El papel de las humanidades en el aula: ¿Son las materias olvidadas?

Hace unos días preguntaba a mis hijos y a sus amigos qué les gustaba hacer en su tiempo libre. Respuesta aplastante: tablet, consola, móvil, ordenador… Y, sinceramente, no creo que sean los únicos. La informática, la robótica, las nuevas tecnologías y las redes sociales lo envuelven todo. Y la inmediatez. Sobre todo, la inmediatez. En el marco educativo, las denominadas materias STEM (ciencias, tecnología, ingeniería y matemáticas) eclipsan a todas las demás. Con este panorama, ¿dónde quedan las humanidades? 

Echemos un vistazo a la organización de las humanidades en la LOMLOE en la educación secundaria para saber qué se estudia en las humanidades, cuáles son las materias de Humanidades y qué peso tienen en el currículum académico de nuestros/as hijos/as. Es decir, veamos cómo son y cuál es el papel de las humanidades en el aula.

¿Qué son las humanidades? 

En la etapa de enseñanza secundaria obligatoria (ESO) se contemplan como obligatorias para los cursos primero, segundo y tercero:

• Geografía e Historia.
• Lengua y Literatura castellanas (más la cooficial en las comunidades en las que haya).
• Educación en Valores y Música y/o Educación Plástica.

Cultura Clásica se ofertará como optativa (compitiendo con materia para el desarrollo de la competencia digital).

En cuarto de ESO figuran como obligatorias:

• Geografía e Historia.
• Lengua y Literatura castellanas (más la cooficial si la hubiera).
• Educación en Valores si no se ha cursado antes.

Latín, Expresión Artística y Música se ofertan como optativas.

En Bachillerato aparecen la Filosofía y la Historia de la Filosofía como obligatorias (una en primero y la otra en segundo). Asimismo, Lengua y Literatura castellanas continúan siendo obligatorias. Dado que el Bachillerato orienta hacia la futura elección universitaria, se puede elegir entre cuatro modalidades:

• Artes (a su vez subdividida en Artes plásticas, Imagen y Diseño o Música y Artes Escénicas).
• Ciencias y Tecnología.
• Humanidades y Ciencias Sociales.
• Modalidad general (para los que no aún no tienen claro qué elegir).

A simple vista, sí parece que las humanidades están presentes en el currículum escolar, pero, si nos paramos detenidamente, comprobamos que un alumno podría terminar la enseñanza obligatoria (educación primaria y ESO) sin haber recibido una materia puramente de filosofía (lo más cercano sería la asignatura de Valores) aunque, quien llegue a Bachillerato sí tendrá que cursarlas de manera obligatoria. Asignaturas como Latín y Griego quedan relegadas a que los alumnos las quieran elegir.

Así las cosas, podríamos pensar que, dado que existen itinerarios en los que las Humanidades están presentes, están a salvo. Nada más lejos. Si en una asignatura no hay un número suficiente de alumnos, no se imparte y, por lo tanto, desaparece. El texto de la LOMLOE especifica que los centros deberán ofertar todas las materias, pero “se podrá limitar la elección cuando haya un número insuficiente de alumnos”.

Si tenemos en cuenta, por ejemplo, que en la ESO compiten con asignaturas como digitalización o tecnología… es fácil adivinar lo que va a ocurrir.

Quizá el error radique en que no conseguimos inculcar en niños y jóvenes la necesidad de estudiarlas. Parecemos estar más centrados en que estudien materias encaminadas a la salida laboral imperante y esto pasa por la tecnología, la ingeniería, etc.

¿Por qué son importantes las asignaturas de humanidades?

Muchos jóvenes se preguntan que para qué sirve saber historia (si necesito saber una fecha la busco en Internet) o para qué memorizar raíces y declinaciones del latín o del griego. No entraremos hoy en el debate sobre la conveniencia o no de memorizar. Solo apunto que somos memoria, somos lo que recordamos (de ahí los efectos devastadores de enfermedades como el Alzheimer).

En lo que sí quiero entrar es en el giro que creo necesario hacia un menor interés utilitarista de la educación. ¿Solo vale lo que sirve para hacer algo? ¿Es que las humanidades no sirven para nada?

Siguiendo la línea actual de la necesidad de aprender solo cosas útiles, vamos a argumentar por qué son útiles las humanidades. Para muestra, un botón (o varios). 

¿Para qué sirven las humanidades? 

La ciencia ha conseguido realizar trasplantes que hace un siglo eran ciencia ficción, pero ¿cómo se regula? La respuesta es sencilla: ética médica. Siguiendo en el ámbito de la medicina, probablemente el estudio de muchos de los términos técnicos le resultará más sencillo a quien haya estudiado griego. Imaginemos ahora que el latín acaba desapareciendo del sistema educativo, ¿quién podría traducir los textos que se pudieran encontrar?

¿Somos conscientes de que proyectos de ingeniería pueden fracasar por no tener en cuenta el contexto sociocultural en el que se implementan?

¿Por qué son necesarias las humanidades? ¿Cuál es la tarea de las humanidades hoy?

Parece que queda claro que las humanidades son útiles y la cuestión no es que se enfrenten a las materias STEM sino que ambas se complementen y se retroalimenten.

Pero hay más, mucho más. Me gusta pensar que la riqueza de un país está en su cultura, no en lo que es capaz de producir y vender. El placer de pasear por un museo, de visitar pueblos con sus historias y costumbres, de leer clásicos de la literatura, de ir a un concierto, de conocer la historia para saber de dónde venimos… pocas cosas hay tan valiosas.

¿Qué enseñan las humanidades?

Incluso dejando de lado la visión romántica del asunto, ¿cuál es el papel de las humanidades en la educación?:

• Fomentan el respeto por la cultura y los contextos socioculturales de los demás, facilitando el entendimiento y la empatía.
• Mejoran la escucha y la reflexión en estos tiempos de inmediatez e impaciencia.
• Aportan conocimiento profundo y variado que contribuye a mejorar la capacidad para seleccionar la información adecuada.
• Ayudan a practicar la expresión oral y escrita.
• Facilitan la comprensión de los sucesos recientes a través del conocimiento de la historia pasada.
• Desarrollan la capacidad crítica del alumnado: sin conocimiento, la capacidad crítica no existe. Cuantos más conocimientos tengamos, mejor podremos argumentar, transmitir, rebatir. Sin conocimientos, solo tenemos opiniones.

Por tanto, y vuelvo a la visión romántica del asunto, devolvamos a nuestros/as hijos/as el gusto por las humanidades porque son las que nos hacen humanos, las que nos conectan con nuestras raíces y las que nos hacen ser y, al fin y al cabo, aprender a ser es uno de los pilares de la educación.

Si necesitas consejo sobe cómo estimular a tu hijo/a para estudiar o valorar ciertas materias, en la Tribu CSC puedes consultar con nuestro equipo de expertos en educación positiva y crianza respetuosa.