Cómo ven los bebés: ¿Ven en blanco y negro? ¿O prefieren los colores brillantes?

Los bebés nacen con la capacidad innata de reconocer colores, aunque la van perfeccionando con el tiempo

¿Te has preguntado alguna vez cómo ven los bebés? ¿Si los recién nacidos ven en blanco y negro o en colores, y cuáles prefieren? Hasta ahora los expertos no sabían con certeza si podían ver los colores e incluso pensaban que era probable que los bebés no notasen diferencias significativos en el color hasta los 2 ó 3 meses de edad. Pero nuevas investigaciones científicas desmienten esa hipótesis.

Cómo ven los bebés

Por lo general, los recién nacidos tienen poca visión y poca capacidad para enfocar a más de 15-25 cm de distancia (todo lo que necesitan para reconocer a su madre y alimentarse). Pero sí pueden ver en color

Alice Skelton, doctora en Psicología y especialista en percepción del color infantil, ha desmontado el mito de que los bebés sólo ven en blanco y negro. Su investigación no deja lugar a dudas: el ser humano nace con la capacidad de reconocer los colores y distinguirlos entre sí, aunque esta es una habilidad que irán perfeccionando a medida que el cerebro y la visión vayan madurando.

Distinguen colores ¡y grupos de colores!

De hecho, los bebés usan su biología para agrupar los colores al igual que los adultos. Porque no saber nombrar un color no significa que no lo veas. Los bebés no saben que el azul se llama azul; o el rojo, rojo; pero saben que dos tonos diferentes de azul pertenecen al mismo grupo, por ejemplo.

 

Cómo ven los bebés

 

En su experimento sometió a 179 bebés, de entre 4 y 6 meses de edad a pruebas de percepción, pero ¿cómo consiguió que los bebés le indicaran si percibían un color?

“Hay un método bien establecido en psicología del desarrollo según el cual, si les das a los bebés una misma cosa una y otra vez hasta que se aburren de ello (familiarización) y después les enseñas algo nuevo, el bebé lo mira durante más tiempo”, explica Skelton.

De modo que ella y su equipo fueron enseñando hasta 14 tonos diferentes en una rueda de color a los pequeños y registraron el momento en que estos percibían que estaban ante un color distinto y fijaban su mirada más tiempo.

El resultado de su trabajo se publicó en la revista PNAS y fue realmente esclarecedor: los bebés agruparon claramente los colores en 5 categorías: rojo, amarillo, verde, azul y morado. Estas categorías coinciden además con las que ya aparecían en un estudio anterior, realizado en los años 70 en distintos grupos con hablantes de 110 lenguas, denominado World Color Survey (Estudio Mundial del Color), que determinó que los términos asignados al color en las distintas culturas tienen características universales. 

“La manera en que hablamos del color depende de nuestra lengua. Algunas lenguas, por ejemplo, no tienen una distinción clara entre azul y verde, pero tienen en su lugar una palabra para todo el espectro que hay entre ambos colores –una especie de “azulerde”–. Sin embargo, en el Estudio Mundial del Color vemos que hay patrones comunes a la hora de dividir el espectro. Y sabemos que los bebés pueden distinguir colores diferentes aunque no sepan nombrarlos, resume Skelton. 

 

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Otro experimento de investigación de colores realizado por la científica Anna Franklin en la Universidad de Sussex en Inglaterra, mostró a bebés de 4 a 6 meses 14 colores diferentes de una rueda de colores. Después de mostrarles el mismo color varias veces, se les mostró un color diferente. Si el niño o la niña miraba este nuevo color durante más tiempo que el anterior, significaba que lo reconocía como un nuevo color. Es lo que se conoce como “tiempo de mirada infantil”, y es que los bebés miran algo por más tiempo cuando es nuevo y no les resulta familiar, ya que su curiosidad es mayor.

Si bien anteriormente se pensaba que nuestra separación de colores podría ser una construcción socio-cultural, el experimento de Skelton sugiere lo contrario. Después de estudiar las reacciones de 179 bebés, los resultados del estudio llevan a los autores a concluir que las categorías en las que nombramos y distinguimos los colores tienen una base biológica, independientemente de la cultura o nuestro lenguaje, ya que los bebés distinguen las tonalidades sin haber sido aún “contaminados” por el ambiente:

“También hemos visto que las categorías que distinguen los bebés se relacionan con las actividades de los dos subsistemas neuronales responsables de las etapas tempranas de la representación del color. Estos hallazgos sugieren que la categorización del color está parcialmente organizada y limitada por mecanismos biológicos”.

Esta capacidad innata para distinguir colores puede haber resultado útil para la supervivencia nuestros primeros ancestros, ya que les permitía reconocer colores «seguros» frente a «peligrosos» para ciertas situaciones en la naturaleza, como encontrarse con plantas o animales venenosos.

 

Cómo ven los bebés

 

Otro dato curioso que ha dejado a la luz el estudio es que los bebés observan durante más tiempo los colores que es más probable que prefieran los adultos, lo que sugiere que hay un elemento de preferencia de color que es innato. La mayoría de las personas adultas eligen el azul en primer lugar y el amarillo oscuro en el último, «y nuestra investigación muestra que es lo mismo para los bebés», afirma la doctora.

¿Cómo ve los colores el bebé? ¿Por qué prefieren los colores brillantes?

El proceso de maduración de la vista ocurre durante los 3 primeros años de vida, cuando la plasticidad neuronal es máxima y cualquier alteración puede corregirse si se descubre antes de los 6-8 años.

Así, los recién nacidos pueden ver el contraste de las formas en blanco y negro, y también pueden ver los colores desde el nacimiento, siempre que estos sean muy intensos.

Eso sí, los primeros meses advierten mejor los contrastes que los colores, de ahí que los juguetes en blanco y negro sean la mejor opción para los bebés menores de 6 meses. También tienen preferencia por los colores brillantes que llaman su atención, particularmente el rojo.

A partir de los 3 o 4 meses, la maduración de la visión les permite comenzar a notar diferencias en las tonalidades de los colores, particularmente entre el rojo y el verde. Entre los 5 y los 8 meses, los bebés desarrollarán una percepción más profunda, y podrán diferenciar ya sin problema las 5 categorías de colores.

 

Cómo ven los bebés

 

Por tanto, la vista del bebé tarda en desarrollarse, pero la detección precoz de cualquier alteración es fundamental para corregirla a tiempo. Así que si tienes dudas concretas sobre el desarrollo de la vista de tu bebé o necesitas asesoramiento profesional, en la Tribu CSC puedes consultar a nuestro equipo de expertos/as en desarrollo, salud materno-infantil y crianza respetuosa. 

 

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