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Desde la polémica sentencia del Tribunal Supremo de Estados Unidos que ha anulado el derecho constitucional al aborto en el país, la decisión de mantener o no el derecho en su jurisdicción queda en manos de cada estado. Ahora las mujeres americanas temen que las autoridades puedan utilizar su información personal registrada en aplicaciones móviles para perseguirlas y castigarlas por su intención de abortar.
La decisión del Supremo ha intensificado las peticiones de legislación federal sobre privacidad de datos. De hecho, desde que se filtró la posibilidad de que se derogara el derecho al aborto en Estados Unicos, los legisladores, incluida la senadora Elizabeth Warren, presentaron un proyecto de ley que evitaría que “los intermediarios de datos vendan o transfieran datos de ubicación y salud”.
“Los corredores de datos se benefician de los datos de ubicación de millones de personas, lo que representa un grave riesgo para los estadounidenses de todo el mundo al vender su información más privada”, dijo Warren en un comunicado a principios de año. “Con esta corte suprema extremista a punto de derrocar Roe v Wade y los estados que buscan criminalizar la atención médica esencial, es más crucial que nunca que el Congreso proteja los datos confidenciales de los consumidores”.
¿Protege la tecnología nuestra privacidad?
Cuando utilizamos nuestro teléfono móvil, la tablet o nuestro ordenador para descargar aplicaciones y navegar por Internet creemos que nuestra privacidad está a salvo. Pero nada más lejos de la realidad. A diario, cientos de aplicaciones recogen datos personales de sus usuarios y los comparten con otras empresas.
Esto incluye diversas apps como las de ubicación del móvil o de mensajería. También el historial de búsquedas en internet o las aplicaciones de control de la fertilidad que las mujeres solemos utilizar para llevar un registro de nuestro ciclo menstrual. Estas aplicaciones recogen a diario información sobre la regularidad de los ciclos, si se registra la falta de un período, si se han mantenido relaciones sexuales o si se perciben posibles síntomas de embarazo como mareos, dolor en los pechos, náuseas, etc.
Usuarios y expertos en privacidad muestran su preocupación acerca de si los datos almacenados en estas aplicaciones podrían utilizarse en un posible caso penal para demostrar si una mujer se sometió a un aborto. Por ello, en las redes sociales se está advirtiendo a las mujeres que eliminen sus datos de las apps de seguimiento de la fertilidad.
Delete your period tracking apps today.
— Jessica Khoury (@jkbibliophile) June 24, 2022
Incluso el Fondo de Defensa Digital (Digital Defense Fund) ha compartido online una guía para ayudar a las mujeres a mantener su privacidad y «ocultar» la huella digital si están buscando información sobre el aborto.
If you are seeking an abortion or looking for information about abortion in a place where abortion is banned, this is the best guide to hiding your digital footprints. https://t.co/t9nJK4GphE
— Eva (@evacide) June 25, 2022
¿Es legal que se transmitan y utilicen los datos de fertilidad de millones de mujeres?
En la Unión Europea se reconoce la privacidad de datos como un derecho fundamental, tal y como recoge el Reglamento general de protección de datos, pero Estados Unidos no tiene una ley federal que proteja los datos de los usuarios. En este caso, depende de las leyes y la jurisprudencia de cada estado. Por tanto, sería posible que las autoridades o grupos particulares accedieran o compraran a las compañías tecnológicas la información personal de mujeres para localizar aquellas que fueran «sospechosas» de querer abortar.
No son meras cábalas y especulaciones. Un estudio de 2019 publicado en JAMA Network Open también mostró que las aplicaciones comercializadas para personas con depresión o que querían dejar de fumar también compartían datos de salud con Facebook y Google.
Y es que en tanto la ley estadounidense de Portabilidad y Responsabilidad del Seguro Médico (Health Insurance Portability and Accountability Act -HIPAA-) establece la obligación de guardar secreto profesional sobre las consultas relativas a la práctica de un aborto, las apps no tienen ninguna obligación de confidencialidad. Los datos que recogen las aplicaciones de fertilidad pueden revelar cuándo se detiene y comienza la menstruación, la ovulación y el embarazo. Dichos datos podrían ser susceptibles de convertirse en pruebas en aquellos estados en los que el aborto esté penalizado.
De hecho, según según The Guardian, los datos de las usuarias de las apps de seguimiento menstrual ya se han utilizado para enjuiciar a personas por abortos espontáneos e interrupción del embarazo en estados con leyes estrictas sobre el aborto, incluido un caso en el que la búsqueda online de píldoras abortivas de una mujer fue presentada en su contra ante los tribunales. Según Imran Ahmed, director ejecutivo del grupo de defensa Center for Countering Digital Hate (CCDH), este tipo de respuesta legal ahora puede generalizarse.
Es más, en enero de 2021 The New York Times informó que los legisladores examinaban regularmente los datos de las aplicaciones de fertilidad y que algunas compañías compartían datos íntimos de los usuarios con terceros como Facebook y Google, sin revelarlo en sus políticas de privacidad. Los datos íntimos de los usuarios son muy valiosos para las empresas tecnológicas, que los utilizan para crear perfiles en base a los cuales nos ofrecen constantemente contenidos y publicidad de productos afines a nuestros intereses.
