El ruido del tráfico afecta al desarrollo cognitivo de los escolares

Un estudio realizado en 38 centros escolares de Barcelona sugiere que el ruido del tráfico en los colegios tiene un efecto perjudicial en el desarrollo cognitivo de los alumnos y alumnas. A más ruido exterior, menos capacidad de atención y memoria de trabajo.

El ruido, un factor medioambiental perjudicial para la salud

Según la Organización Mundial de Salud (OMS), el ruido es un sonido desagradable y molesto que es potencialmente nocivo para la audición. Cualquier sonido que supere los 65 decibelios durante el día y los 55 por la noche se considera ruido. Es muy perjudicial y uno de los factores medioambientales que más alteraciones en la salud provoca, justo después de la contaminación atmosférica, que también afecta al desarrollo infantil.

El ruido provoca pérdida de audición, pero también se relaciona con el estrés, la ansiedad y la depresión. Por otro lado, se relaciona también con alteraciones cardíacas y respiratorias, afectaciones al sueño e incluso partos prematuros.

Ahora, un estudio del Instituto de Salud Global de Barcelona señala que el ruido del tráfico en los entornos escolares afecta al desarrollo cognitivo de los menores.

Ruido del tráfico en los colegios: Datos del estudio

El estudio, enmarcado en el proyecto BREATHE, contó con la participación de 2.680 niños y niñas de entre 7 y 10 años de edad. Eran alumnos de 38 centros escolares de Barcelona.

El trabajo está liderado por los investigadores Maria Foraster y Jordi Sunyer. El objetivo era evaluar el posible impacto del ruido del tráfico sobre el desarrollo cognitivo de los niños y niñas. Se centraron en dos habilidades que se desarrollan con rapidez en la preadolescencia y que son «esenciales» para el aprendizaje y el rendimiento escolar:

• La capacidad de atención. Permite que atendamos a estímulos específicos de forma selectiva. O que nos centremos en una tarea concreta durante un tiempo prolongado, entre otros procesos.
• La memoria de trabajo o memoria operativa. «Es el sistema que nos permite mantener y manipular información en periodos cortos de tiempo. Cuando, además, es necesario procesar de manera continua y eficaz la información almacenada en la memoria de trabajo se habla de memoria de trabajo compleja».

Los investigadores hicieron el trabajo de campo durante un año (entre 2012 y 2013). A lo largo de este periodo se realizaron los tests cognitivos cuatro veces. Pretendían analizar no solo los dos conceptos explicados antes, sino conocer la evolución. Paralelamente se realizaron mediciones de ruido en los patios de las escuelas y dentro de las aulas de los 38 centros.

El ruido del tráfico en los colegios afecta: A más ruido, más lentitud en los escolares

Los resultados, publicados en la revista PLoS Medicine, muestra que tras un año, la progresión de la memoria de trabajo, de la memoria de trabajo compleja y la capacidad de atención fue más lenta en los alumnos y alumnas de las escuelas con más ruido de tráfico.

Así, por ejemplo, un incremento de 5 dB en los niveles de ruido exterior se tradujo en un desarrollo de la memoria de trabajo un 11,4% más lento que la media y en un desarrollo de la memoria de trabajo compleja un 23,5% inferior a la media. Asimismo, la capacidad de atención era un 4,8% más lento que la media.

El análisis también discriminaba entre ruido exterior y en el interior de las aulas. En el primer caso, los resultados eran peores en todos las categorías analizadas. Pero en el interior de las clases, una mayor fluctuación en los niveles de ruido se asoció a una evolución más lenta en todos los tests cognitivos. Pero, los niños y niñas expuestos a mayores niveles medios de ruido en clase durante el año solo tuvieron peores resultados que el alumnado en aulas más silenciosas en la prueba de la capacidad de atención, pero no en los tests de memoria de trabajo.

Para María Foraster, esto implica que «los picos de ruido en el interior del aula podrían resultar más disruptivos para el neurodesarrollo que la media de los decibelios». La investigadora principal del estudio cree que esto refuerza la hipótesis de que influyen más las características del ruido que los niveles medios. Actualmente las políticas solo se basan en las medias de decibelios, no en el tipo de ruido.

Jordi Sunyer, también investigador de ISGlobal, cree que este estudio «refuerza la hipótesis de que la infancia es un periodo vulnerable en el que estímulos externos como el ruido pueden afectar al rápido proceso de desarrollo cognitivo que tiene lugar antes de la adolescencia”.

Más vulnerabilidad frente al ruido en el colegio que en casa