Problemas habituales en el aprendizaje de la lectoescritura y cómo solucionarlos

Saber cuáles son los problemas en el aprendizaje de la lectoescritura más habituales, nos ayuda a detectarlos a tiempo e intervenir eficazmente.

Cómo ayudar a los niños con problemas de lectoescritura

Aprender a leer y escribir es un proceso complejo del que hemos hablado en otras ocasiones. De hecho, es un proceso no sólo complejo sino también costoso a nivel cognitivo y extendido en el tiempo (se necesitan varios años para ser un lector eficaz). Esta es la principal razón por la que, en ocasiones, nos cuesta tanto motivar a leer y escribir a nuestros peques frente a otras fuentes de entretenimiento y conocimiento como los medios audiovisuales y tecnológicos.

Conseguir que el proceso de aprendizaje de la lectoescritura se realice de manera adecuada y propiciar los apoyos necesarios en caso de que no sea así, es crucial en el desarrollo escolar de nuestros hijos puesto que la lectura y la escritura son unos de los medios fundamentales para adquirir los conocimientos curriculares.

Como cualquier otro aprendizaje requiere, por un lado, de una correcta instrucción y un entorno facilitador y, por otro, de práctica. Y, como cualquier otro aprendizaje, al comienzo aparecen errores. Delimitar si los problemas que aparecen en los inicios del aprendizaje de la lectoescritura son debidos a un retraso lector o a una dificultad específica de aprendizaje como la dislexia, la disgrafia o la disortografía, no es una tarea sencilla puesto que, a menudo, las primeras manifestaciones son similares. En cualquier caso, ambos necesitan de atención personalizada.

Pero, vayamos por partes.

¿Cuáles son las dificultades en la lectoescritura?

Hacia los 5-6 años se comienza el proceso de aprendizaje de la lectoescritura en los centros escolares. En esta primera etapa de aprendizaje, es importante descartar cualquier condición que pueda interferir en el aprendizaje. Así, es importante descartar problemas visuales, auditivos, motores y cognitivos. Además, es importante que los maestros dominen tanto las fases por las que pasa el aprendizaje de la lectoescritura como los métodos de enseñanza más adecuados.

Aún así, al comienzo aparecen errores que pueden formar parte del proceso. Las dificultades en la lectoescritura que pueden aparecer son:

Errores habituales de lectura

Algunos de los errores en cuanto a la mecánica lectora son:

• Silabeo.
• Vacilaciones.
• Rectificaciones.
• Repeticiones.
• Necesidad de señalar lo que se lee o vocalizarlo.
• Rotaciones (sustituciones de letras en espejo como d/b).
• Inversiones (sustituir por ejemplo pla por pal).
• Omisiones o adiciones de letras.
• Sustituciones de letras o palabras.

Errores habituales de escritura

En cuanto a la escritura, pueden aparecer:

• Escritura en espejo de algunas letras y números.
• Sustituciones de letras.
• Omisiones y adiciones de letras.
• Inversiones y rotaciones.
• Errores ortográficos.

Por último, la comprensión lectora también necesita de práctica y, en estas primeras etapas, pueden aparecer dificultades en la comprensión de palabras, frases y pequeños textos.

Al tratarse de un aprendizaje vinculado al proceso madurativo de los niños, podemos hablar de que existen algunos prerrequisitos que pueden trabajarse incluso desde antes de comenzar con la lectoescritura propiamente dicha. Así, enseñar a los niños a tomar conciencia del lenguaje, de su separación en unidades auditivas más pequeñas (frases, palabras, sílabas y fonemas), realizar actividades de conciencia fonológica y trabajar en la enseñanza de vocabulario rico y variado, mejorarán el futuro rendimiento lector.

Entonces, ¿cómo saber si los errores que comete mi peque son errores normales o hay algún problema?

Cómo detectar problemas de lectoescritura

Muchas veces, para detectar problemas en el aprendizaje de la lectoescritura, nos guiamos por el recuerdo de cómo leían los hermanos mayores o comparamos con algún sobrino. Pero cuando no hay con quién comparar resulta complicado saber si nuestro peque lee como le correspondería por edad.

Como comentábamos, no es sencillo delimitarlo en estas etapas iniciales y requiere de la sensibilidad de padres y docentes puesto que la línea de corte está en el número y tipo de errores. Así, tradicionalmente, se ha definido la dislexia como un retraso de dos años en habilidades de lectura, habiendo tenido oportunidad de aprendizaje y en ausencia de déficit cognitivo, físico o motor.

Fijaos en este punto que, dado que la lectoescritura es objetivo curricular de primero de primaria, el hecho de necesitar dos años de retraso nos sitúa en tercero de primaria, lo que hace que los diagnósticos se retrasen. Por ello, es necesario ser sensibles a las dificultades de aprendizaje de la lectoescritura desde el comienzo ya que, en cualquier caso, es necesaria la intervención para minimizar las dificultades que en el caso del retraso lector se resolverán de manera más o menos rápida y, en el caso de la dislexia, serán persistentes.

Como siempre, si sospecháis que a vuestros peques les está costando aprender a leer y escribir, o que tienen problemas en el aprendizaje de la lectoescritura, no dudéis en hablar con el centro escolar y consultar con un logopeda especializado en dificultades de aprendizaje. En la Tribu CSC podéis consultar online al equipo de profesionales de Criar con Sentido Común. Así, podrán realizar la valoración pertinente y ofrecer los apoyos oportunos si son necesarios.