Cuando escuchamos hablar de Disciplina Positiva, muchas familias esperan obtener una caja de herramientas educativas mágicas que les permitan solucionar todos los retos de la crianza a los que se enfrentan en su día a…
En los últimos años son muchas las familias que se han acercado a la Tribu CSC en busca de apoyo y acompañamiento en la crianza. Por suerte, cada vez son más las familias que huyen de la herencia del autoritarismo y buscan nuevas formas de afrontar la educación de sus hijos y sus hijas de forma más respetuosa.
En este cambio de enfoque lo más difícil quizá sea desaprender todo lo aprendido pero también es importante encontrar alternativas a las herramientas educativas tradicionales, como los premios y los castigos. Muchas familias se acercan a Criar con Sentido Común en busca de ideas para afrontar este cambio. Nuestro curso online de Crianza respetuosa y Disciplina Positiva, que pueden ver sin ningún coste adicional quienes forman parte de nuestra Tribu CSC, puede ser de gran ayuda en este sentido.
Una de las cosas que más suelen pedir las familias cuando nos realizan consultas en la Tribu es que ofrezcamos ejemplos prácticos de cómo aplicar la Disciplina Positiva en situaciones concretas de nuestro día a día como mamás y papás. Por eso en este post queremos ofreceros precisamente eso: ejemplos prácticos de cómo suelen afrontarse 10 de las situaciones más habituales en la educación tradicional y cómo podríamos afrontarlas desde la Disciplina Positiva.
Qué hacer si mi hijo no quiere bañarse
Educación tradicional:
– Fulanito, vamos a la bañera.
– Noooo.
– Venga, que si no se hace tarde y mañana hay cole.
– Esperaaaa que estoy jugando, ahora voy.
(Papá o mamá preparan la bañera).
– Fulanitooo, hay que bañarse ya que si no se enfría el agua.
– Ahora voooooyyyy.
(Pocos minutos después).
– A la bañera ahora mismo, estoy harto/a ya, siempre igual, da igual lo que se te diga es que es todos los días lo mismo.
Disciplina Positiva:
– Fulanito, dentro de 10 minutos tenemos que ir a la bañera, ¿quieres recoger los juguetes ya o sigues jugando un poco más y los recogemos después del baño?
– Quiero jugar un poco más.
– De acuerdo, voy a preparar el baño y te aviso cuando esté listo.
(10 minutos más tarde)…
– Cariño, ya es la hora del baño.
– Quiero jugar un poco máááássss.
– Lo sé, fulanito, ¿te acuerdas de que acordamos que jugarías un rato más y recogeríamos los juguetes después? Ahora es la hora de ir a la bañera. Si quieres puedes escoger uno de los juguetes para llevar a la bañera y jugar un poco más allí.
Qué hacer si mi hijo no recoge los juguetes
Educación tradicional:
– Menganita, recoge ya todos los juguetes que está todo hecho un desastre como siempre.
– ¡No quiero! ¡Quiero jugar un rato más!
– Y yo quiero un chalet en la playa. ¡A recoger te he dicho!
– ¡Estoy cansadaaaaaaa!
– ¡Para ponerlo todo por medio no estás cansada! ¡Mucho morro es lo que tienes! ¡Qué harto estoy!
Disciplina Positiva:
– ¡Uy! Casi me caigo. Me he tropezado con este juguete. ¿Qué podríamos hacer para evitar tropezarnos?
– ¡Ya sé! Recoger los juguetes.
– ¡Buena idea!
– Pero estoy cansadaaaa.
– Es normal. A mí tampoco me gusta recoger. ¡Venga! ¡Te ayudo! ¿Prefieres recoger tú las piezas rojas o las azules?
Qué hacer si mi hijo no quiere acostarse
Educación tradicional:
– Menganito, ¡a la cama!
– Un poquito más.
– Cinco minutos y a la cama, que es muy tarde.
(Cinco minutos más tarde).
– ¡Venga, menganito, a la cama ya!
– Un poquito máááás.
– Siempre igual, si es que nunca me haces caso, a la cama ahora mismo o mañana no ves la tele.
