Cada año, cuando se habla de la falta de respeto por parte de las escuelas en septiembre, por culpa de un sistema educativo que nos dice que respeta los ritmos y las necesidades individuales de…
El sistema educativo español tiene luces y sombras. El principal hándicap está en la falta de recursos. Al menos así lo cree la logopeda, maestra y psicóloga infantil del equipo de Criar Con Sentido Común, Elena Mesonero. A través de esta entrevista, esta profesional explica su visión sobre el sistema educativo de nuestro país, analiza los pros y los contras y propone algunas soluciones.
Elena Mesonero a diario asesora en la Tribu CSC a cientos de familias. Además de logopeda, también es filóloga, psicóloga y maestra. Participa en en investigaciones sobre lenguaje y aprendizaje infantil e imparte formación en universidades, congresos y centros de profesorado. En sus «ratos libres»organiza congresos de educación.
P: ¿Cómo puntuarías el sistema educativo español?
R: Seguramente, diera la puntuación que diera, sería injusta. Depende de con quién nos comparemos. Quiero pensar que tenemos un buen sistema educativo con algunas cuestiones que mejorar, como escuchar a la comunidad educativa y aportar recursos.
Nuestro sistema educativo tiene cuestiones que mejorar, como escuchar a la comunidad educativa y aportar recursos
P: ¿Qué crees que falla?
R: Lo primero que falla es poco romántico, pero fundamental: los recursos. Ocurre lo mismo que en sanidad. Para que algo pueda funcionar necesita que se invierta dinero. Con una mayor inversión se podrían contratar más profesores y dotarles de medios, bajar la ratio, equipar las escuelas…
Para que algo pueda funcionar necesita que se invierta dinero
Evidentemente, sé que hay profesores que con muy poco hacen mucho y profesores que con más medios no los explotan lo suficiente pero, en líneas generales, los recursos facilitan la labor docente.
P: ¿Cuáles son los principales problemas, desde tu punto de vista, del sistema educativo en España?
R: Además de lo económico, hay una cuestión a la que no quiero llamar problema sino reto: la complejidad del alumnado que hace que la atención a la diversidad se complique. Necesitamos planes de apoyo para dar respuesta a temas tan complejos como el acoso escolar, la diversidad funcional, la multiculturalidad…
La complejidad del alumnado hace que la atención a la diversidad se complique. Necesitamos planes de apoyo
Conseguir llegar a todos y cada uno de los alumnos con sus capacidades, sus limitaciones y sus características particulares y crear un clima de convivencia adecuado creo que es el reto de los próximos años.
P: ¿Qué consecuencias tiene para el alumnado esas debilidades del sistema educativo?
R: La falta de recursos revierte directamente sobre el alumnado. Por ejemplo, el hecho de que varios centros compartan equipo de orientación y que los maestros especialistas en pedagogía terapéutica y en audición y lenguaje estén en dos centros, a mí me parece una barbaridad.
La falta de recursos revierte directamente sobre el alumnado
Es imposible atender en condiciones a toda la población con necesidades educativas especiales. En la mayoría de los casos, los equipos de orientación hacen lo que pueden con las horas que tienen y es muy triste que te digan “es que no puedo estirar más la media hora a la semana que tengo con este niño”.
Es imposible atender en condiciones a toda la población con necesidades educativas especiales. En la mayoría de los casos, los equipos de orientación hacen lo que pueden con las horas que tienen
P: ¿Y para los profesores?
R: Para los profesores esto supone una carga de estrés que hace que se conviertan en hombres y mujeres orquesta. Me da mucha pena el desprestigio social de los maestros. Fíjate que un maestro pastelero es alguien excelente en el ámbito de la pastelería, al igual que el maestro de la costura es un referente en el mundo de la moda. Pero, ¿un maestro de escuela? Parece que la percepción social es la de alguien que tiene muchas vacaciones, que hizo una carrera fácil y poco más. Pero luego les confiamos a nuestros hijos un tercio de sus vidas. ¿No es paradójico?
Tenemos los maestros y maestras mejor preparados de la historia en cantidad de formación, pero hay que poner cuidado en la calidad de la formación
A veces se habla de la falta de formación del profesorado y no es verdad. Tenemos los maestros y maestras mejor preparados de la historia, al menos en cantidad de formación. Quizá en lo que haya que poner cuidado es en la calidad de la formación y aprovechar los descubrimientos que el método científico nos aporta para volcarlo en experiencias educativas de calidad.
Debemos aprovechar los descubrimientos que el método científico nos aporta para volcarlo en experiencias educativas de calidad
P: ¿Cómo podrían solventarse esos obstáculos del sistema educativo español?