Este tipo de prácticas ya ha generado grandes polémicas en el pasado. Fue el caso de Flo, una de las aplicación de fertilidad más populares en Estados Unidos, con más de 100 millones de usuarios; que tuvo que llegar a un acuerdo con la Federal Trade Commission (FTC) por haber entregado a Google y Facebook datos de salud supuestamente confidenciales de sus usuarias para servicios de análisis y marketing. En la denuncia , la FTC alega que Flo decía a sus usuarias que su información se mantendría privada, pero después compartió sus datos de salud, incluidas las fechas de sus períodos y sus planes de embarazo, con empresas externas.
Empresas de tecnología bajo presión para proteger los datos de los usuarios ante posibles juicios por aborto
Desde que se conoció la polémica sentencia de la Corte Suprema de Estados Unidos, en la que se anula la histórica sentencia «Roe contra Wade» de 1973, el caso que reconoció por primera vez el derecho al aborto de las mujeres, los gigantes tecnológicos como Meta (dueña de Facebook, Instagram y Whatsapp) están siendo constantemente interrogados para que hagan pública su posición al respecto.
Pero, según The Guardian, hasta el momento esta empresa (y tampoco otras como Uber, Google o Apple) no han hecho declaraciones públicas sobre cómo manejarán los datos de sus usuarios ni sobre cómo responderán a las posibles solicitudes relacionadas con las fuerzas del orden en el futuro. Su ausencia de testimonio genera desconfianza y ansiedad entre sus usuarios, que temen que la información privada recopilada por las empresas podría utilizarse como arma para enjuiciar a los proveedores y buscadores de abortos.
El temor de sus usuarios no es injustificado, ya que anteriormente algunas de estas redes, como Facebook e Instagram, ya habían bloqueado información sobre el aborto, según algunos medios, posicionándose de esta forma ante el tema de la interrupción voluntaria del embarazo. En concreto, los ejecutivos de Plan C, una organización que brinda recursos educativos sobre pastillas para abortar, dijeron que Facebook e Instagram eliminan rutinariamente las publicaciones orgánicas de Plan C y rechazan sus anuncios.
Asimismo, Colombiacheck denunció públicamente hace varios años como Facebook aprovechaba el poder de difusión y alcance de su plataforma para difundir falacias sobre el aborto «con argumentaciones engañosas para sostener una posición frente al aborto que va en contravía de la legislación de los derechos de las mujeres».
Las pequeñas empresas sí se comprometen a salvaguardar los datos de sus usuarios
En contraposición a los gigantes tecnológicos, algunas de las empresas más pequeñas del sector sí que se han posicionado públicamente ante el temor que provoca la fuga de sus usuarias tras conocerse la sentencia del Supremo. Es el caso de Clue, otras de las aplicaciones de fertilidad más populares, que se ha apresurado a informar en un comunicado, que mantendrá la privacidad de sus usuarias:
“En este momento tenso, escuchamos la ira y la ansiedad provenientes de nuestra comunidad estadounidense. Seguimos comprometidos con la protección de sus datos de salud reproductiva”.
Por su parte, Stardust Period Tracker, una aplicación de seguimiento menstrual centrada en la astrología que es una de las tres aplicaciones gratuitas más descargadas en iOS en este momento, se ha comprometido por escrito a cumplir voluntariamente, sin siquiera estar legalmente obligada a ello, a proteger la confidencialidad de los datos de sus usuarias. De hecho, ya se han anunciado en redes como la primera app de seguimiento menstrual que encripta los datos de las mujeres que se registran.
EFF advierte a las empresas tecnológicas de que podrían recibir citaciones y órdenes judiciales
El grupo de defensa de los derechos digitales Electronic Frontier Foundation (EFF) ha aconsejado a las empresas tecnológicas que se preparen de forma preventiva ya que les advierte de que podrían recibir citaciones y órdenes judiciales en busca de los datos de usuarios que ellas registran y guardan para enjuiciar a los proveedores y buscadores de abortos.
En este sentido, el EFF recomienda a las empresas permitir el acceso seudónimo o anónimo, detener el seguimiento del comportamiento, abstenerse de recopilar información de ubicación, retener la menor cantidad de datos posible y adoptar el cifrado de extremo a extremo de forma predeterminada.
“Lo mejor que pueden hacer las empresas de tecnología es no tener estos datos cuando las personas solicitan citaciones u otras acciones legales”, dijo Shirin Mori, experta en privacidad de datos de EFF.
Los expertos también están alentando a las personas que buscan abortos a utilizar prácticas de seguridad de datos más estrictas, como las comunicaciones encriptadas y la desactivación del seguimiento de la ubicación. Y es que la polémica sentencia del Supremo ha puesto de relieve una crisis de privacidad que afecta a los usuarios de los servicios tecnológicos más utilizados, dijo Imran Ahmed, director ejecutivo del CCDH.
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