9 años

Aquel 12 de enero, naciste tú, sí; pero también nací yo. Una yo que hasta aquel momento no conocía

Hoy hace 9 años que naciste. Que nacimos

Llegaste a mi vida en el momento preciso, cuando estaba preparada para recibirte, cuando mi corazón más te deseaba. Llegaste cuando era tu momento; cuando era mi momento 

Anunciaste tu llegada cuando rompí aguas, pero aún te demoraste varias horas en nacer. Así, como avisando de antemano quién eras. Con ese ritmo tan tuyo. Sin pausa pero sin prisa. Sin dejar que nadie ni nada de fuera te marque el paso

Yo siempre supe que quería ser madre. Tenía, desde pequeña, eso que llaman instinto maternal; así que supongo que era previsible que me enamorara de ti desde el principio. Pero desbordaste todas mis previsiones. Me desordenaste el alma desde el minuto uno y supe que este viaje marcaría para siempre un antes y un después en mi vida

 

Hoy hace 9 años que naciste. Que nacimos

 

Porque aquel día, vida mía, aquel 12 de enero, naciste tú, sí; pero también nací yo. Una yo que hasta aquel momento no conocía. Una yo capaz de envolverte en la ternura más dulce y capaz de rugir con la fuerza de mil leonas para protegerte. Una yo capaz de romperse en mil pedazos y hundirse en las tinieblas ante el miedo de lo desconocido, si te tocaba vivirlo a ti; y capaz de resurgir con más fuerza y más seguridad que nunca para aceptar el reto de acompañarte en tu camino, sea cual sea. 

Mirabas el mundo con esos ojos tuyos tan expresivos y curiosos. Tan ávida de saber y descubrir la vida. Y, al mismo tiempo, con esa sabiduría innata tan tuya, tan visceral, tan primitiva. Desde el primer momento me cautivó tu determinación. Reclamabas lo que te pertenecía con una fuerza feroz y te entregabas a la simbiosis de nuestro encuentro como quien se deja llevar por una marea de amor sin medida.

Esos momentos, vida mía, en que te prendías a mi pecho y las horas pasaban lentas recreándome en cada detalle de tu ser mientras tú dibujabas con tus pequeñas manitas cada recodo de mi cara; vivirán conmigo y contigo para siempre. Porque aunque puede que tú no lo recuerdes, así, desde el principio, construimos este vínculo indestructible que nos une a cada paso de nuestras vidas

 

9 años

 

Acompañar tus primeros pasos está siendo un regalo. Descubrir quién eres bajo la piel, qué mueve tus emociones, qué te empuja a la risa, qué despierta tus miedos, qué te arranca la pena… Descubrir qué prende en ti la chispa, qué te apasiona, qué te hace estallar de rabia, qué te enciende la sonrisa…

Han pasado ya nueve años y, cuando duermes, aún me deja sin respiración la paz de tus facciones serenas. La belleza que emana de tu inocencia pura, de tu verdad sin trampas.  

En estos nueve años he crecido tanto de tu mano que no sabría medir quién de las dos ha crecido más. Tú avanzas en centímetros a un ritmo vertiginoso, aprendes y me enseñas cosas nuevas cada día, remueves mis raíces y despliegas tus alas, se te queda pequeña la ropa al mismo ritmo que sumas aprendizajes a tu vida. Yo cada día aprendo un poco más a ser tu madre; a juzgar menos y fluir más, a reírme de mis monstruos y sacarle la lengua a la culpa, a equilibrar la balanza entre conciencia y espontaneidad, a observar sin más pretensión que ver, a escuchar con el corazón, a abrazar tus emociones y las mías, a disfrutar de esta experiencia transformadora y única de la maternidad

 

Hoy hace 9 años que naciste. Que nacimos

 

Por momentos, cuando vienen a mí los recuerdos de aquel 12 de enero, de tu pequeño cuerpo liviano y cálido llenando mis brazos, de tu olor a vida recién nacida inundando mi torrente sanguíneo de oxitocina, de la paz de sentir tu paz dormida sobre mi pecho… por momentos, me invade la nostalgia de ese instante fugaz en que fuiste mi bebé y me convertiste, por primera vez, en mamá. Pero hay tanta belleza en cada etapa, que tu risa me devuelve a empujones al presente. 

Me gustan por igual los momentos en los que aún te refugias en mi regazo como retazos del tiempo en que mi cuerpo era todo tu mundo y aquellos en los que compartimos confidencias y experiencias que acarician la amistad. Vivir contigo tu primer concierto, guardar tus primeros “secretos”, acompañar tus primeras decepciones y alentar tus bellos sueños. 

Seguir siendo refugio para cuando me necesites y coserte unas alas para que alces el vuelo a dondequiera que el corazón te lleve. Seguir bebiéndonos la vida juntas, de a sorbitos o emborrachándonos del amor más puro. Surcar de tu mano la travesía de la vida.  

Como aquel 12 de enero en que nacimos juntas. Nueve años ya, vida mía.  

Nueve años.

 

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