El desarrollo de la capacidad numérica en los niños

Es posible que, si hablamos de matemáticas, venga a nosotros el recuerdo de una de las asignaturas que más quebraderos de cabeza nos dio en la etapa escolar. Seguramente pensemos en cuadernillos repletos de cuentas y problemas en los que cada paso que se daba, complicaba un poco más las cosas. Pero, ¿cómo se gesta el sentido numérico? ¿Por dónde empieza a desarrollarse la habilidad matemática? Hoy hablamos del desarrollo de la capacidad numérica en los niños.

¿Cómo se desarrolla el sentido numérico en los niños?

Todo comienza con el sentido numérico, que no es otra cosa que la capacidad primitiva para reconocer y representar cantidades cuando aún no se utilizan los símbolos numéricos.

Esta capacidad se va desarrollando ya desde los primeros meses de vida y podemos observarla en detalles de la vida diaria como por ejemplo cuando nuestro bebé de apenas un año elige el cuenco que más trozos de manzana tiene (siempre que el otro tenga una cantidad significativamente menor) o el trozo de pan más grande.

En ese momento, los niños y niñas pequeños dan muestras de conocer las diferencias entre cantidades mucho antes de saber contar. Esto es así en parte también por el desarrollo lingüístico, que hace que los niños comprendan conceptos como mucho, poco, todo o nada antes de conocer los números.

De esta forma, el sentido numérico abarca diferentes habilidades como entender cantidades y conceptos como más, menos, mayor o menor, reconocer las relaciones entre elementos y grupos de esos elementos y, más adelante, entender los símbolos numéricos (números), ser capaces de compararlos y de entender su orden.

¿Cuándo se desarrolla el sentido numérico en los niños?

El desarrollo de todas estas habilidades, que se da durante la etapa de educación infantil, sigue un orden y, en muchas ocasiones, confundimos unas habilidades con otras. Por ejemplo, si nuestro peque de repente nos sorprende contando de carrerilla del 1 al 5 o al 10, no quiere decir que entienda qué son los números. Para entender un concepto abstracto como los números, los niños tienen que manipular objetos, moverlos, agruparlos, etc.

Como decimos, los peques comienzan a recitar números sin necesidad de conocer el concepto de número. De hecho, es fácil ver a los peques simulando contar (algo que pasa también con la lectura) cuando tienen una colección de objetos como, por ejemplo, coches. Sabemos que no están contando porque van señalando con el dedo y diciendo números, pero no hacen la correspondencia de un número por cada objeto. Así, pueden nombrar cinco números seguidos y solo señalar tres coches.

Para aprender a contar es imprescindible que se haga esa correspondencia uno a uno. Pero esta habilidad que nos parece tan sencilla, necesita de otras habilidades previas como son ser capaces de hacer dos grupos de objetos (los que ya hemos contado y los que no) y conocer la secuencia correcta de los números.

El desarrollo del conteo se realiza en diferentes fases que resumimos en:

• Fase 1: Nivel de cuerda. Esta fase es anterior a la capacidad de asignar un número a un objeto, es decir, el niño conoce la secuencia numérica y es capaz de recitarla, pero no de asignar cada número a un objeto.
• Fase 2: Cadena irrompible. El niño comienza a asignar un número a cada elemento, pero si el conteo se detiene necesita volver a empezar desde el principio.
• Fase 3: Cadena rompible. El niño ya puede empezar a contar a partir de cualquier número, pero solo en sentido ascendente.
• Fase 4: Cadena numerable. Ya no es necesario contar de uno en uno, sino que puede contar de forma salteada.
• Fase 5: Cadena bidireccional. En esta última fase, los niños ya pueden contar comenzando por cualquier número tanto en sentido ascendente como descendente.

Y ¿qué podemos hacer para desarrollar el sentido numérico en casa?

Actividades para desarrollar la capacidad numérica

Estas son algunas de las actividades para desarrollar la capacidad numérica en los niños:

• Hacer agrupaciones y clasificaciones de objetos. Agrupar objetos iguales por tamaño, color o forma colocando en diferentes recipientes pompones, fichas o piezas de construcción.
• Utilizar el vocabulario previo a los números. Preguntar a los niños si en un recipiente hay más o menos objetos, si hay muchos o pocos, etc. es una buena forma de trabajar esos prerrequisitos.
• Animar a realizar conteos. Ayudarles no solo a recitar los números sino también a realizar la correspondencia de cada número con su objeto.
• Realizar seriaciones. Plantear retos de continuar series por ejemplo con pegatinas de diferentes colores en las que haya que continuar una secuencia de dos colores que se presentan de manera alternativa.
• Formar números con diferentes materiales. Hacer números de plastilina, con pintura de dedos siguiendo una plantilla o punteado o realizar encajables de números les ayudará a familiarizarse con el trazado de los números.
• Aprovechar la vida cotidiana. Hechos tan sencillos como poner la mesa ofrecen oportunidades como agrupar los cubiertos, contarlos o asignar cada cubierto a un comensal.

En definitiva, el desarrollo de la capacidad numérica es un proceso que abarca varios años por lo que es conveniente que acompañemos a nuestros hijos e hijas ofreciéndoles oportunidades para manipular objetos, clasificarlos, agruparlos, etc. dentro de las actividades propias de nuestro día a día.