¿Que cómo es tener hijos? Tener hijos es comprender que en el embarazo y el parto todos están muy emocionados, pero pronto empiezan a desaparecer. Es darte cuenta de que, al parecer, todos saben criar…
Cada vez son más las familias que, por uno u otro motivo, tienen hijos únicos o hijas únicas. En general, la tasa de natalidad ha descendido de manera significativa en las últimas décadas.
Los motivos, a nivel general, desde un punto de vista social, son múltiples: incorporación de la mujer al mercado laboral, descenso del poder adquisitivo o aumento de precios en los servicios básicos, cambios en las prioridades vitales… A nivel personal, cada familia tendrá sus propios motivos para tomar esa decisión. En ocasiones, incluso, puede no ser una opción elegida sino impuesta.
Así que, si sientes la tentación de hacer alguna de esas preguntas típicas tales como “¿Para cuándo el segundo?”, “¿No le vais a dar un hermanito?” o “Pobrecita, no pensaréis dejarla sola, ¿verdad?”; párate a pensar que quizá sea mejor guardar silencio. En primer lugar, porque tener solo un hijo es una opción tan válida como cualquier otra y nadie tiene por qué dar explicaciones de las decisiones que toma sobre su vida personal ni reproductiva.
Y, además, porque puede que esa familia esté intentando aumentar la familia y no lo consiga o haya desistido por alguna dificultad; y, en ese caso, tus palabras solo conseguirán hurgar más aún en la herida.
¿Qué es mejor tener hermanos o ser hijo único?
Esta es la pregunta que se hacen casi todas las familias que se plantean ambas opciones. Cuando ya has vivido la experiencia una vez y te planteas si repetir o no son muchas las preguntas que asaltan tu cabeza. ¿Seré capaz de querer a dos de la misma manera? ¿Será mejor para mi hijo/a tener un/a hermano/a o no tenerlo/a? Ambas opciones tienen pros y contras.
Hijos únicos
En cuanto a los pros:
- Tener un hijo único o una hija única nos permite tener más tiempo en exclusiva para atenderle.
- Más recursos de todo tipo (económicos o materiales y también personales).
- Simplifica nuestra vida diaria en cuanto a tiempo (actividades extraescolares, compromisos sociales…).
- Nos permite crear un vínculo de apego sin la sombra de los celos ni la competencia natural entre hermanos/as.
Como contras:
- Deberemos encargarnos de tener relaciones sociales más ricas para poder cubrir su necesidad de relacionarse con iguales.
- Las situaciones de aprendizaje relacionadas con compartir juguetes, aceptar reglas de un juego, etc., se darán en entornos menos seguros que la familia y entrará en juego no solo nuestra manera de gestionar estas situaciones sino también la de las otras familias.
- También pueden reclamar más atención por nuestra parte cuando estamos en casa, sobre todo si no les gusta jugar a solas, ya que no tienen nadie más con quien jugar.
Varios hijos
Tener más hijos/as también tiene ventajas e inconvenientes.
A favor:
- Tener una familia más amplia nos ofrece la posibilidad de afrontar las situaciones típicas de conflictos entre iguales en un entorno más seguro.
- Suelen entretenerse jugando algunos ratos y reclamar menos atención adulta, con lo que puede que tengamos algo más de tiempo para otras actividades.
- Si la relación fraternal es buena y crean un vínculo sano y fuerte será una experiencia muy bonita crecer junto a un hermano o una hermana y mantener esa relación en la vida adulta.
Como contras:
- A más hijos/as, necesitaremos más recursos y tendremos más gastos de todo tipo (económicos, personales, de tiempo, de energía…).
- Las relaciones entre hermanos/as no siempre son fáciles, es probable que tengamos que lidiar con los celos y la competitividad natural en este tipo de relación.
- Nuestras expectativas pueden no corresponderse con nuestra experiencia real, los conflictos son naturales y acompañarlos no es una tarea fácil… En muchas ocasiones, las relaciones familiares distan mucho de ser idílicas.
Por lo tanto, ambas opciones tienen pros y contras. Saber si para nuestro hijo es mejor ser hijo único o no serlo, no es fácil. Hay niñas que dicen abiertamente que no quieren tener hermanos/as. Hay niños que piden tener una hermanita. Aún así, que quieran vivir esa experiencia no garantiza que después vayan a disfrutarla. Y, en cualquier caso, aunque pudiera ser una experiencia maravillosa para él o ella, quienes deberemos afrontar la crianza somos nosotras/os así que, en cualquier caso, la decisión es nuestra.
