Con la vuelta al cole vuelven los mocos. Y es que las enfermedades más frecuentes en la infancia son las infecciones respiratorias y los niños en la guardería y el cole están expuestos al contacto…
En un contexto en el que la situación es cada vez más agobiante, llegan los gastos de comienzo de curso. Además, este año son más elevados que nunca. La vuelta al cole más cara de la historia conlleva un incremento de cerca del 20% en los gastos de inicio de curso escolar.
Algunas comunidades cuentan con planes de ayuda y préstamos (como el Programa Accede en Madrid, Xarxa Llibres en Valencia o el cheque-libro de Andalucía, donde todos los libros son subvencionados y el coste es cero para las familias), pero no todas las familias pueden beneficiarse de ellos.
La inflación encarece como nunca antes la vuelta al cole 2022-2023
La crisis de la pandemia, la subida de la luz y la gasolina, la guerra de Ucrania… El aumento de los precios en los alimentos, los carburantes y los servicios está provocando, según la OCU, cambios en los hábitos de los consumidores, y casi 8 de cada 10 se han visto obligados a reducir gastos y consumir menos.
Y es que, según la Organización de Consumidores y Usuarios (OCU), la inflación «rompe previsiones» y hace que «la carestía de la vida sea una realidad en este 2022».
«2022 está siendo un año duro en términos económicos. Aun no hemos superado el impacto de la pandemia a todos niveles, cuando estamos asistiendo a una subida imparable del precio de bienes y servicios de todo tipo, un panorama de incertidumbre con la guerra en Ucrania como telón de fondo.»
En este contexto, el bolsillo de las familias con hijos en edad escolar se ve gravemente perjudicado con la vuelta al cole 2022-2023, un acontecimiento anual que ya de por sí supone un golpe importante para la economía de las familias, pero que este año se encarece todavía más. Un estudio de la OCU estimaba el pasado curso que las familias gastarían casi 2.000 euros por cada hijo escolarizado. Y este año va a ser peor.
La plataforma global de investigación de mercados, Appinio, ha elaborado un estudio sobre cómo afectará a las familias españolas la vuelta al cole en este año tan difícil. Según los datos arrojados por su encuesta, las familias consideran que el mayor gasto estará en el combustible para los desplazamientos de sus hijos hasta el colegio, según el 36% de las respuestas, seguido de los libros, como apuntó un 27%, o el material escolar, para un 26% de los encuestados.
Medidas de ahorro para hacer frente a la vuelta al cole
Para hacer frente a los gastos que acarreará el nuevo curso escolar, que hace más empinada que nunca la cuesta de septiembre, el 53% de las familias encuestadas sostiene que prescindirá de sus caprichos y gastos personales, mientras que un 47% hará uso de promociones y descuentos especiales en la compra del material escolar.
Además, casi 5 de cada 10 encuestados asegura que reutilizará el material para ahorrarse el gasto que supone su renovación cada año. Para ello, el 32% contempla pedir ayudas regionales, el 31% se plantea comprar material de segunda mano y un 17% optará por pedirlo prestado o usarlo heredado.
Este año, adiós a las extraescolares
Un 20% de niños y niñas dejará de ir a actividades extraescolares como medida de ahorro de las familias. Es la decisión de dos de cada diez familias, que no ven otra forma de ahorrar el gasto extra que supone en casa la escolarización de sus hijos e hijas.
El gasto del comedor escolar también supone un incremento importante en el coste de la vuelta al cole de las familias. A muchas no les queda más remedio que contratar este servicio para sus hijos, ya que les resulta imposible conciliar de otra manera la vida laboral con la familiar. En los centros escolares donde el uso del tupper traído de casa está permitido, casi el 80% de los niños y niñas se llevarán el almuerzo de casa en lugar de comprarlo en algún establecimiento o en el propio centro, lo que supone una evidente medida de ahorro. Esto también afecta a aquellos niños, más pequeños, a los que les toca comer en el colegio: pese a que la mayoría de ellos lo hacen en el comedor escolar, el 14% se llevará este año una fiambrera de casa si el centro lo permite.
Muchos alumnos pasarán del colegio privado al público este año
Un dato sorprendente que desvela este estudio es que cerca del 25% de las familias encuestadas cuyos hijos e hijas acuden a un centro educativo concertado o privado, se plantean cambiarlos a un centro público debido al evidente aumento de precios de este año. Buena muestra de la desesperación de muchas familias, cuya economía, sencillamente, no da para más.
