Cuando eres primeriza y te da miedo salir de casa con tu bebé

Es posible que, si eres primeriza, hayas pasado las últimas semanas de embarazo preparando el cochecito de paseo o te hayas aprendido cómo ajustar el pañuelo de porteo o la mochila. Y, sin embargo, te ves en casa con un bebé que te parece frágil e indefenso y no te atreves ni a salir a la puerta de casa. Tranquila, es muy común. Muchas veces, cuando a la mamá primeriza le da miedo salir de casa con su bebé solo necesita un periodo de adaptación para ganar seguridad y confianza en sí misma.

Madres primerizas con miedo a sacar al bebe de casa: ¿Por qué te está pasando esto?

En primer lugar, debes tener claro que el miedo es una emoción adaptativa que nos ha permitido, en términos de evolución, salvar la vida en muchas ocasiones. Por ejemplo, vemos un peligro, sentimos miedo y salimos corriendo. Por tanto, el miedo nos permite sobrevivir y está relacionado con la seguridad y la protección.

Sin embargo, a veces el miedo escapa de nuestro control y se convierte en un problema. Y, de repente te invaden los pensamientos negativos y contemplas como posibilidad que algo malo pueda pasar si salís de casa. No en vano, nuestra casa es un entorno de seguridad.

Todos sabemos objetivamente que en casa también pueden ocurrir accidentes, pero, si nos preguntan por un lugar seguro, probablemente casi todos nosotros diríamos nuestra casa. Así que, si sientes miedo de salir a la calle con tu bebé, comienzas a sobreprotegerle.

En realidad, lo que ocurre muchas veces es que se aúnan varios factores. Uno de ellos es el cansancio. La maternidad es una experiencia única pero dura. Los primeros meses, e incluso años, la falta de sueño es quizá el inconveniente más mencionado. No dormir adecuadamente nos hace estar cansadas, de mal humor e incluso tristes. El cuerpo necesita descansar así que es comprensible que, ante la idea de salir a la calle, mires el sofá y pienses “hoy no salgo”.

Solo pensar en quitar el pijama al bebé, ponerle algo de ropa, vestirte con algo con lo que puedas volver a ser una persona, pasar por un espejo y ver que igual hoy deberías peinarte aunque pases por alto las ojeras de oso panda… se te van quitando las ganas de salir. El cansancio y el sueño nos hace no estar al 100% de nuestra capacidad de respuesta (no hay más que pensar en que no se puede conducir sin dormir) y eso puede hacer que se incremente nuestro miedo a salir a la calle por no vernos capaces de reaccionar a los imprevistos.

Además, el peso de la responsabilidad de que todo salga como esperas y que a tu bebé no le ocurra nada malo puede aumentar también el miedo a no hacerlo bien.

Qué hacer cuando a la mamá primeriza le da miedo salir de casa con su bebé

Y, ¿qué podemos hacer respecto a las madres primerizas con miedo a pasear al bebé?

Infórmate y cuenta con una red de apoyo

Anticipar, preguntar y eliminar las expectativas o al menos reducirlas. Cuanta más información real tengas, mejor. No tengas miedo a preguntar todo aquello que dudes. Aunque el instinto ayuda a la hora de tener hijos/as, todas hemos tenido mil preguntas. Por muy tonta que te parezca tu pregunta, hazla, no te quedes con las dudas.

Puedes consultar la sección «Recién Nacido» de nuestro blog o consultar online a nuestro equipo de profesionales en salud materno-infantil en la Tribu CSC, donde además podrás compartir experiencias con cientos de familias. Hacer tribu en la crianza es importante.

Habla con otras madres con las que puedas compartir tus preocupaciones. Si buscas información es importante que sea real. A veces, encontramos en Instagram mamás estupendas que no tienen la más mínima señal de estar pasando por un postparto.

Planifica la salida

Si has pensado dar mañana un paseo porque va a hacer buen tiempo y sabes de los beneficios de dar un paseo para ti y para el bebé (la piel produce vitamina D y activa la producción de serotonina relacionada con el bienestar), deja preparada la ropa y, si tienes a alguien que pueda echarte una mano en vestir al peque mientras tú te arreglas, mejor que mejor.

Los primeros días prevé el recorrido. Es mejor que sea corto y por un sitio conocido para sentirte segura. Sal después de una toma para asegurar en la medida de lo posible que el bebé no tendrá hambre mientras dure el paseo.

Ve acompañada

Si sientes que el miedo te puede paralizar, da el paseo con alguien de confianza al que puedas explicar tus temores y te dé apoyo sin juzgarte. Pronto te darás cuenta de que a casi todas nos pasan las mismas cosas.

Pide ayuda

Si estás desbordada con las tareas del hogar y cocinar, poner una lavadora o barrer las pelusas del pasillo siempre van por delante de salir a pasear, pide ayuda y no te exijas demasiado. Muchas veces es más importante salir a tomar un poco de aire que fregar los cacharros del desayuno. No pasa nada por no llegar a todo (ni siquiera a tu propia ducha).

Si has planificado el paseo y cuentas con alguien para acompañarte… solo falta salir. Es el momento de recordar que…

La mayoría de las cosas que nos dan miedo no suceden nunca

Haz un par de respiraciones y sal. Recuerda también que puedes dar la vuelta en cualquier momento. Con que hayas conseguido dar un paseo de cinco minutos es suficiente para que puedas sentirte bien. Al volver, repasa cómo ha ido: te has manejado bien con el cochecito, tu bebé se ha echado una siesta, has podido respirar aire fresco, no ha ocurrido nada malo…

Utiliza ese primer paseo que sale bien para coger confianza y empoderarte. Así será mucho más sencillo querer volver a salir al día siguiente y que el miedo se vaya difuminando hasta desaparecer.

Y, si ves que no puedes afrontarlo sola, no dudes en pedir ayuda profesional puesto que, en ocasiones, la línea entre el proceso de adaptación al nuevo rol de madre y la depresión postparto es muy fina y siempre es mejor que puedas recibir el apoyo que necesitas en el camino de la maternidad. Al final se trata de que, si tú estás bien, tu bebé estará bien así que, cuídate.