Enseñar a identificar y gestionar las emociones es un ejercicio de práctica y paciencia que debe comenzar a hacerse en la primera infancia. Los niños y niñas pequeños aprenden jugando. En la actualidad, hay multitud…
Diversos estudios llevan años avisando de la presencia de casi 130 sustancias nocivas en los plásticos de los juguetes de los niños que podrían dañar su salud. Aprende a detectar y evitar juguetes tóxicos.
Juguetes con sustancias tóxicas, ¿cómo es posible?
La existencia de productos químicos nocivos en los juguetes de plástico no es nuevo. Hace años que varios estudios científicos dan la voz de alarma y, aunque muchos fabricantes siguen las recomendaciones sanitarias en la producción de sus productos, siguen llegando a escaparates y estanterías juguetes de plástico que contienen sustancias químicas nocivas para la salud de nuestros hijos y a veces, además, es difícil para las familias identificarlos y saber cómo evitarlos.
Uno de los problemas es la ausencia de un sistema de regulación y esquema de etiquetado que sea compartido entre los diferentes países y regiones. Además, no existe un acuerdo internacional sobre qué sustancias deben prohibirse en la fabricación de juguetes.
Las regulaciones y las listas internacionales de «sustancias químicas preocupantes» en los juguetes se centran tan solo en ciertos grupos de sustancias que tienen propiedades nocivas conocidas (como los archiconocidos ftalatos), pero en los juguetes de plástico se encuentra una amplia gama de sustancias químicas que no se analizan.
Los equipos de investigación, en cambio, sí recaban datos de todas las sustancias químicas presentes en juguetes de plástico. Y no solo eso, también de las cantidades en las que se encuentran presentes y las funciones químicas que cumplen. Asimismo, cuantifican la exposición infantil relacionada y los posibles riesgos para la salud.
Por ejemplo, en este estudio publicado en la revista Environment International, clasificaron y compararon las sustancias químicas encontradas en juguetes con las listas de sustancias potencialmente dañinas. Los resultados del estudio resultaron alarmantes por la gran cantidad de sustancias químicas que pueden ser dañinas para la salud de los niños:
«De las 419 sustancias químicas que se encuentran en los materiales plásticos duros, blandos y de espuma utilizados en los juguetes para niños, identificamos 126 sustancias que pueden dañar la salud de los niños a través de efectos cancerosos o no cancerosos, incluidos 31 plastificantes, 18 retardadores de llama y 8 fragancias.
En nuestro estudio, ser dañino significa que, para estos productos químicos, las dosis de exposición estimadas superan las dosis de referencia reglamentarias (RfD) o los riesgos de cáncer superan los umbrales de riesgo reglamentarios. Estas sustancias deberían prohibirse y ser reemplazadas por alternativas más seguras y sostenibles», aseguraba Peter Fantke, investigador principal del estudio.
Y es que lo científicos no solo encontraron en los juguetes de plástico infantiles los ampliamente conocidos ftalatos, sino una amplia gama de químicos como retardadores de llama bromados y dos plastificantes: butirato TXIB y citrato ATBC. «Estos últimos se utilizan como alternativas a algunos ftalatos prohibidos, pero esto no significa que no sean igual de dañinos para la salud», añade Fantke.
En concreto, los investigadores encontraron niveles preocupantes de químicos nocivos en uno de cada cuatro juguetes de niños. En las conclusiones de su estudio, sus autores destacaron que «los reguladores luchan por mantenerse al día con los miles de nuevos productos químicos que ingresan al mercado cada año».
La OCU y la EEB también alertan de la existencia de juguetes tóxicos para bebés
Por su parte, la OCU lleva años alertando de la presencia de sustancias tóxicas en juguetes para niños. En 2019, La Oficina Europea del Medio Ambiente (EEB) también alertó de la llegada masiva a Europa de juguetes contaminados con sustancias tóxicas, sobre todo ftalatos. Se trata de juguetes procedentes de China en su mayoría. Es más, el 92% de los juguetes contaminados llevaban indebidamente la marca CE. Y es que, como ha indicado la OCU en reiteradas ocasiones, su presencia no es una garantía de seguridad. Sin embargo, paradójicamente, incluirlo en el etiquetado presupone el cumplimiento de la directiva de seguridad de juguetes, todo lo cual genera mucha confusión en las familias.
En el caso concreto de los ftalatos (plastificadores usados para ablandar los plásticos rígidos), a pesar de ser sustancias prohibidas desde hacía muchos años, las cifras de juguetes que contenían esos tóxicos seguían siendo tan elevadas que la EEB los consideraba una posible explicación del incremento de ftalatos en los niños europeos.
Y es que, al estudiarse muestras de pelo y orina de niños de 6 a 11 años y compararlas con las de sus sus madres (mujeres de hasta 45 años), a la EEB encontró que los niveles de contaminantes eran muy superiores en los niños, en algunos casos, incluso 12 veces más que en sus madres. Y sus sospechas recaen en la toxicidad de los juguetes.
Otro riesgo lo suponían los slimes contaminados con boro. Y, tras los problemas químicos, la segunda fuente de inseguridad de los juguetes fue la presencia de piezas pequeñas, que también llevó a las autoridades fronterizas a impedir la entrada en el país de muchos productos.
¿Y cómo evito la exposición de mi hijo a juguetes tóxicos?
No es fácil para las familias detectar qué juguetes con sustancias tóxicas se cuelan en las habitaciones de juego de sus pequeños. Los autores del estudio anteriormente mencionado destacan que una forma práctica y eficaz de reducir la exposición a sustancias químicas presentes en los juguetes de plástico es reducir la cantidad de juguetes de plástico nuevos que se introducen en nuestros hogares cada año (los investigadores calcularon que los niños de los países occidentales tienen un promedio de 18 kilos de juguetes de plástico, lo que evidencia las grandes cantidades de plástico que rodean a los niños a diario).
Esto también está respaldado por otro estudio que muestra que la calidad del juego de los niños se ve influenciada negativamente por la abundancia de juguetes, y que «menos juguetes pueden ayudar a los niños pequeños a concentrarse mejor y jugar de manera más creativa». Más allá de la regulación de los productos químicos, por tanto, se deben «considerar estrategias para abordar el consumo (excesivo) y / o los estilos de vida».
Para prevenir el contacto de los menores con estas sustancias tóxicas y paliar los efectos nocivos sobre la salud de nuestros hijos e hijas de los juguetes con tóxicos, los científicos recomiendan reducir el consumo de materiales plásticos, evitar los juguetes de plástico blando y ventilar las habitaciones de los niños a diario ya que, según explica Peter Fantke, en el caso de los plásticos blandos:
«La exposición por inhalación domina la exposición general de los niños, porque los niños potencialmente inhalan sustancias químicas que se difunden por todos los juguetes en la habitación, mientras que por lo general solo tocan un juguete a la vez».
Actualmente falta información sobre los niveles en los que el uso de productos químicos en los diferentes productos del mercado sería seguro y sostenible; así que, aunque sepamos toda esta información, es muy difícil evitar el contacto con posibles juguetes con plásticos tóxicos.
Por el momento, la única solución reside en que las familias limiten la entrada de estos materiales en sus hogares, a la espera de que los gobiernos regulen e incluyan todas las sustancias químicas nocivas en una lista de prohibidos. Una lista que «deberían también cumplir los juguetes que se producen fuera de Europa y se importan al mercado europeo».
Mientras tanto, el consejo de los investigadores es reducir el consumo de materiales plásticos en general, evitar el uso de juguetes de plástico blando y recordar ventilar las habitaciones de los niños todos los días.
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