Hijos únicos: ¿Cómo le afecta a un niño ser hijo único?
Y una vez que decidimos que nos plantamos y no tenemos más, nos asaltan otro tipo de preguntas. ¿Cómo se educa a un hijo único? ¿Cómo afectará a su educación?
En realidad, aunque puede haber algunos retos específicos para aquellas familias que se deciden por esta opción, habrá tantas realidades como familias. Podríamos deducir que el hecho de no tener que competir con nadie por la atención y el amor de mamá y/o papá ayudará a construir un vínculo de apego seguro y sano.
Sin embargo, la ausencia de competencia no garantiza per se la construcción de ese vínculo con hijos únicos si no se establece una relación positiva, de confianza y respeto, entre ambas partes. También podríamos pensar que esta ausencia de competencia puede dar pie a que sean niños/as más caprichosos/as o consentidos/as. Sin embargo, es el tipo de educación que reciben lo que propiciará o no determinadas conductas.
No obstante, ahí van algunas ideas útiles para familias con hijos o hijas únicas:
Fomenta sus relaciones sociales
A partir de los tres años de edad, aproximadamente, niños y niñas comienzan a relacionarse con naturalidad entre iguales; y, a partir de los seis años la interacción con sus iguales cobra una especial importancia dentro de su desarrollo. Al no tener en casa hermanos o hermanas con quienes jugar y establecer este tipo de relación, deberemos asegurarnos de que fuera del hogar tiene la oportunidad de relacionarse con niñas y niños de edades similares: primos, amigas, compañeros de clase, vecinas… Lo importante es asegurarnos de ofrecerle esa experiencia.
Hijos únicos: Evita la sobreprotección
Algunas personas pueden tener cierta tendencia a sobreproteger a sus descendientes, especialmente cuando es hijo único o es la más pequeña de la familia. Permitir que asuman riesgos relativos, que tomen sus propias decisiones, etc. es fundamental para que crezcan con una buena autoestima.
Fomenta su autonomía
Otra circunstancia que puede darse, especialmente, con quienes viven la crianza de un hijo único de manera similar a como se vive la de los más peques de la casa, es que exista cierta tendencia a hacer de más por ellos, a hacer por ellos cosas que ya podrían hacer por sí mismos; es lo que se suele decir, coloquialmente, no dejarles crecer. Es importante tomar conciencia de esto, si es nuestra tendencia, para evitar interferir en su desarrollo y permitirles desarrollarse a su propio ritmo.
Cuidado con las expectativas
También puede darse la circunstancias de que el hecho de tener una hija única, por ejemplo, se viva como una experiencia más cercana a la relación que suele establecerse con los primogénitos de la familia. Es frecuente que se viertan sobre ambos casos, altas expectativas por parte de madres y padres. Es importante hacer un ejercicio de reflexión para evitar condicionar a nuestros hijos sobremanera. Debemos tener claro, tengamos uno o más, que nuestros hijos no están aquí para satisfacer nuestros deseos ni cumplir nuestras expectativas. Deben hacer su propio camino y nuestra labor es, simplemente, guiar y acompañar.
Trabaja el tema de la frustración
Es probable que, al no necesitar competir por los recursos, los hijos únicos tengan menos oportunidades para entrenar los “músculos” de la frustración. No se trata de decirles que no “para que aprendan”, sino de evitar caer en la tentación de evitarles cualquier tipo de contratiempo para que no sufran. En la vida, nos enfrentaremos a todo tipo de circunstancias y es importante que aprendan a lidiar con aquellas situaciones en las que las cosas no salen como esperamos.
La conexión y el amor son la clave
Como en cualquier otro tipo de familia, lo más importante es que el mensaje de amor incondicional les llegue y que seamos capaces de observar y escuchar para poder atender sus necesidades y comprender sus anhelos e inquietudes. También es importante encontrar el equilibrio para que las necesidades de todos los miembros de la familia sean atendidas; es lo que en Disciplina Positiva llamamos respeto mutuo.
En resumen, la experiencia de ser hijo o hija única puede ser tan bonita o tan fea como cualquier otra. Lo que marca la diferencia es la relación que vais a construir y las experiencias que vais a vivir durante estos años de crianza.
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