La resistencia a los antibióticos y otros medicamentos antimicrobianos producido, principalmente, por el abuso de estos, es un problema de salud pública que preocupa a nivel internacional. Utilizar antibióticos cuando no es necesario tiene consecuencias…
La Academia Nacional de Medicina de Francia ha expresado su preocupación por lo que considera un abuso de frenectomías en bebés y niños pequeños. Han aumentado de manera «espectacular» en el país vecino, pero también en otros. Esta intervención quirúrgica no siempre es la solución a los problemas de lactancia.
La frenectomía como solución a la anquiloglosia
La frenectomía (escisión) del frenillo lingual en recién nacidos o lactantes implica cortar esta mucosa con tijeras o láser para permitir el movimiento de la lengua. Se trata de una intervención quirúrgica sencilla y segura. Pero no siempre es necesaria cuando un bebé tiene frenillo lingual corto.
La anquiloglosia (frenillo lingual corto que restringe el movimiento) requiere intervención del especialista. Pero existen distintos grados.
«Es posible que una lengua que pensábamos que estaba más anclada con el frenillo submucoso, realmente no lo está. E incluso hay bebés con frenillo lingual corto que pueden lactar adecuadamente«, explica Inma Mellado, consultora de lactancia del equipo de Criar Con Sentido Común.
Precisamente nuestra experta (con la que podéis contactar para cualquier duda sobre lactancia materna a través de la Tribu CSC) resalta que existe una tendencia actual a culpar de todos los problemas de lactancia al frenillo «y no todos estos problemas se derivan de él. Parece que ahora es lo único que puede pasar y no es así. Existen otras cuestiones a tener en cuenta».
Por eso, resalta Inma Mellado, es importante consultar con un especialista en frenillo que valore no solo la morfología de la boca del bebé, sino la lactancia en su conjunto (agarre, postura, transferencia de leche, etc.).
El abuso de frenectomías en bebés: De poco frecuente a muy habitual
El comunicado de la Academia Nacional de Medicina francesa resalta que esta intervención era poco frecuente hasta hace poco tiempo y que «solo está indicada en caso de anquiloglosia con un importante impacto funcional».
Los expertos se preguntan por qué entonces ha aumentado esta intervención de manera «espectacular». No solo en Francia, en Australia, por ejemplo, ha aumentado un 420% en los últimos 10 años. Sin embargo, existen recomendaciones a nivel internacional, así como una revisión Cochrane, que concluyen que los resultados de esta práctica son de «mala calidad».
Sara Caamaño, matrona de Criar Con Sentido Común y experta en frenillo lingual, matiza que «hay estudios que se contradicen». Y lamenta que muchos profesionales de la medicina no valoren correctamente los problemas del frenillo lingual corto. «Es posible que haya personas operando excesivamente, pero también es cierto que hay lactancias abandonadas por frenillos no diagnosticados».
Porque, resalta nuestra experta, un frenillo lingual corto que afecta a la lactancia puede acabar con un abandono prematuro.
Algunas recomendaciones de los expertos y sus matizaciones
Según estas recomendaciones, que recoge el comunicado de la Academia Nacional de Medicina francesa, no hay una definición anatómica «clara y consensuada» de los frenillos linguales y la anquiloglosia. Además, tal y como destacaba nuestra experta Inma Mellado, es necesario aclarar los criterios diagnósticos, «ya que -recoge el comunicado- en realidad se trata de un diagnóstico funcional más que anatómico«.
De hecho, aunque la anquiloglosia restrictiva causa dolor en los pezones y puede provocar la interrupción prematura de la lactancia, «está lejos de ser la causa más común». De ahí, el comunicado de la academia francesa para alertar de lo que considera un abuso de frenectomías en bebés y niños pequeños.
Tampoco hay «evidencia científica», según estas recomendaciones, en cuanto a:
- La utilidad de cortar quirúrgicamente el frenillo de la lengua para mejorar la transferencia de leche y/o aliviar el dolor del pezón.
- La edad óptima para indicar una frenotomía, la mejor técnica quirúrgica (láser o tijera), el valor de las manipulaciones o aplicaciones de sustancias sobre o cerca de la zona incisa postoperatoria. O la eficacia y duración de la lactancia materna postoperatoria a largo plazo.
- La responsabilidad de la anquiloglosia en patologías como el reflujo gastroesofágico, dificultades del habla, apnea del sueño, cólicos o dificultades orales en el momento de la transición a los alimentos sólidos.
Los expertos subrayan que, aunque la intervención es sencilla, es necesario informar a los padres de la posible aparición de complicaciones. No son lo habitual, pero sí puede producir: daños colaterales de los tejidos, obstrucción de las vías respiratorias, rechazo de la lactancia, aversión oral o infección.
Sara Caamaño, por su parte, subraya que no todos esos riesgos están demostrados. El riesgo de sangrado con el corte de tijeras es de un 1%. Por otro lado, esas consecuencias pueden ser resultado de intervenciones «incompletas». Es decir, que se intervienen, pero luego no se realiza un seguimiento ni se procede a la rehabilitación. «Y se necesita un equipo multidisciplinar que realice ese seguimiento. Así es como se lograr un 100% de éxito».
Precios excesivos de una intervención que no siempre es necesaria
La Academia Nacional de Medicina subraya que en Francia hay cada vez más entidades que ofrecen, «a precios excesivos», la frenectomía como solución al dolor en los pezones o el abandono de la lactancia. Y que este negocio puede estar detrás del abuso de frenectomías en bebés.
Por eso, este organismo se une a médicos, sociedades quirúrgicas y paramédicas, colegios y asociaciones profesionales para expresar sus «reservas» sobre esta intervención «invasiva» que conlleva «riesgos».
Para contrarrestar esta «moda», hace una serie de recomendaciones para frenar el abuso de frenectomías en bebés. Entre ellas, que la presencia de un frenillo lingual corto y/o grueso no significa que sea necesaria sí o sí una intervención. Que, ante la presencia de dificultades en la lactancia, es necesario hacer un «abordaje riguroso del diagnóstico» por parte de profesionales sanitarios acreditados.
O que se debe mejorar la preparación y capacitación de los profesionales en lactancia materna. Y optar primariamente por soluciones «conservadoras» que no impliquen necesariamente el corte del frenillo.
Me pregunto si el aumento de casos de frenectomía se puede deber al aumento en el número de madres informadas que no desean abandonar la lactancia, frente a generaciones previas de madres que abandonaban porque no tenían conocimientos ni recursos. Que la anquiloglosia restrictiva «esté lejos de ser la causa más común de interrupción prematura de la lactancia» no creo que sea sencillo de demostrar, salvo que se haya hecho un estudio riguroso sobre las causas de abandono en el que se haya explorado a los bebés en el caso de que el abandono haya sido por causas que pudieran estar relacionadas con la anquiloglosia….Totalmente de acuerdo con que es necesario la valoración por parte de un equipo multidisciplinar, pero uno que valore tanto la lactancia como el bienestar de la madre entre sus multidisciplinas.