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Una habitación pequeña, hermanos y una solución fácil: literas para dormir. Pero el binomio literas y niños conlleva ciertos riesgos que hay que tener en cuenta. Según datos de la European Injury Database, cada año se producen en la Unión Europea 19.000 lesiones relacionadas con el uso de literas.
Lesiones por caídas desde la cama de arriba y desde la escalera
La Guía de Seguridad de Productos Infantiles, que lidera la Alianza Europea para la Seguridad Infantil y ha sido traducida por el Ministerio de Sanidad, recoge ese dato escalofriante: 19.000 niños de entre 0 y 14 años sufren cada año lesiones relacionadas con literas suficientemente importantes como para necesitar ir a urgencias. Los niños que sufren esos accidentes tienen el doble de probabilidades de acabar ingresados en el hospital.
Muchas lesiones son menores, pero hay casos en los que el accidente ha acabado en muerte por asfixia o estrangulamiento al quedar atrapados los niños en la estructura de la cama. O por quedar enredados con cordones de la parte superior.
La mayoría de los accidentes están relacionados con caídas desde la cama superior mientras el niño duerme, juega o al caer desde las escaleras. Resbalar desde estas puede suponer una caída grave e incluso se han producido accidentes con niños pese a que las literas tenían barandillas (porque estas no estaban bien colocadas o su anclaje era débil).
¿Cuándo pueden los niños dormir en literas?
La Asociación Española de Pediatría (AEP) recomienda que los niños menores de seis años no duerman en la cama superior. Es la misma edad que establece la Academia Americana de Pediatría que considera que antes de esa edad, la niña o el niño «no tiene la coordinación necesaria para subir con cuidado o para no caerse».
Además, según la guía de la Alianza Europea:
«Hay estudios que toman como media el tamaño de niños de dicha edad. Los espacios entre las barras y alrededor del colchón deben pasar controles de seguridad para que un niño de seis años de edad no pueda quedar atrapado en ninguna parte de la cama».
Pese a los riesgos, lo cierto es que utilizar literas puede conllevar una serie de ventajas. Por un lado, suponen un ahorro de espacio y son ideales para habitaciones pequeñas. Además, como existen de distinto tipo (tradicional, triple, a ras del suelo, en tren, abatibles…) se puede optar por un modelo acorde con nuestro hogar. Hay, incluso, literas que siguen la filosofía Montessori.
Por otro lado, suelen ser camas más económicas. Y, por último, puede ser una forma muy positiva de que los hermanos aprendan a convivir juntos y a compartir espacios.
¿Qué hay que tener cuenta a la hora de comprar o utilizar literas?
Si se opta por las literas, la guía de la Alianza Europea para la Seguridad Infantil hace una serie de recomendaciones:
- Comprobar que cumple la norma europea EN-747-1:2012.
- Barandillas: la litera superior debe tener barandillas a ambos lados, aunque esté pegada a la pared. De hecho, la recomendación es que tengan barreras protectoras en los cuatro lados.
- El somier de la litera: el somier de muchas literas descansa exclusivamente en pequeños salientes en la estructura de la litera. Sin embargo, pueden desprenderse, especialmente si el niño de la litera inferior empuja o da patadas al colchón superior. Hay que asegurarse de que el somier está sujeto por listones o correas.
- Tamaño correcto del colchón: no debe quedar espacio libre entre el colchón y el cabecero y el pie de cama. El pequeño podría colarse en ese hueco y sufrir un accidente.
Los expertos recomiendan que las literas tengan estas características:
- Barandilla protectoras a los cuatro lados y atornilladas o sujetas firmemente a la estructura para evitar caídas.
- El espacio entre el bastidor y la barrera protectora debe ser menos de 7,5 centímetros y los barrotes no deben estar separados por más de 7 centímetros.
- Las barreras protectoras deben tener una altura mínima de 16 cm para prevenir que el niño o la niña se caigan.
- El somier debe ser de listones que puedan fijarse a la estructura de la litera.
- Escaleras fijas y ubicadas en la parte más larga.
- Se puede optar por literas cuyas camas se puedan separar en camas individuales mientras los niños sean demasiado pequeños para dormir en la litera superior.
Otras medidas preventivas para que las literas sean seguras
Al margen de las precauciones a la hora de comprar unas literas, en casa también podemos establecer algunos límites para evitar accidentes. Por ejemplo, aunque el pequeño se haga mayor, no debemos quitar las barreras protectoras de ningún lado. Cualquier persona durmiendo puede caer y el golpe será importante, independientemente de la edad.
Además de no dejar dormir (ni subir) a la litera superior a los menores de seis años, también hay que asegurarse de que las correas del somier están fijas.
Por otro lado, hay que enseñar a los niños a usar las escaleras para subir y no otras sillas o muebles. También hay que concienciarles de que jugar sobre las literas (y otros muebles) es peligroso. Sería recomendable, si hay menores pequeños, no dejarles solos en una habitación con literas.
El uso de moquetas o alfombras puede reducir el impacto de una posible caída. También es aconsejable que la habitación esté despejada y no haya otros muebles u objetos alrededor.
La iluminación puede ser importante para que los niños tengan visibilidad si tienen que ir al baño o al levantarse; pero hay que evitar que las lámparas estén cerca de la litera y se recomienda el uso de lámparas LED que no generan calor. También debemos asegurarnos de que no hay cables cerca de la litera para minimizar riesgos.
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