Aunque normalmente nos centramos en la mujer durante el parto, la realidad es que también el bebé juega un papel activo durante todo el proceso. Tanto, que es precisamente él quien desencadena todo el procedimiento…
Este post se publicó originalmente el 05/12/2021 y ha sido actualizado en fecha 09/12/2024
El embarazo siempre ha estado rodeado de mitos y el parto no se queda atrás. A ello han contribuido en gran medida series o películas que nos presentan los nacimientos de una forma que dista mucho de la realidad. Sin dejar atrás la sabiduría popular y las leyendas que van pasando de unas a otras hasta asentarse como ciertas. Pero, ¿sabes cuáles son los mitos del parto?
Llegar al parto sin dudas es clave para afrontar el momento con calma. En la Tribu CSC encontrarás el apoyo de nuestro equipo de profesionales, entre los que se encuentra la matrona Sara Caamaño que te ayudará a resolver todas las cuestiones y acabar con los leyendas que rodean al parto.
La luna llena influye a la hora de ponerse de parto
Uno de los mitos sobre el parto más extendidos es que en las noches de luna llena o en los cambios de fases lunares hay más partos. Sin embargo, la realidad es que los estudios han demostrado que no es real.
La comida picante ayuda a ponerse de parto
Al final del embarazo, pones en marcha todas las recomendaciones que crees que pueden iniciar el trabajo de parto. Y una de ellas es ingerir comida picante ya que se cree que esta incrementa las contracciones musculares que intervienen en la digestión y, por extensión, las contracciones en el útero. La realidad es que no hay ningún estudio que demuestre este hecho.
Debes ir rasurada y ponerte un enema
Hasta hace unos años, era habitual que las mujeres acudieran ya rasuradas al hospital o allí las rasuraran por defecto, por la creencia de que el vello contenía bacterias que podían provocar infecciones al bebé. Hoy en día no es más que uno de los mitos sobre el parto y, de hecho, la OMS asegura que «no está indicado rasurar antes del parto ni administrar una lavativa».
Así, es una práctica que se está extinguiendo ya que pueden generarse heridas con su posterior infección. Además, el vello púbico es un mecanismo de defensa natural. En caso de tener que realizar una episiotomía, se podría rasurar únicamente la zona de la incisión, pero no es estrictamente necesario.
Lo mismo ocurre con el enema, hasta hace poco a las mujeres embarazadas se les ponía un enema para vaciar el recto y que las heces no contaminaran al bebé. Sin embargo, la fisiología de la mujer y del parto en sí suelen provocar que esta vaya al baño antes del nacimiento. Hay un riesgo muy bajo de expulsar excrementos durante los pujos y, en caso de que esto ocurra, no afectará en ningún caso al bebé, a lo que se suma que el personal sanitario está habituado a estas situaciones.
No se puede comer ni beber durante el parto
El parto supone un enorme desgaste físico y el cuerpo necesita estar constantemente hidratado y con energía. Por ello, puedes beber agua y comer fruta o algún tentempié según lo que te apetezca.
La episiotomía es indispensable para evitar desgarros
Durante años se realizaron episiotomías por rutina para evitar desgarros. A día de hoy y tal y como recoge el Ministerio de Sanidad en la Guía de Práctica Clínica sobre la Atención al parto normal, solo debería realizarse si hay necesidad clínica como un parto instrumental o sospecha de compromiso fetal. También la OMS recomienda proteger la zona perineal y evitar las episiotomías siempre que sea posible.
El primer parto siempre se retrasa
La fecha prevista de parto no es más que eso, una fecha estimada. Pero no significa que tu bebé vaya a nacer justo ese día. Y aunque es muy habitual que se retrase especialmente en el caso de las primerizas, no es una regla exacta.
Solo se puede parir recostada
Aunque la posición de litotomía (recostada sobre la espalda) sigue siendo la más habitual, lo cierto es que también es la menos fisiológica. El parto requiere movimiento y lo ideal es que cada mujer se mueva y adopte las posturas que su cuerpo le pida de forma natural. De hecho, las posiciones verticales son las que más ayudan al descenso del bebé por efecto de la gravedad.
«La matrona puede sugerir posturas concretas en caso de valorar que eso va a ayudar a que el bebé baje aprovechando conocimientos de biomecánica de la pelvis, y precisamente no serán boca arriba», asegura Esteban.
La bolsa se rompe por completo siempre y el parto es inminente
Uno de los grandes mitos sobre el parto y que estamos acostumbrados a ver en películas es que la mujer rompe la bolsa y el líquido sale como si de una fuente se tratase, dando lugar al parto de forma inmediata. Es cierto que en ocasiones la bolsa se rompe por completo y el líquido amniótico sale, pero no ocurre siempre. A veces solo se produce una pequeña fisura y en otras ocasiones, no se rompe a pesar de que ya hayan empezado las contracciones, siendo el equipo médico el encargado de hacerlo.
