¿A qué edad se puede empezar a aplicar la Disciplina Positiva?

Una de las preguntas que suelen hacerse las familias cuándo escuchan hablar por primera vez de la Disciplina Positiva es, precisamente, esta: ¿A qué edad se puede empezar a aplicar la Disciplina Positiva? La respuesta es ya.  

La Disciplina Positiva no es solo una batería de herramientas educativas que aplicar para educar a nuestros hijos. En realidad, tiene mucho más que ver con nosotras, las personas adultas. Tiene que ver más con revisar nuestras creencias personales con respecto a la educación y dejar atrás los clichés que hemos heredado del autoritarismo.

Tiene más que ver con cambiar nuestra mirada hacia la infancia y aprender a equilibrar la balanza entre sus necesidades y las nuestras. Con cuidarnos y querernos para poder cuidar y querer. Con aprender a respetar y respetarnos al mismo tiempo. 

Por eso, si te estás preguntando cuál es el momento apropiado para empezar a aplicar la Disciplina Positiva, la respuesta es ya.

Cuándo empezar con la Disciplina Positiva

Los primeros libros relacionados con el mundo de la crianza respetuosa llegaron a mis manos estando embarazada de mi primera hija. Puede que haya quien piense que era demasiado pronto; en realidad, era mi momento. Podría haber sido mucho antes y habría sido aún mejor. 

Ser capaz de cuestionar el sistema autoritario en el que la mayoría crecimos requiere valentía. Pero desaprender todas esas ideas que se grabaron en nuestro subconsciente requiere tiempo y práctica. Así que, cuanto antes tomemos contacto con la Disciplina Positiva y comencemos a hacer todo el trabajo personal que implica el cambio de mirada hacia la infancia, mejor. 

Una gran parte de la Disciplina Positiva está relacionada con nuestro propio autoconocimiento, con entender cómo funciona nuestro cerebro, por qué reaccionamos de una u otra manera ante determinadas situaciones, cuáles son nuestros patrones de conducta y cómo nos afectan en nuestras relaciones, cómo aprender a regular nuestras emociones y a expresar y cubrir nuestras propias necesidades…

Y, todo esto, es un aprendizaje vital valiosísimo, con independencia de que tengamos hijos o no. Pero si nos centramos en la idea de aplicar todos estos aprendizajes a la crianza, también será beneficioso que nos iniciemos cuanto antes, mejor. Ya que vamos a necesitar tiempo para desaprender lo aprendido y para poner en práctica los nuevos aprendizajes. 

A qué edad se puede empezar a aplicar la Disciplina Positiva: Cómo aplicar la Disciplina Positiva los 3 primeros años de vida

Obviamente, si pensamos en aplicar la Disciplina Positiva con nuestros hijos no es lo mismo hablar de una niña de 7 años que de un bebé de 15 meses. Muchas de las herramientas específicas que nos propone la Disciplina Positiva para tener presentes en la crianza de nuestros hijos no las podremos aplicar a cualquier edad. Las reuniones familiares, por ejemplo, precisan de un nivel de desarrollo del lenguaje y de capacidad de expresión y de atención, que las hace inviables durante los primeros años de la infancia.

Algunas de las herramientas educativas que nos propone la Disciplina Positiva, como el tiempo fuera positivo, no son aplicables antes de los 3 o los 4 años. Otras, como las preguntas de curiosidad o las opciones limitadas, van a depender del ritmo evolutivo de cada peque en aspectos relacionados con el lenguaje y la comprensión. 

Existen herramientas específicas para aplicar la Disciplina Positiva durante la primera infancia. Sin embargo, una de las aportaciones más importantes que nos puede hacer esta forma de entender la educación es el conocimiento de cómo se desarrolla el cerebro humano.

Saber cómo funciona nuestro cerebro, a qué ritmo se desarrolla, qué conductas podemos esperar según la edad de nuestros hijos… va a facilitarnos mucho la tarea de la crianza durante los primeros años. 

A menudo, en la Tribu CSC, nos preguntan sobre cuestiones relacionadas con el desarrollo madurativo. Saber que lo que hace nuestro hijo está relacionado con la etapa evolutiva en la que se encuentra y no responde a que estemos haciendo nada mal, puede ayudarnos a enfrentar la situación con más conocimiento y con más tranquilidad.

A partir de ahí, aunque las fórmulas mágicas no existen, la Disciplina Positiva puede ofrecernos diferentes estrategias para afrontar los diferentes retos de la crianza que se nos presentan en el día a día. 

Y, aunque las herramientas irán cambiando según la edad de nuestras hijas e hijos, lo importante, lo fundamental… cambiar la mirada hacia la infancia, podemos hacerlo desde el primer día.