Un estudio de la Universidad de Standford revela cómo la voz de la madre relaja al bebé

La voz de la madre relaja al bebé. El oído es, junto al olfato, el sentido más desarrollado de un recién nacido. Es una cuestión de supervivencia. La ciencia, además, ha descubierto que la voz materna no solo activa las áreas cerebrales relacionadas con la audición, sino que va más allá.

El cerebro del bebé se desarrolla durante la gestación, pero sobre todo durante los primeros dos años de vida. Cuando nacen los bebés reconocen a sus madres por el instinto de supervivencia, y principalmente, gracias a dos de sus sentidos: el oído y el olfato.

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Un estudio sobre la voz de la madre y su influencia en el bebé

La Facultad de Medicina de la Universidad de Standford ha estudiado cómo reacciona el cerebro de un niño al oír la voz de su madre. Y el resultado es muy llamativo. Aquella no solo es la preferente para el menor, sino que la voz de la madre activa más áreas cerebrales. En concreto, aquellas que están involucradas en las emociones y recompensas.

También se activan áreas relacionadas con funciones sociales, con la detección de lo que es personalmente relevante y el reconocimiento facial. De hecho, el cerebro del bebé nace preparado para reconocer rostros. El rostro de su madre es el primer punto de interés, desde luego.

Pero ese reconocimiento materno no lo realiza solo a través de los estímulos visuales (la vista del recién nacido es bastante rudimentaria), sino que asocia una serie de sensaciones como la voz, el tacto, el olor, las caricias, el alimento… que vinculará con sentimientos agradables.

La voz materna, por otro lado, también condiciona las habilidades de comunicación social del niño o niña. El autor principal del estudio, el profesor de Psiquiatría, Daniel Abrams, explica: 

«Muchos de nuestros procesos sociales, lingüísticos y emocionales se aprenden al escuchar la voz de nuestra madre. Sorprendentemente, se sabe poco acerca de cómo el cerebro se organiza en torno a esta fuente de sonido tan importante. Desconocíamos que la voz de una madre tendría un acceso tan rápido a tantos sistemas cerebrales diferentes”.

Los bebés prefieren el sonido de la voz de su madre

Hasta ahora se había demostrado que los bebés prefieren la voz de su madre y que son capaces de reconocerla frente al de otras personas. Pero nunca se había definido qué mecanismo hay detrás de esa preferencia. Así lo explica Vinod Menon, el autor senior del estudio y también profesor de Psiquiatría y Ciencias del Comportamiento de Standford:

«Nadie había examinado realmente los circuitos cerebrales que podrían estar involucrados. Nos preguntamos: ¿son solo las áreas auditivas y selectivas de la voz las que responden de manera diferente, o es más amplio en términos de compromiso, reactividad emocional y detección de estímulos destacados?».

El estudio analizó a 24 niños de 7 a 12 años. Todos tenían un coeficiente intelectual de al menos 80, ninguno tenía trastornos del desarrollo y todos estaban siendo criados por sus madres biológicas. Los padres respondieron un cuestionario estándar sobre la capacidad de sus hijos para interactuar y relacionarse con los demás.

¿Cómo fue la prueba?

Los investigadores escanearon el cerebro de los menores a través de imágenes de resonancia magnética. Pero antes de hacerlo, grabaron a la madre de cada niño diciendo tres palabras sin sentido:

“A esta edad la mayoría de los niños tienen buenas habilidades lingüísticas. No queríamos usar palabras que tuvieran significado porque eso habría involucrado un conjunto completamente diferente de circuitos en el cerebro”, explica Vinod Menon.

Otras dos madres cuyos hijos no estaban siendo objeto de estudio también grabaron las palabras para actuar como grupo de control. Los cerebros de los niños fueron escaneados mientras escuchaban esos clips cortos de grabaciones de las palabras sin sentido.

Algunas las pronunciaba su propia madre y otras, las madres de control. Incluso en las grabaciones más cortas, de menos de un segundo, los niños y niñas podían identificar perfectamente la voz de su madre con una precisión de más del 97%.

El poder de la voz de la madre

Los autores se sorprendieron al comprobar la «extensión» de regiones del cerebro involucradas. La voz de la madre activaba no solo regiones auditivas, como la corteza auditiva primaria; sino también aquellas que manejan las emociones, como la amígdala.

Igualmente, penetraba en las zonas del cerebro que detectan y asignan valor a los estímulos gratificantes, como la vía de recompensa mesolímbica y la corteza prefrontal medial; regiones que procesan información sobre uno mismo, incluida la red de modo predeterminado; y áreas involucradas en la percepción y procesamiento de la vista en relación con rostros.

“Sabemos que escuchar la voz de la madre puede ser una fuente importante de consuelo emocional para los niños”, agrega Abrams. «Aquí, estamos mostrando el circuito biológico subyacente«.

Los niños cuyos cerebros mostraban un mayor grado de conexión entre todas estas regiones al escuchar la voz de su madre también tenían una capacidad de comunicación social mayor. Esto sugiere, según los investigadores, que una mayor conectividad cerebral entre las regiones es una huella neuronal que permite tener más habilidades de comunicación social en los niños.

¿Por qué es importante este estudio?

Los bebés nacen con el sentido del oído totalmente formado. En la semana 20 de embarazo su oído interno ya estará a pleno funcionamiento. Es una capacidad muy importante porque les permitirá desarrollar el lenguaje y, además, estimula su cerebro.

Con este estudio se demuestra que, aunque a los recién nacidos les llama la atención cualquier voz humana, la más reconocible no es solo la de su madre, sino que además esta le ayuda en el desarrollo de su cerebro.

Para los autores, esta investigación puede ser importante para investigar los déficits de comunicación social en niños «con trastornos como el autismo». De hecho, quieren indagar en el cerebro de estos niños y también en el de los adolescentes, para saber si la voz de la madre sigue teniendo el mismo efecto a medida que las personas maduran.

«Es emocionante ver que el eco de la voz de la madre vive en tantos sistemas cerebrales«, finaliza el psiquiatra Vinod Menon. Ahora se sabe que hablarle a nuestro bebé, susurrarle palabras de cariño o cantarle es más que una muestra de amor, es una vía directa para activar sus cerebros durante la infancia.