Pueden pasar hasta 24 e incluso 48 horas desde que se rompe la bolsa hasta que aparecen las primeras contracciones. A veces la bolsa no llega a romperse y el bebé nace dentro de ella, en lo que se conoce como un parto velado. Eso sí, a pesar de que la bolsa rota no significa que el parto sea inminente, sí es recomendable que la futura mamá se traslade al hospital sin prisas, siempre que no se trate de un color marrón, verdoso o con mal olor, casos en los que sí que habría que ir con urgencia.
Si el bebé viene de nalgas, hay que hacer cesárea
Se calcula que un 15% de las cesáreas que se realizan es porque el bebé viene de nalgas. Aunque sí supone un parto vaginal con un riesgo de complicación superior al de presentación de cabeza, esto no significa que sea imposible y muchas veces dependerá del personal médico que nos atienda. De hecho, la matrona Esther Esteban asegura que «si el bebé viene de nalgas puras, un parto vaginal conlleva menos riesgos que una cesárea programada».
Si la pelvis es pequeña, no es posible un parto vaginal
El tamaño de la pelvis no es indicativo para descartar sistemáticamente un parto vaginal, ya que el cuerpo de la mujer cambia y se prepara durante nueve meses para el parto. De hecho, más que el tamaño de la pelvis, influye la movilidad de la madre y del bebé durante el trabajo de parto.
Después de una cesárea, hay más probabilidad de tener otra
No existe ninguna prueba científica que indique que después de una cesárea no es posible un parto vaginal. Aunque es cierto que la incidencia es ligeramente superior, dependerá de los motivos que llevaron a realizar la primera cesárea y de la evolución del embarazo y el trabajo de parto de los sucesivos. Así, no es lo mismo si la cesárea se produjo por una mala posición del bebé que si se realizó por condiciones de riesgo para cualquiera de los dos.
La epidural es peligrosa
A pesar de que la anestesia epidural ha estado siempre rodeada de mitos y se le ha llegado a considerar peligrosa, lo cierto es que es segura y útil y la pone siempre un médico especialista, aunque nuestra especialista matiza que:
«La OMS propone usar otras medidas de analgesia no farmacológica antes de la epidural, porque no deja de ser una intervención que aumenta algunos riesgos, como el de parto instrumental. Pero usada de forma adecuada, como que no elimine por completo la necesidad de pujar de la mujer, el aumento de riesgos se minimiza».
El primer parto puede durar varios días
La dilatación y el expulsivo en una mamá primípara suelen ser largos, pero esto no significa que dure varios días. El parto se compone de tres etapas: dilatación, expulsivo y alumbramiento. La dilatación es el proceso más largo y, a su vez, se diferencia entre dilatación pasiva y dilatación activa.
La primera es la más extensa y puede durar entre 8 y 14 horas con contracciones que no son ni regulares ni intensas. Sin embargo, el verdadero trabajo de parto comienza con la dilatación activa cuando las contracciones pasan a ser rítmicas y cada vez más fuertes y seguidas.
El segundo parto es siempre más rápido que el primero
Es cierto que lo habitual es que el primer parto sea siempre más largo que los sucesivos, pero parir no es una ciencia exacta y no tiene por qué ocurrir siempre así.
Parir duele
No nos vamos a engañar, parir duele. Pero cada mujer tienen un umbral del dolor muy diferente. Lo que para mí puede ser un dolor insoportable, para ti puede ser un leve quemazón. Y por supuesto, cada parto es diferente y, de hecho, hay partos sin dolor e incluso orgásmicos.
Si el bebé no llora cuando nace, algo va mal
Uno de los mitos sobre el parto más habituales es que los bebés lloran nada más nacer. No siempre ocurre así y no es mala señal. De hecho, hay más signos que indican que todo va bien.
Tras el nacimiento, hay que llevarse al bebé para hacerle pruebas médicas
Tras el nacimiento, el bebé necesita estar con su madre. Hay muy pocos motivos para separarlos y, de hecho, las primeras pruebas médicas que se realizan al recién nacido en paritorio, se pueden (y deben) hacer mientras está piel con piel sobre su mamá. Ni siquiera una cesárea es razón para separar a ambos.
Si tienes más dudas, en la Tribu CSC cuentas con un equipo de expertos/as que pueden ayudarte y a los que puedes consultar todas tus dudas. Entre ellos, se encuentra la matrona Sara Caamaño.
Además, podéis descargar gratis la app de Criar con Sentido Común tanto para plataformas Apple como para plataformas Android, y tenéis una semana gratis para probar todas las ventajas de la membresía a la Tribu, realizar todos los cursos online disponibles y consultar a nuestros/as especialistas.
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