Durante las fiestas navideñas, múltiples factores contribuyen al aumento del riesgo de atragantamiento en niños. Frutos secos, turrones, las uvas de Año Nuevo... Todo ello, en un ambiente festivo de juegos y risas que hace…
La técnica del globo es un método para los niños aprendan a gestionar el nerviosismo, la frustración o los enfados. Es una de las muchas vías para dar herramientas a nuestros hijos para que estos aprendan a autorregular sus emociones.
Sin embargo, como su nombre indica, se utilizan globos para llevarla a cabo. Y su uso conlleva un riesgo importante de asfixia. En este post os explicamos en qué consiste y las precauciones que hay que tomar.
¿Cuál es el objetivo de la técnica del globo?
Nadie nace sabiendo controlar sus sentimientos. Es algo que vamos aprendiendo a medida que nos hacemos adultos y, muchas veces, ni si quiera con la experiencia somos capaces de domar algunas sensaciones. A los peques les ocurre igual solo que ellos ni si quiera tienen herramientas para hacerlo. Hemos de dárselas nosotros. Existen distintas técnicas para ayudarles, como el tiempo fuera positivo.
No todas las técnicas funcionan con todos. A veces, como padres, debemos ir buscando distintas fórmulas para lograrlo. Mi hija mediana es un auténtico volcán. Y, precisamente, esa es la imagen que usamos para que se calme cuando se pone nerviosa o se enfada. Dice tener un volcán en la barriga que a veces entra en erupción. Respirar profundamente y concentrarse en detener la lava es nuestra técnica. ¡Y siempre me pide un vaso de agua para poder apagarlo!
La técnica del globo busca ayudar a los niños a controlar esas emociones tan demoledoras como el enfado, la frustración o el nerviosismo. Mediante el juego (la herramienta más acertada para el aprendizaje de los niños), los menores aprenderán a controlar la respiración como si estuvieran desinflando un globo, haciéndoles conscientes de su propio cuerpo y dándoles tiempo a calmarse.
¿En qué consiste la técnica del globo?
Para ponerla en práctica necesitamos globos. En este punto, hay que subrayar que no se recomienda que los niños de menos de siete años jueguen con globos por el gran riesgo de atragantamiento. Hay que ser conscientes y tenerlo en cuenta antes de optar por este sistema. No está recomendada para niños pequeños con rabietas, por ejemplo.
Hay que explicarles que cuando nos enfadamos o estamos nerviosos somos como un globo, que nos vamos llenando y que, si no lo controlamos, podemos explotar. Luego (o paralelamente) vamos llenado un globo, inflando e inflando hasta que explote (hay que avisarles de que esto ocurrirá). Entonces les decimos que igual que un globo, si nos enfadamos más y más, al final estallaremos y ya no podremos controlarnos.
Seguidamente, le pedimos al niño que llene otro globo pero sin que este llegue a explotar. Y cuándo ya tenga bastante aire, les animamos a que vayan dejando escapar el aire lentamente. Es una forma muy visual de hacerles ver que si conseguimos manejar esos sentimientos, no llegaremos a una explosión incontrolable.
Luego, ya sin globos, les pedimos que llenen sus pulmones de aire hasta que no puedan más y que lo dejen escapar poco a poco hasta volver a la normalidad. Esto se puede hacer tumbado, sentado o en cualquier postura relajada. Si además nos interesamos por los momentos en los que se sienten a punto de estallar (peleas con hermanos, enfado por no conseguir algo, etc.), les haremos conectar esas experiencias con la imagen del globo y podrán aplicarlo cuándo se sientan así.
¿Para qué sirve el juego del globo?
Jugar con globos tiene una serie de beneficios físicos para los niños. Gracias a ellos pueden aumentar su capacidad pulmonar, ejercitan el diafragma, fortalecen la musculatura de los labios, ayudan a mejorar la vocalización (es muy apropiado para niños con dislalia) y es un buen ejercicio contra la disnea (sensación de falta de aire, asociada con la bronquitis aguda).
En el caso concreto de la técnica del globo, los objetivos son:
- Es una técnica de relajación que les permite tener autonomía y hacerlo por sí mismos.
- Ayuda a controlar la respiración y a que se concentren.
- Les permite conocer su cuerpo y a saber cuáles son sus límites.
- Favorece los estados de calma y aplacar el nerviosismo.
- Les da herramientas para controlar situaciones de nerviosismo y para identificar y poner límites a aquello que les hace enfadar o los frustra.
A veces nosotros mismos no podemos controlarnos y nos dejamos llevar por lo que se conoce como secuestro emocional, así que utilizar esta técnica nos puede ayudar (y de camino, les servimos de ejemplo).
El inconveniente: Hay que extremar las precauciones con los globos
Los globos son los objetos que más casos de muerte por asfixia provocan en Estados Unidos, por eso no se recomienda su uso para menores de siete años. Un niño puede aspirar un globo deshinchado al ponérselo en la boca para intentar inflarlo. Al tomar aire para soplar, el globo puede entrar en la boca y quedar atrapado en la garganta, obstruyendo las vías respiratorias.
El niño también puede tragarse un globo deshinchado o un trozo de globo explotado. Por eso NUNCA hay que perder de vista a los niños cuando juegan con globos. Y si alguno explota hay que recoger y desechar los trozos inmediatamente.
En la web de Criar Con Sentido Común contáis con un curso en el que la pediatra del equipo de Criar Con Sentido Común, Gloria Colli, explica cómo hay que actuar en caso de atragantamientos. Es gratis para los miembros de la Tribu CSC.
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