Día Mundial de la Bondad. Cómo transmitir este importante valor para la vida a nuestros hijos

Este post se publicó originalmente el 13/11/2021 y ha sido actualizado en fecha 13/11/2024

Hoy, 13 de noviembre, se celebra el Día Mundial de la Bondad. Esta probablemente sea una de las cualidades más genéricas y más deseadas por cualquier padre o madre. Creo que a la mayoría nos gustaría que, cuando crezcan, se pueda decir de nuestros hijos e hijas que son buenas personas.

La bondad es una cualidad que puede ser innata a la infancia, es la inclinación natural a hacer el bien, a contribuir. Sin embargo, también podemos influir con nuestro estilo educativo para que nuestras hijas e hijos sean personas bondadosas. Y el Día Mundial de la Bondad es una buena ocasión para reflexionar sobre ello.

¿Cómo transmitir la bondad?

Como siempre digo, las fórmulas mágicas no existen pero la varita mágica eres tú. Nuestro ejemplo es siempre la mayor de las herramientas educativas así que si queremos que practiquen la bondad, tendremos que empezar por preguntarnos qué tan bondadosos/as somos. 

Una buena forma de cuestionarnos nuestras acciones es preguntarnos el “¿para qué?” de nuestras acciones. En nuestra relaciones con otras personas, cuando tomamos ciertas decisiones, qué finalidad estamos persiguiendo. 

Hay personas que tienen tendencia al rencor y suelen buscar venganza. Esta necesidad de hacer sentir mal a otra persona no está en consonancia con transmitir un valor como la bondad. 

Tampoco se trata de dejarnos pisotear para que los demás se sientan bien. Aprender a respetarnos y enseñarles a respetarse también es importante. Alejarnos de una persona que nos lastima, por ejemplo, puede hacerle daño; pero la diferencia esencial radica en nuestro “para qué”. No nos estamos alejando para hacerle pagar por sus equivocaciones sino para cuidarnos. 

La forma en la que nos relacionamos con la naturaleza también es importante. Cómo tratamos a los animales o las plantas, si cuidamos del medio ambiente… son cuestiones que también van a ofrecer un modelo a nuestros hijos e hijas para que aprendan a estar en el mundo con bondad o no. 

Es importante recordar que educar también es todo eso que hacemos cuando pensamos que no estamos educando. Nuestra manera de ser y estar en el mundo, la forma en la que hablamos de otras personas en nuestra intimidad, la importancia que damos a las cosas y el respeto que mostramos por los demás, también educan.

Día Mundial de la Bondad: Actividades para trabajar la bondad

Aunque el ejemplo siempre es fundamental, también hay algunas actividades que podemos hacer en familia para fomentar este valor tan importante en nuestras hijas y nuestros hijos todos los días del año, y no solo el Día Mundial de la Bondad.

Dar las gracias

Las reuniones familiares que nos propone la Disciplina Positiva, y de las que puedes informarte formando parte de la Tribu CSC, siempre comienzan con una ronda de agradecimientos o cumplidos. Dar las gracias a las personas con las que convivimos por su contribución a nuestro bienestar es una forma estupenda de fomentar la armonía en la convivencia. Sin armonía, difícilmente habrá bondad.

Cuidar nuestro entorno

Recoger plásticos de la playa o del campo, aunque no seamos nosotros/as quienes hemos generado ese residuo; colocar recipientes con agua en en nuestro jardín o en el balcón en verano, para que los pájaros puedan beber en esos días de intenso calor… Fomentar en ellos/as el amor y el cuidado de la naturaleza, también les convertirá en persona bondadosas. 

Voluntariado

Cuando son muy peques será necesario hacerlo en familia, pero en la adolescencia pueden realizarlo por su cuenta si les hemos inculcado el valor de este tipo de contribución desinteresada a la comunidad. Seguro que en vuestra localidad hay alguna residencia de personas mayores, alguna asociación, protectoras de animales… Siempre hay tareas que podemos realizar de manera altruista para contribuir al bienestar.

Empatía

Aprender a ponerse en el lugar de los demás es fundamental para poder desarrollar la bondad. Si las demás personas no me importan o no soy capaz de leer sus emociones y sus situaciones, va a ser complicado que pueda ser bondadosa con ellas. La empatía es una cualidad que va ligada a la bondad y que también podemos fomentar desde la infancia. 

Las buenas palabras

Las palabras que elegimos para expresarnos pueden herir a otras personas. Aprender a decir lo que queremos decir de forma respetuosa, con asertividad, también es una buena manera de poner en práctica la bondad. Cuando son muy peques podemos comenzar por fomentar el uso de palabras de cortesía como “por favor” o “gracias”. Y, a medida que van creciendo, podemos ir practicando más a fondo el arte de hablar sin herir (o, al menos, sin la intención de hacerlo). 

No hace falta que vivamos en un mundo de unicornios y arcoíris ni que censuremos en la infancia ni en nosotros/as mismos/as emociones como la rabia, que pueden tener muy mala prensa, pero que también pueden resultar muy útiles e, incluso, necesarias. Pero solo desde nuestro interior podemos reflejar la bondad en la que queremos que aprendan a mirarse.

Si tienes cualquier duda, en la Tribu CSC cuentas con un equipo de expertos/as en salud infantil y crianza respetuosa que puede ayudarte a resolverlas.

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