R: Como ya he comentado, desde el punto de vista de la administración, con recursos y también descargando de burocracia al profesorado. Desde el punto de vista del profesorado, no solo con formación de calidad sino también con programas que garanticen su cuidado.
Junto al niño, el profesor es la pieza clave de la educación. Debemos cuidarlos y devolverles el prestigio perdido
La salud mental del profesorado es una asignatura pendiente. No podemos permitir que nuestros docentes estén expuestos a la ansiedad y la depresión y no haya programas de detección y apoyo. Junto al niño, el profesor es la pieza clave de la educación. Debemos cuidarlos y devolverles el prestigio perdido.
P: En tu opinión, ¿cuál sería el sistema educativo ideal para niños y niñas?
R: ¡Qué difícil resumirlo en unos párrafos! Me gustaría un sistema educativo basado en el equilibrio y la coherencia. Un sistema que no olvidara que la función primordial de la escuela es aportar conocimiento a los niños y jóvenes, pero que también tuviera en cuenta que la escuela es un lugar de acogida, convivencia, empatía y comprensión. Y, por supuesto, un sistema inclusivo en el que cada niño tenga su lugar y sea escuchado y atendido en función de sus características y necesidades.
Me gustaría un sistema educativo basado en el equilibrio y la coherencia. Un sistema inclusivo en el que cada niño tenga su lugar y sea escuchado y atendido en función de sus características y necesidades
Si concreto, por ejemplo, en mis hijos, me gustaría que salieran del colegio sabiendo muchas cosas (creo profundamente que el conocimiento te hace libre), pero también que se hubieran sentido significativos, que hubieran podido aportar desde lo que cada uno es.
Me gustaría que mis hijos salieran del colegio sabiendo muchas cosas, pero también que se hubieran sentido significativos, que hubieran podido aportar desde lo que cada uno es
Creo también que cada etapa debe analizarse desde sus propias particularidades: no podemos dar recetas mágicas que sirvan para todas las edades puesto que debemos ajustar nuestras respuestas a cada etapa con sus características motoras, cognitivas, lingüísticas y socioafectivas. Por ejemplo, a veces veo que en el sistema educativo español se ofrecen dinámicas sobre educación emocional para primaria, es decir, de 6 a 12 años, como si un niño de 6 años y uno de 12 fueran iguales.
Cada etapa debe analizarse desde sus propias particularidades: no podemos dar recetas mágicas que sirvan para todas las edades
Lo que sí tengo claro es que destinaría tiempo y medios para que el alumnado adquiriese un nivel alto en lenguaje oral y en lectoescritura (y que los que no pudiesen, por cuestiones de trastornos del lenguaje o dificultades de aprendizaje, tuvieran herramientas y recursos para paliarlo). Ser capaz de expresarse y de comprender a nivel oral y escrito creo que es la puerta para todo lo demás.
Destinaría tiempo y medios para que el alumnado adquiriese un nivel alto en lenguaje oral y en lectoescritura. Ser capaz de expresarse y de comprender a nivel oral y escrito creo es la puerta para todo lo demás
P: ¿Cómo debería abordarse el fracaso escolar?
R: En primer lugar, con la sensibilidad de los maestros tutores para que puedan dar la voz de alarma. Después, con la profesionalidad de los equipos de orientación para que puedan valorar las causas y aportar soluciones. Y, finalmente con el trabajo en equipo del profesorado de apoyo, tutores, orientadores y, por supuesto, la implicación de la familia y la búsqueda del compromiso del propio alumno.
Hay que valorar las causas y aportar soluciones al fracaso escolar
P: ¿Hasta qué punto deben las familias implicarse?
R: La implicación de la familia es fundamental. El hecho de estar pendientes, de conocer los logros de los hijos y también los escollos que pueden aparecer a lo largo de la escolarización es vital. Sin embargo, me preocupa la implicación mal entendida que se transforma en que padres y madres acaban haciendo los trabajos a los niños o pidiendo los deberes sistemáticamente al grupo de WhatsApp del colegio porque el niño ha olvidado el libro.
La implicación de la familia es fundamental. Sin embargo, me preocupa la implicación mal entendida que se transforma en que padres y madres acaban haciendo los trabajos a los niños
La familia “solo” debe encargarse de que el niño cumpla con su responsabilidad y propiciar su autonomía y, si hay algún problema, hablar con los docentes. O, si el niño es lo suficientemente mayor, animarle a que exponga sus problemas al tutor. Si además se puede participar en el consejo escolar o en la asociación de padres y madres, pues bienvenida sea toda aportación.
La familia debe encargarse de que el niño cumpla con su responsabilidad y propiciar su autonomía y, si hay algún problema, hablar con los docentes
P: ¿Más matemáticas y lengua o más filosofía y expresión artística? ¿O no son incompatibles?