Estamos ante «un panorama duro, que obliga a los consumidores, independientemente de su situación, a modificar sus hábitos y consumir menos», manifiesta la OCU.
El mayor gasto, los libros de texto: Este año más caros que nunca
A los gastos, este año exorbitados, de comienzo de curso, se suma el hecho de que muchas editoriales tienen que encarecer sus productos para poder hacer frente a la inflación, la crisis del papel y el aumento de precios de todo lo demás. Según las diversas entrevistas que publica el Diario.es a libreros y editores, los libros de texto suben porque no pueden asumir solas los gastos.
Los motivos del encarecimiento de los libros: La llamada «crisis del papel» y la inflación
Entre septiembre y octubre de 2021, la producción y distribución de papel comenzó a resentirse en Europa debido a las consecuencias de la pandemia del Covid-19 a nivel global. Los productores de papel primero sufrieron escasez de trabajadores debido a los contagios y después la actividad de transporte naval quedó dañada por la situación pandémica y la posterior guerra de Ucrania.
A inicios de 2022 las existencias de papel en Europa ya eran muy limitadas. Los proyectos editoriales comenzaron a retrasar sus novedades y los precios de los libros aumentaron entre un 30 y un 40% en Europa. La situación también afectará a los libros de texto este año, y es que las editoriales han estado evitando subir los precios, pero ahora deben adaptarse si no quieren desaparecer. El papel es ahora una materia prima escasa y codiciada que ha subido entre un 15% y un 30% de media.
La inflación ha provocado una subida generalizada de los precios y los libros impresos no son una excepción. Aunque de momento son uno de los productos que menos se han encarecido en el último año, a ellos también les afecta que todo sea ahora más caro: la consecución de la materia prima, su fabricación, transporte, impresión, energía y manufactura. Todo ello se suma a las deudas que algunas editoriales arrastran por culpa de las consecuencias de la pandemia por coronavirus.
Los libreros son testigos de como muchos de los libros que llegan a sus tiendas son más caros que hace unos meses, sobre todo los publicados a partir del verano pasado, cuando llegaron a los escaparates las ediciones creadas en medio de la crisis. Para evitar el encarecimiento excesivo, las editoriales han estado tomando medidas como prescindir de reediciones, ya que tendrían que elevar su precio de venta para que les saliera rentable volverlas a publicar.
El encarecimiento del papel, el transporte y la energía afecta a todas las publicaciones en general, aunque las más perjudicadas son los cómics, el álbum ilustrado y la novela gráfica ya que estas obras precisan papel grueso para que empape bien el color y cartón duro en las portadas. Los gastos de imprenta comienzan a ser inasumibles para las editoriales que se dedican a estos géneros, así que muchas han estado optando por retrasar sus lanzamientos. Otras también renuncian a las tapas duras y sus portadas son ahora de cartulina.
Los autores, por su parte, han estado viendo menguados en muchas ocasiones sus adelantos y sus porcentajes de venta, sus contratos son más precarios, hay recorte en los plazos de entrega y en sus derechos de autor. Todo para evitar que la inflación la termine pagando el consumidor. Pero a pesar de los actos de malabarismo editorial, sus gastos no paran de aumentar. El aumento del precio de la gasolina también repercute en unos mayores gastos de transporte por cada paquete enviado.
Las editoriales independientes son las más perjudicadas. Se trata de editoriales pequeñas que sufren más el encarecimiento de la materia prima y la producción, ya que no se pueden permitir aumentar sus precios. Su público es minoritario y sus obras serían menos accesibles. Su papel ha subido hasta un 35%, según algunas declaraciones, y son ellos quienes tienen que asumir el gasto editorial y de imprenta. Confían en que sea algo temporal, pero si la situación se mantiene a largo plazo, finalmente tendrían que aumentar el precio por ejemplar. El dilema es subir los precios o tener pérdidas.
Quienes antes de la crisis global optaron por apostar por materia prima más sostenible y ecológica, se enfrentaron en su momento a un gasto mayor, que se reflejó en el precio de los libros (aunque, en este caso, solo subieron unos céntimos). Sin embargo, a largo plazo les ha salvado de sufrir la crisis actual. Son los únicos que no se plantean encarecer de nuevo sus productos.
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