Educar en positivo significa procurar buscar un sí en lugar de un no. Preparar alternativas para que nuestros hijos e hijas puedan elegir y no todo les sea impuesto. Escuchar, empatizar y todo, siempre, con…
Cada vez somos más familias las que apostamos por una crianza distinta al sistema autoritario que se ha venido practicando “toda la vida”. En Criar con Sentido Común apostamos por la educación respetuosa y compartimos en la Tribu CSC nuestras inquietudes y experiencias en este sentido. Además, desde el equipo de profesionales también os acompañamos y resolvemos dudas sobre crianza y os ayudamos a disfrutar de los beneficios de educar en positivo.
En muchas ocasiones, nos da miedo soltar ese rol autoritario de la educación tradicional porque pensamos que vamos a perder el control de la situación y que vamos a dejar a nuestra familia a la deriva sin nadie que lleve el timón del barco. Pero nada más alejado de la realidad. Cuando tenemos claro que el liderazgo es inherente al cargo de madre o padre, que hagamos lo que hagamos nos corresponde tomar las decisiones importantes, solo nos queda decidir si queremos ser líderes que vencen desde la imposición o líderes que convencen desde la conexión.
10 Beneficios de educar en positivo
Tanto en nuestro blog como en la web tenéis mucha información sobre este tipo de educación. En este post vamos a centrarnos en cuáles son los beneficios de educar en positivo.
1. Fomenta la conexión
Educar en positivo nos ayuda a conectar con niños y niñas, a entender su mundo, su realidad… para poder relacionarnos desde la comprensión y la empatía. Esto favorece que el vínculo entre nuestras/os hijas/os y nosotros/as sea fuerte y seguro.
2. Ayuda a mantener un clima de armonía en la familia
Educar en positivo nos ayuda a tener relaciones horizontales y respetuosas y eso tiene una repercusión definitiva en la convivencia. En la medida en que todos los miembros de la familia nos sentimos respetados y tenidos en cuenta, el clima de convivencia es más armonioso.
3. Fomenta la cooperación y nos ayuda a evitar las luchas de poder
Cuando educamos en positivo estamos creando conciencia de equipo y fomentando el sentido de pertenencia. Cuando nos sentimos parte de un grupo nos resulta más fácil cooperar y es más difícil que entremos en luchas de poder por demostrar que tengo el control.
4. Favorece el desarrollo de una autoestima sana
Entre los beneficios de la Disciplina Positiva está tener en cuenta a los niños y las niñas, permitirles tomar decisiones, hacerles sentir que su misión dentro de la familia es valiosa, confiar en su capacidad… y todo esto ayuda a construir una autoestima fuerte y sana.
5. Es eficaz a largo plazo
Lo admitimos, los premios y los castigos tienen un efecto más inmediato en el tiempo. Pero ojo, que después vienen los lamentos cuando nos damos cuenta de que ya no sabemos con qué castigar porque el problema vuelve a aparecer una y otra vez; o cuando a base de ofrecerles premios nos acaban pidiendo recompensas a cambio de hacer cualquier cosa. Una de las ventajas de educar en positivo es que nos ayuda a resolver de verdad los problemas que puedan aparecer porque vamos a la raíz del asunto y no nos quedamos en la superficie.
6. Contribuye al desarrollo de la autonomía
Cuando educamos en positivo damos espacio a nuestras hijas e hijos para que se desarrollen a su propio ritmo. Sin forzar sus aprendizajes, y sin frenar su evolución desde una actitud sobreprotectora o condescendiente. Observar, confiar y acompañar son las claves de la educación positiva.
7. Favorece la comunicación
Lo que decimos es importante, pero cómo lo decimos, también. La educación positiva nos ayuda a cuidar el lenguaje, la comunicación no verbal, a usar menos el “no” y a dar mensajes de amor incondicional. Todo esto favorece que tengamos más disposición a escuchar y a expresarnos con el resto de miembros de la familia. La comunicación es fundamental en todas las etapas de la infancia y, cuanto más la fomentemos desde el principio, más fácil será que la mantengamos después durante la adolescencia.
8. Nos permite conocer y manejar de manera saludable nuestras emociones
Educar en positivo tiene que ver más con lo que hacemos las personas adultas que con lo que hacen las/os peques. Nos ayuda a conocer cómo funciona nuestro cerebro y a gestionar nuestras emociones sin reprimirlas, transitándolas sin herir a nadie.
9. Te aporta seguridad como figura de referencia
Cuando tienes información sobre cuáles son las conductas naturales de la infancia y sabes cómo acompañar las situaciones es más fácil sentir seguridad con respecto a tu forma de crianza. Como madres y padres ejercemos un liderazgo natural dentro de la familia. Tener seguridad en lo que estamos haciendo es fundamental para aportarles esa seguridad a nuestros hijos e hijas.
10. Nos permite disfrutar de la crianza
Y, sobre todo, lo más importante. Cuando confías en lo que estás haciendo y conectas con las necesidades de tus hijos/as, de tu pareja (si la tienes) y con tus propias necesidades personales; cuando consigues equilibrar la balanza y que el respeto y la armonía sean las bases de tu familia, es cuando de verdad puedes disfrutar de la crianza.
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