R: Creo que no es incompatible y que hay años suficientes de escolarización como para obtener unos conocimientos adecuados en cada ámbito. Ahora bien, si empezamos a añadir cosas, no cabe todo. De repente sale una corriente que dice que el ajedrez es bueno (cosa que no dudo), otra que propone una asignatura de educación emocional… Y así, suma y sigue. Pero luego nos encontramos con que hay contenidos cíclicos que se dan en varios cursos de manera muy similar y me pregunto si no sería más eficaz darlo una sola vez (o dos).
La balanza se inclina siempre del lado de las materias más técnicas y se están olvidando aquellas materias que nos hacen humanos
Personalmente, me da mucha pena que la balanza se incline siempre del lado de las materias más técnicas (que por supuesto son muy importantes) y se estén olvidando aquellas materias que nos hacen humanos. La filosofía, el arte en cualquiera de sus manifestaciones y el conocimiento de la historia son materias imprescindibles para el crecimiento personal de nuestros hijos.
P: ¿Y la enseñanza de idiomas? ¿Crees en el bilingüismo?
R: No me gusta el bilingüismo. Al menos como se entiende en algunos centros. Y lo “sufro” a diario. Creo que es un error impartir una asignatura con mucho peso curricular en un idioma que los niños no dominan. Así acaba reducida a un simple glosario de términos que después tampoco conocen en su lengua materna con lo que, finalmente, no pueden generalizarlo a otros contextos.
No me gusta como se entiende el bilingüismo en algunos centros. Y lo “sufro” a diario. Es un error impartir una asignatura con mucho peso curricular en un idioma que los niños no dominan
Por ejemplo, impartir Ciencias Sociales en inglés cuando una parte del temario de esta asignatura en primaria es Historia de España, me parece que no tiene ningún sentido puesto que la historia de un país tiene un gran componente cultural que está presente en el propio idioma. Es decir, a mí, hablar de “the Catholic Monarchs” o de “the battle of Covadonga” me parece un disparate. Pero es una opinión personal.
Impartir Historia de España en inglés me parece que no tiene ningún sentido, puesto que la historia de un país tiene un gran componente cultural que está presente en el propio idioma. Hablar de “the Catholic Monarchs” o de “the battle of Covadonga” me parece un disparate
Mi sensación es que fue algo que se “vendió” muy bien, pero que se implementó muy mal. Ahora bien, estoy completamente a favor del aprendizaje de idiomas. En el caso de los más pequeños desde un punto de vista más comunicativo que estructurado lingüísticamente. Es decir, que los niños sepan jugar en otro idioma, cambiarse cromos, conocer canciones y mantener conversaciones con sus compañeros me parece un acierto. Se trataría de hacer la misma evolución que en la lengua materna: de lo oral a lo escrito.
El bilingüismo fue algo que se “vendió” muy bien, pero que se implementó muy mal
P: La desmotivación puede llevar al camino del fracaso tanto del alumnado como del profesorado: ¿Cómo se lucha contra eso?
R: Interesante tema el de la motivación. Y peligroso, también. El discurso de la motivación debe partir de lo que sabemos sobre la motivación y no de frases de autoayuda que quedan muy chulas en las carpetas, pero poco más. Me explico. Parece que últimamente todos tenemos que estar motivados las 24 horas del día y, si no lo estás, algo estás haciendo mal. Y es que es imposible estar motivado todo el rato.
El discurso de la motivación debe partir de lo que sabemos sobre la motivación y no de frases de autoayuda que quedan muy chulas en las carpetas, pero poco más
Y, además, no estar motivado no quiere decir que hagas mal tu trabajo. Ocurre lo mismo con el tema de la vocación del profesorado como un don mágico. Desde luego te tiene que gustar tu trabajo pero, incluso por encima de eso, debes ser un buen profesional como en cualquier otro trabajo.
A menudo los chavales esperan que la motivación venga de fuera. Lo que un docente puede encender es la curiosidad
Abogo más por enseñar a los niños qué es la motivación y cómo funciona. A menudo los chavales esperan que la motivación venga de fuera con lo que obliga al profesorado a estar todo el día inventando cosas para “motivar” que pueden funcionar o no. Lo que un docente puede encender es la curiosidad. Cuando tengo curiosidad, abro las puertas al conocimiento y, cuanto más sé es más fácil estar motivado de manera intrínseca.
En la mayoría de los casos es el conocimiento el que lleva a la motivación y no al revés
Es decir, en la mayoría de los casos es el conocimiento (con su dosis de constancia y de ensayo) el que lleva a la motivación y no al revés. Así que, la desmotivación, con sus matices, se puede trabajar tanto en el alumnado como en el profesorado, desde el conocimiento y el acompañamiento de los factores que la causan.
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