Disciplina Positiva:
– Menganito, mira nuestro reloj de rutinas, ¿de qué color es la hora que empieza ahora?
– ¡Azul!
– ¿Y qué pone en nuestra tabla de rutinas que hay que hacer cuando la aguja del reloj está en la hora azul?
– Irse a dormir. Pero, joooo, es que quiero quedarme un ratito más.
– Te entiendo; y es la hora de ir a dormir. ¿Quieres que te lea un cuento en la cama o prefieres que te cante una canción?
Qué hacer si mi hijo no quiere hacer los deberes
Educación tradicional:
– Fulanita, ponte con los deberes ya que después no te da tiempo de hacerlos.
– Jolín, es que los deberes son un rollo, no quiero hacerlos.
– Ni rollo ni rolla, ¡a hacer los deberes ya!
Disciplina Positiva:
– Fulanita, es la hora de hacer los deberes.
– Jolín, es que los deberes son un rollo, no quiero hacerlos.
– Siento mucho que no te gusten los deberes que te proponen en el cole. ¿Hay algo que podamos hacer para que sea menos rollo?
– No lo sé, es que no me gusta hacer actividades.
– ¿Quieres que me siente contigo y te ayude a organizar el trabajo y después continúas tú sola?
Qué hacer si mi hijo no quiere comer
Educación tradicional:
– Fulanito, siéntate en la mesa ahora mismo.
(Fulanito corre por toda la habitación. Lo sientan en la trona).
– No me gusta.
– ¿Cómo no te va a gustar, si ayer te encantaba?
– No me gustaaaaaaaa.
– Pues hasta que no te comas las lentejas no hay postre. Punto.
Disciplina Positiva:
– Fulanito, cariño, es la hora de comer.
(Fulanito corre por toda la habitación).
– Cariño, la comida se enfría si no nos la comemos pronto, ¿prefieres que te ponga tu plato en la mesa bajita para que puedas comer tú solito o quieres subir a la trona y comer con nosotros en la mesa grande?
(Fulanito elige y aún así se distrae con otras cosas porque es lo normal en esta etapa. Mamá o papá le recuerdan, con amabilidad, que la comida se enfría y que si tiene hambre debe comer ahora).
– Es que no me gustan las lentejaaaaasss.
– Puedes comer lo que más te apetezca de lo que hay en la mesa, fulanito. Si prefieres, puedes comer ensalada o queso.
Qué hacer si mi hijo no quiere colaborar en casa
Educación tradicional:
– ¡Menganita, pon la mesa!
– Joooo, ¿por qué siempre tengo que poner la mesa yo? ¡No es justo! Ponla tú.
– ¡Tendrás poca vergüenza! Porque yo llevo sin parar todo el día de hacer cosas por ti. ¿Quién te ha preparado la comida? ¿Quién te plancha la ropa? ¿Quién limpia la casa? ¡Que no es justo, dice! Como no pongas la mesa ahora mismo no sales el fin de semana. ¡Y sin rechistar!
Disciplina Positiva:
– Menganita, ¿cuál era la tarea que te tocaba hacer a ti esta semana?
– No me acuerdo.
– Puedes consultarlo en la agenda de las reuniones semanales.
– Jo, es que no me apetece poner la mesa.
– Está bien, podrás proponer un cambio de tarea en la reunión semanal del domingo, ahora cumple nuestro acuerdo, por favor.
Qué hacer si mi hijo no quiere sentarse en su silla del coche
Educación tradicional:
– Menganito, vamos, tienes que sentarte en la sillita del coche.
– Nooooooo. (Llora y patalea).
– Corre, abróchate, que te va a ver la policía y te va a reñir.
(Llora y patalea).
– A los niños que no se portan bien no les traen regalos los reyes magos, ¡corre, abróchate!
Disciplina Positiva:
– Menganito, vamos al coche.
(Se resiste a entrar. Mamá o papá vuelven a la acera con él y se agachan para hablarle cara a cara).
– Sé que no te gusta ir en la sillita del coche y no puedes ir suelto porque es muy peligroso. ¿Quieres que juguemos a las naves espaciales?
(Duda).
