Desde marzo de este año se están detectando casos de hepatitis aguda grave en niños y niñas de menos de 16 años en todo el mundo. El origen, por ahora, es desconocido. La Organización Mundial…
Recientemente se han reportado casos de hepatitis aguda grave en niños en Reino Unido, Europa, EEUU, Israel y Japón. La mayoría de los pacientes presentaron síntomas gastrointestinales y posteriormente ictericia. Vómitos, diarrea, dolor abdominal y el típico color amarillento de la piel y los ojos que se ven en las hepatitis. Hasta aquí nada raro. Lo llamativo es que algunos menores presentaron fallo hepático y precisaron trasplante.
Y aunque el fallo hepático fulminante es posible en algunas hepatitis víricas de los niños, su aparición es excepcional y esto fue lo que llamó la atención de los médicos.
Hepatitis infantil aguda grave de origen desconocido
Las hepatitis se caracterizan por cursar con fiebre, náuseas, dolor abdominal, malestar y falta de apetito. Pero lo más característico es la ictericia: una coloración amarillenta de piel y mucosas que se debe a un aumento de la bilirrubina en la sangre y que se acompaña de orina muy oscura y heces muy claras, prácticamente blancas. A veces hay también vómitos, diarrea, dolores articulares y erupciones en la piel. Pero estas manifestaciones no siempre están presentes y no son raras las formas con pocos o ningún síntoma, especialmente en niños pequeños.
El diagnóstico, además de por los síntomas anteriormente comentados, se sospecha por los hallazgos en la exploración. Además de la ictericia, que se ve a simple vista y se comprueba con la analítica, el médico puede palpar el hígado aumentado de tamaño al explorar el abdomen y a veces también el bazo. En caso de sospecha se realiza una analítica de sangre para determinar las enzimas hepáticas, las transaminasas, que están aumentadas en estos procesos.
Si se sospecha una causa vírica se estudian también los anticuerpos contra los virus típicos de las hepatitis y otros virus, como los virus de las mononucleosis, por ejemplo, que son los que con más frecuencia producen afectación del hígado. El médico también preguntará por el consumo de medicamentos y la posibilidad de exposición a tóxicos ambientales, ya que las hepatitis tóxicas son también posibles.
¿Vacuna contra el Covid o infección por adenovirus?
La vacuna contra el SARS COV 2 como causante de la hepatitis infantil aguda grave quedó descartada rápidamente, ya que los niños afectados no habían sido vacunados por ser demasiado pequeños aún.
Tampoco se encontraron causas tóxicas ni medioambientales ni los virus de hepatitis más frecuentes. Los virus de hepatitis A, B, C, D y E fueron negativos en todos los casos. Sin embargo, en Reino Unido, en el 72% de los niños a los que se les estudió el adenovirus, este fue positivo. Un virus que ocasionalmente puede producir afectación hepática, pero siempre leve. En los casos en los que se estudió el adenovirus, se vio que se trataba del tipo 41F, un tipo que no es infrecuente y que afecta a niños pequeños y pacientes inmunodeprimidos, pero hasta la fecha no se habían reportado casos de hepatitis grave por esta causa.
El 18% de los casos reportados en Reino Unido tenían SARS COV 2 al ingreso y algunos casos habían sido positivos en algún momento en los dos meses anteriores. En varios pacientes se detectaron anticuerpos contra el SARS COV 2 aunque no habían presentado síntomas, lo que hacía suponer que estos peques habían pasado la infección de forma asintomática.
Actualmente se sabe que el virus SARS COV 2 puede quedar acantonado en el organismo, en concreto en el tracto gastrointestinal, probablemente en el apéndice, desde donde puede producir la liberación de proteínas virales que pasan a la circulación produciendo la activación del sistema inmune.
Está activación de la inmunidad puede estar mediada por superantígenos de la proteína de la espícula del SARS COV 2. Un superantígeno es una proteína producida por una bacteria o un virus y que desencadena la activación inespecífica de los linfocitos T. Estos linfocitos son un tipo de glóbulos blancos que se generan en respuesta a una infección concreta. Cuando se produce un segundo contacto con el agente infeccioso, el linfocito T especializado en esa infección libera una serie de sustancias llamadas citoquinas que ayudan a combatir la infección.
En el caso de los superantígenos, en lugar de activar los linfocitos T específicos de ese germen, activan un número enorme de linfocitos T, produciendo una respuesta inmune masiva, indiscriminada, sin un objetivo claro, que produce una respuesta inflamatoria descontrolada. Está activación de las células inmunes mediadas por superantígenos ha sido también propuesta como el mecanismo causal del síndrome multisistémico inflamatorio en niños.
Ya se habían reportado hepatitis en niños con síndrome inflamatorio multisistémico, pero en esos casos no se llegó a investigar la presencia de otros virus.
La hipótesis sobre la hepatitis infantil aguda grave que se maneja actualmente: Adenovirus en niños previamente infectados por SARS COV 2
La hipótesis que se maneja actualmente es que estos casos de hepatitis aguda grave en niños podrían ser consecuencia de una infección por adenovirus en niños previamente infectados por SARS COV 2 y portadores intestinales del virus.
Los autores del estudio proponen detectar el virus en las heces, para identificar a aquellos pacientes que mantienen al virus en su tracto gastrointestinal y buscar en una analítica de sangre aquellos mediadores de la inmunidad relacionada con los superantígenos, ya que si se demuestra que se trata de una activación descontrolada y exagerada del sistema inmune mediada por superantígenos se podrían emplear tratamientos inmunomoduladores en estos niños con hepatitis aguda grave antes de que se produzcan fallos irreversibles de la función hepática y sea necesario recurrir al trasplante de hígado.
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