de este año se dieron a conocer a principios de septiembre, aunque la entrega se celebra durante una conferencia virtual titulada “La alfabetización con miras a la recuperación centrada en el ser humano: reducir la brecha digital” que organiza la UNESCO los días 8 y 9 de septiembre. Existen dos categorías:

• Premio de Alfabetización Unesco-Rey Sejong. Los financia la República de Corea y que recompensa los programas que contribuyen al desarrollo de la alfabetización en la lengua materna. Este año los galardonados son un proyecto para la promoción interactiva de la alfabetización en regiones rurales de Guatemala; el programa de aprendizaje inclusivo para personas con discapacidad del Instituto Nacional de la Escuela Abierta de la India; y el programa para el uso de tecnologías digitales para promover la literatura infantil en las lenguas autóctonas de Sudáfrica, de la Puku Children’s Literature Foundation. 
• Premio Unesco-Confucio de Alfabetización. Está patrocinado por China. Busca apoyar programas que contribuyen a la alfabetización en regiones rurales y a los jóvenes no escolarizados. Este año México, con un proyecto que da una segunda oportunidad a personas analfabetas; Egipto, con un curso de alfabetización en línea para regiones rurales de este país; y Costa de Marfil, con un proyecto de alfabetización para los comerciantes de Abiyán; son los galardonados.

Son programas internacionales que buscan luchar contra el analfabetismo, pero aún hay mucho camino por andar.

La alfabetización no está entre los primeros retos de la agenda política

Desde la Unesco ponen el acento en que la pandemia del coronavirus ha «trastornado» los procesos de aprendizaje de niños, jóvenes y adultos. Y, lamentablemente, los programas de alfabetización no forman parte de los planes iniciales de intervención de muchos países. Tal y como recoge este organismo internacional en su web:

«Durante este periodo de crisis mundial, se ha intentado garantizar la continuidad de las labores educativas, en particular mediante la formación a distancia, conjuntándola con la presencial. Sin embargo, el acceso a este modelo nuevo de enseñanza no ha sido equitativo. La rapidez con la que se pasó a la enseñanza a distancia puso de manifiesto la persistente brecha digital, en cuanto a conectividad, acceso a la electricidad y capacidad para utilizar la tecnología, que limita las oportunidades de aprendizaje.»

En estos momentos, los países europeos están pendientes de los fondos Next Generation que buscan ayudar a la recuperación. España va a recibir miles de millones. Y la educación recibirá muchos de esos fondos.

Concretamente, para la Modernización y Digitalización del sistema educativo (incluido la educación temprana de 0 a 3 años) se recoge una inversión de 1.648 millones de euros. Curiosamente, entre los retos no está la lucha contra el analfabetismo. Sí se establece como uno de los objetivos «la prevención del abandono temprano de la educación y la mejora de los resultados educativos».

Uno de los fines del Día Internacional de la Alfabetización este año será, curiosamente, examinar cómo ese proceso puede contribuir a «construir los cimientos sólidos» para la recuperación, según argumenta la Unesco. Y lograr que la tecnología sea útil e inclusiva para este objetivo.

Otro reto: la brecha digital

La siguiente reflexión sería si, tal y como pretende la Unesco, la tecnología puede ser útil e inclusiva. De utilidad es, evidentemente. Nos ha permitido derribar muchas barreras como la de la distancia y da acceso a la información que hace décadas no existía. Sin embargo, lo de la inclusividad es más cuestionable.

La enseñanza online que derivó del Estado de Alarma, dejó entrever un problema que en España puede pasar más desapercibido pero que es más que evidente en países en desarrollo: el desigual acceso a la tecnología.

Pero no es tan ajeno como se pueda pensar. Aunque según los datos del INE, el 80% de los hogares tiene un ordenador (incluidos tablets, netbooks, portátiles o de mesa), aún hay un 8% de hogares españoles que no tienen acceso a internet. Y si se tienen en cuenta los ingresos, solo el el 58,1% de las familias con ingresos mensuales de menos de 900 euros netos al mes cuentan con ordenador.

Si a eso sumamos que no todos los adultos tenemos competencias digitales, la tecnología también se puede convertir en una barrera en la alfabetización de nuestros hijos. Porque esta no solo consiste en leer o escribir un texto, sino en entenderlo y tener capacidad crítica.

Y en esto, muchos menores partirán con una clara desventaja con respecto a otros. De hecho, ya lo están. Más de un tercio de los jóvenes de entre 13 y 14 años participantes en el Estudio Internacional de Alfabetización Informática y de la Información (ICILS) de 2018 no poseía el nivel más básico de competencias digitales.

La Unesco concluye que este Día Internacional de la alfabetización «representa una oportunidad para repensar el futuro de la enseñanza y la alfabetización en el contexto de la pandemia y más allá». Es cierto que los fondos Next Generation sí recogen fondos para un Plan Nacional de Digitalización. Pero aún está por ver cómo se aplica y sus resultados.