– ¡Vamos, capitán! ¡Nuestra misión espacial nos espera! ¡Abróchense los cinturones!
Qué hacer si mi hijo no quiere vestirse
Educación tradicional:
– Fulanita, vístete ya, que vamos tarde.
(Sigue corriendo por toda la habitación sin amago alguno de vestirse).
– Siempre igual, niña, que te vistas ya, como no te vistas no vamos al parque.
– Sííííí, al parqueeeeee.
(Sigue correteando por la habitación sin vestirse).
– De verdad, qué cansancio, todos los días igual, ¿es que no me escuchas? ¡Que te vistas ya de una vez!
(La visten a la fuerza).
Disciplina Positiva:
– Fulanita, ¿quieres ir un ratito al parque?
– Sííííííí, al parqueeeeeee.
– ¡Uy! Pero si todavía estás en pijama. ¿Qué tienes que hacer antes de salir a la calle?
– ¡Vestirme!
– ¡Eso es! ¿Quieres ponerte la camiseta roja o la verde?
– ¡La azul!
– Buena idea. Venga, vamos.
Qué hacer si mi hijo no quiere volver a casa
Educación tradicional:
– Fulanito, venga, nos vamos a casa.
– Un poquito mááááááás.
– Es tarde, tenemos que bañarnos y cenar y mañana hay cole.
– Pero esos niños todavía no se van.
– Eso es problema de sus padres, te estoy diciendo que es tarde, vámonos a casa ya.
– Un poquito mááááááás.
– Venga, solo 5 minutos.
(Cinco minutos después).
– Venga, Fulanito, a casa.
– Un poquito máááááááss.
– Si es que nunca tienes suficiente, eres un caprichoso, a casa ya y punto.
Disciplina Positiva:
– Fulanito, dentro de diez minutos tenemos que irnos a casa. Elige a qué quieres jugar este último ratito, ¿vale?
– ¡Vale!
(Diez minutos después).
– Fulanito, es la hora de irnos.
– Un poquito mááááááás.
– Te entiendo cariño, a mí tampoco me gusta irme cuando me lo estoy pasando bien. Y es la hora de irnos. ¿Quieres que hagamos una carrera hasta la puerta del parque o prefieres que juguemos al veo veo mientras vamos caminando de vuelta?
Qué hacer si mi hijo quiere que le compre muchas cosas cuando vamos a una tienda
Educación tradicional:
– Mamáááááá, yo quiero estooooo.
– Ya empezamos, no empieces a pedir cosas que no te voy a comprar nada, eh. Para ya.
– Mamáááááá, solo una cosaaaaa.
– Venga, échalo en el carro.
– Mamá, quiero estoooooo.
– Que te he dicho ya que no, que dejes de pedir cosas, que eres un caprichoso, ya no vengo más contigo a comprar.
Disciplina Positiva:
– Cariño, vamos a ir a comprar. Tengo que ir al supermercado a comprar algunas cosas para la semana. Sé que hay muchas cosas que te gustan y se te antojan cuando las ves, pero no podemos comprar todo. Vamos a hacer una cosa. Vamos a comprar solo lo que llevamos en la lista de la compra y te dejo que elijas una cosa más que no esté en la lista, pero solo una, ¿vale?
(En el supermercado).
– Mamáááááá, quiero estooooo.
– De acuerdo, si estás seguro de que eso es lo que quieres, puedes echarlo en el carro.
(Dos minutos después).
– Mamáááááá, ¿puedo coger esto?
– ¿Recuerdas lo que hablamos en casa? Solo puedes coger una cosa que no esté en la lista de la compra. Si quieres coger eso tendrás que soltar lo que has cogido antes.
Y hasta aquí, nuestra sección de ejemplos prácticos. La Disciplina Positiva no hace magia, no pretende que los niños dejen de comportarse como niños. El cambio está en nosotros/as, en cómo afrontamos las situaciones cotidianas de la crianza: desde la conexión y la empatía. Y en el clima de armonía que se crea cuando somos capaces de encontrar el equilibrio entre la amabilidad y la firmeza para usar ambas al mismo tiempo.
Me ha encantado leer este post por los ejemplos. ¡Muchas gracias!