Ahora que empieza el colegio es un buen momento para reflexionar sobre un aspecto que genera debate: el horario escolar. En España hay comunidades autónomas donde está generalizada la jornada continua frente a otras donde…
Con esta medida, propuesta por el PSOE madrileño, los centros ofrecerían actividades entre las 07:00 y las 19:00 horas, de septiembre a julio. Sindicatos y familias advierten de que las soluciones a la conciliación deben buscarse en el ámbito laboral.
Con los niños estrenando el nuevo curso escolar vuelve el tan traído y llevado debate de la conciliación. Hace unos días, Juan Lobato, portavoz del PSOE en la Asamblea de Madrid, proponía, como medida para facilitar la conciliación de las familias, la apertura de los colegios del 1 de septiembre al 31 de julio en horario de 7 de la mañana a 7 de la tarde. Por su parte, Isabel Díaz Ayuso se ha mostrado abierta al debate.
Políticas de «conciliación» que se olvidan de los derechos y el bienestar de los niños y las familias
Por supuesto el debate es complejo porque compleja es la realidad laboral de muchas familias que tienen que hacer encaje de bolillos para poder trabajar y ocuparse de los niños.
Los horarios de trabajo no coinciden con los de los niños, las vacaciones de los adultos son mucho más cortas… Y, casi siempre, es necesario recurrir a abuelos u otros cuidadores, actividades extraescolares, programas de madrugadores, etc. Y, como solución, ampliar el calendario escolar para las familias que lo precisen, tanto en días como en horas en el propio colegio, mucho más cómodo puesto que se evitan los traslados.
Pero, llegados a este punto, ¿dónde quedan los derechos de niños y niñas al descanso y al tiempo en familia? ¿Y el derecho de padres y madres a disfrutar de sus hijos?
Las políticas sobre conciliación parecen haber olvidado que el eje sobre el que deben girar es el bienestar del niño y, por extensión, de las familias. No se trata de aparcar a los niños en un lugar (el que sea) para que los adultos podamos trabajar.
Se trata de que podamos estar presentes en la vida de nuestros hijos e hijas para poder atender sus necesidades y que ellos puedan disfrutar de su infancia con nosotros.
¿Docentes o cuidadores?
Por su parte, los docentes advierten de que no son animadores socioculturales, ni psicólogos, ni enfermeros. Los maestros son maestros, portadores y gestores del conocimiento. Los días previos al inicio de curso preparan las programaciones, los documentos del centro, los materiales, los días finales realizan evaluaciones finales, claustros, etc. Además, la jornada de un maestro rara vez termina al salir del colegio (materiales por preparar, exámenes por corregir…). Los docentes deben dedicarse exclusivamente a cubrir las necesidades educativas del alumnado, no a cuidar niños.
Existiría la posibilidad de que las labores de acompañamiento fuera del horario escolar, pero dentro de ese horario ampliado, fueran realizadas por monitores de ocio y tiempo libre, pero, volvemos al inicio: ¿De verdad nuestros hijos e hijas merecen una “jornada laboral” de 12 horas durante 11 meses?
La respuesta, claramente, es no. Pero, a veces necesitamos estirar alguna hora la jornada escolar por lo que este tipo de acompañamiento puede resultar una medida interesante para algunas familias. Sin embargo, en este punto debería ser imprescindible, por una parte, que las familias justificaran de alguna forma la necesidad con el fin de priorizar a aquellos niños que puedan quedar desasistidos y, por otra, que se convocaran plazas públicas de monitores para desempeñar esta función.
Conciliación: El derecho de las familias a tener tiempo para estar juntos y disfrutarse
La conciliación familiar no consiste en poder llevarnos a los niños al trabajo ni tener dónde dejarles mientras cumplimos con nuestras obligaciones, sino en poder repartir nuestro tiempo de forma equilibrada para atender tanto nuestro trabajo como las necesidades de atención y cuidado de los hijos.
Efectivamente, debemos también tener en cuenta que las necesidades son diferentes dependiendo de la edad de los niños. Cuanto más pequeños, más necesitarán de nuestros cuidados mientras que, a medida que crecen, pueden demandar un mayor número de actividades complementarias como robótica, deportes o música; cuyo horario fuera del escolar nos ayudará a conciliar la vida laboral con la familiar.
En definitiva, la conciliación pasa por encontrar la manera de que niños y niñas puedan estar con su familia y, para ello, son las empresas y la administración pública las que tienen que aportar recursos y flexibilidad. En este sentido, buenas medidas para los/as trabajadores con hijos/as serían las de tener la posibilidad de adaptar nuestra jornada laboral al horario de los colegios, poder realizar jornada intensiva o incluso teletrabajar en aquellos puestos de trabajo en los que la actividad lo permita.
Si necesitas consultar cuáles son tus derechos como trabajador/a con hijos, en la Tribu CSC puedes consultar a nuestra abogada familiar y laboralista, Ana Pacheco.
En cualquier caso, es necesario un cambio de mirada en este asunto que consista en dejar de entender la conciliación familiar como la forma de poder dejar a los niños en algún lado mientras trabajamos para entenderla como el derecho de las familias a tener tiempo para estar juntos y disfrutarse.
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